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La fecha límite se acerca, y miles de empleados y estudiantes de las escuelas de L.A. siguen sin vacunarse

A teacher's assistant receives a vaccine inside her school gymnasium.
Una maestra asistente de San Fernando Middle School recibe su primera dosis de la vacuna Pfizer en una clínica montada dentro del gimnasio de la escuela. Se acercan las fechas límite en el distrito escolar de Los Ángeles para que los empleados y estudiantes estén totalmente inoculados.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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En el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), las fechas límite para vacunarse contra el COVID-19 se acercan rápidamente y los empleados que se oponen a ello se enfrentan a perder sus trabajos, mientras que los estudiantes no inoculados finalmente se verían obligados a abandonar el campus para ingresar a un programa en línea.

Si bien se espera que la gran mayoría de alumnos y docentes cumplan -y posiblemente incluso se sientan tranquilos con el mandato- un gran número en el segundo distrito escolar más grande del país se ha resistido hasta ahora al requisito. Actualmente, aproximadamente uno de cada cinco del distrito, casi 12.000 trabajadores, no han comenzado su vacunación, según la información proporcionada en la reunión de la Junta de Educación del martes. Una pérdida de esa magnitud agregaría más interrupciones al funcionamiento escolar, especialmente porque al distrito ya le cuesta llenar unas 2.000 vacantes.

Todos los empleados del distrito escolar deben estar completamente vacunados antes del 15 de octubre, a menos que tengan una exención médica o religiosa aprobada. También se avecina una fecha límite para los estudiantes: antes del 3 de octubre, los mayores de 12 años deben tener al menos la primera dosis -de un régimen de dos- si desean participar en cualquier actividad extracurricular afiliada a la escuela, incluidos todos los deportes, así como clubes, equipos de baile, banda, teatro o cualquier otra cuestión fuera del trabajo académico.

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Todos los alumnos mayores de 12 años deben estar completamente vacunados al comienzo del segundo semestre. Solo se permiten exenciones médicas.

Un portavoz del distrito afirmó el martes que se espera que el porcentaje de trabajadores vacunados aumente sustancialmente. La tasa actual del 80% no incluye a las personas que ya tienen una cita para inocularse o aquellas que simplemente aún no cargaron la documentación.

El distrito no dio a conocer cifras sobre cuántos empleados o estudiantes han solicitado exenciones, ni cuántas se han concedido.

Una maestra, que pidió mantenerse en el anonimato, describió el proceso que vivió. “El LAUSD nos envió un formulario para llenar, consultando si queríamos presentar una exención médica o religiosa”, relató. “Se nos pidió que anexáramos una declaración. Adjunté la mía, proveniente de un pastor”. La docente recibió respuesta el viernes pasado, después de cinco semanas. “Me dijeron que pronto recibiría noticias de recursos humanos con mis opciones para tomar una licencia, en la cual puedo usar mis días personales y luego no recibir pago, o pasar a City of Angels”.

City of Angels es la opción del distrito para las familias que desean el aprendizaje remoto en lugar de las clases presenciales este año. El programa ha estado plagado de problemas, en gran parte porque no estaba preparado para manejar a 15.000 estudiantes, especialmente cuando muchos se inscribieron justo antes del inicio de clases, el 16 de agosto pasado.

La transferencia de maestros a City of Angels ayudaría a resolver dos problemas. Retira a un profesor no vacunado de una propiedad del distrito, cumpliendo con la política del LAUSD, al mismo tiempo que aborda la escasez de personal. Los maestros de City of Angels pueden trabajar desde casa. Pero tal transferencia deja un vacío en la escuela que el docente deja.

No está claro si la solución alternativa de City of Angels es suficiente para acomodar a los maestros que no pueden o no quieren vacunarse. City of Angels tampoco es una solución para el personal sin inocular que no enseña.

El LAUSD lleva mucho tiempo a la vanguardia de las estrictas medidas de seguridad por el COVID, incluida la prueba semanal de coronavirus de todos los estudiantes y empleados. Este enfoque fue aclamado como un modelo nacional para brindar un entorno seguro y generar confianza entre los padres y empleados que regresan a la educación presencial a tiempo completo por primera vez desde marzo de 2020. El distrito fue el primer sistema escolar grande del país en imponer el mandato de vacunación.

Los críticos, sin embargo, sostienen que las políticas del distrito son demasiado cautelosas; dificultan la interacción social y la actividad física de los alumnos al tiempo que prolongan las reglas de cuarentena que resultaron en interrupciones académicas frecuentes e innecesarias, sostienen.

Los funcionarios atribuyen sus acciones a una tasa decreciente de infecciones por coronavirus que aparecen en las pruebas, una tendencia que también se refleja en el condado en general. No obstante, se presentaron demandas contra la exigencia de pruebas de coronavirus y contra las reglas del uso de mascarilla que exceden las pautas estatales y del condado.

Varios empleados que se oponen a vacunarse le dijeron a The Times que están preparando un juicio en su nombre. El distrito ya fue amenazado con un litigio en nombre de los estudiantes por parte del grupo Children’s Health Defense.

Aunque el mandato no entrará en vigor hasta dentro de más de dos semanas, se acerca el plazo final para la vacunación del personal. El distrito está ofreciendo la vacuna Johnson & Johnson como una opción para los empleados porque otras aprobadas no lograrían su efecto completo a tiempo.

Una maestra, que también se negó a ser identificada, está haciendo un sacrificio significativo para evitar la vacunación. El distrito denegó su solicitud de exención religiosa, por lo cual se jubilará. Si hubiera podido trabajar tres meses más, habría calificado, en base a décadas de servicio, para recibir beneficios de salud de por vida “Estoy molesta y triste”, remarcó.

A Jamal Y. Speakes (padre) le encanta su escuela y el enseñar producción cinematográfica en el Valley Oaks Center for Enriched Studies, en Sun Valley. Está esperando novedades sobre su solicitud de exención religiosa y le preocupa que, de una forma u otra, tenga que abandonar el campus. “No me opongo a las vacunas”, afirmó. “Me opongo al mandato y a cómo el LAUSD está haciendo cumplir esto como la única opción”, enfatizó Speakes. “La idea de no poder regresar al aula debido a esta exigencia es desalentadora”.

Speakes agregó: “También estoy molesto con mi sindicato de docentes, que nos dejó a muchos colgados por completo porque esto no encaja con su narrativa”.

La Junta Directiva del gremio de maestros apoya el mandato de vacunación. En la reunión del sindicato de la semana pasada, los funcionarios desviaron una propuesta que cuestionaba las vacunas al remitir la resolución al comité, una medida que a veces se utiliza para enterrar una moción o retrasar la adopción de medidas, comentaron fuentes internas.

Una maestra dijo que se vacunó “porque tenía que hacerlo” para mantener su trabajo, pero que no permitirá que su hijo de sexto grado, alumno de una escuela del oeste de San Fernando Valley, lo haga.

Los estudiantes involucrados en actividades extracurriculares enfrentan serias restricciones si no tienen su primera dosis antes del lunes, y solo se les permitirá asistir a clases. Todos los alumnos elegibles deben recibir una segunda dosis a más tardar el 19 de diciembre.

Mayra Figueredo está pensando en sacar a sus dos hijos del LAUSD si se hace cumplir el mandato. La mujer comentó que pertenece a un grupo de redes sociales con 1.400 miembros que están considerando sus opciones. La vacuna “es demasiado nueva; nadie está al tanto de los efectos secundarios a largo plazo”, señaló. “Prefiero que mi hijo contraiga COVID, para ser franca”.

Hace aproximadamente tres semanas, el distrito estimó que alrededor de 80.000 estudiantes elegibles aún no estaban vacunados.

Aun así, para la mayor parte de los padres -aparentemente una gran mayoría- las vacunas son una vía más rápida y prudente para salir de la pandemia, así como una de las recomendadas por una gran parte de los expertos en salud. “Estoy esperando para enviar a mis hijos de regreso a la escuela en persona hasta que estén inoculados, y haya un mandato de vacunación para su grupo de edad; ambos tienen menos de 12”, señaló Carmel Levitan, quien está ansiosa por el retorno de sus hijos a Eagle Rock Elementary School.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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