¿Cuándo eliminará el condado de Los Ángeles su mandato de cubrebocas? Esto es lo que debe suceder

El condado de Los Ángeles ha revelado los criterios necesarios para retirar el mandato público de uso de cubrebocas que impuso hace meses para combatir el último aumento de COVID-19.

Pero eso no significa que los requisitos desaparezcan pronto. Los criterios del condado son estrictos: Requieren que la transmisión comunitaria del coronavirus caiga significativamente por debajo de los niveles actuales, que la cantidad de personas hospitalizadas con COVID-19 disminuya y se mantenga baja, asimismo, que más gente complete su programa de vacunación. Incluso entonces, los cubrebocas solo se pueden quitar en entornos públicos cerrados seleccionados si todos los presentes están completamente inoculados.

“Mientras la transmisión continúa siendo sustancial, debemos seguir aplicando capas de protección”, señaló el martes la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, a la Junta de Supervisores.

Este verano, el condado de Los Ángeles se convirtió en la primera jurisdicción de California en restablecer una orden pública y local de uso de cubrebocas, ya que estaba claro que otra oleada de coronavirus se encontraba afectando al estado reabierto.

A mediados de julio, los funcionarios de salud del condado ordenaron a los residentes que usaran mascarillas sanitarias en espacios públicos interiores, independientemente de si habían sido vacunados contra el COVID-19. Un mes después, los funcionarios ampliaron el mandato del uso de cubrebocas para incluir “megareuniones” al aire libre de al menos 10.000 personas, como conciertos, festivales y eventos deportivos.

Según las pautas dadas a conocer el martes, el requisito de uso de mascarillas sanitarias en megaeventos al aire libre y entornos públicos en interiores se eliminará solo cuando se cumplan cuatro criterios:

• El condado registre tres semanas consecutivas en o por debajo de un nivel “moderado” de transmisión del coronavirus (amarillo en los mapas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos)

• Las hospitalizaciones diarias por COVID-19 permanezcan en menos de 600 durante tres semanas seguidas

• Al menos el 80% de los residentes mayores de 12 años se encuentren completamente vacunados

• No existan informes de variantes preocupantes que hayan circulado de forma significativa que puedan amenazar la eficacia del antígeno

Para entornos públicos interiores con menos de 1.000 personas, las empresas o los anfitriones podrían eliminar los requisitos del uso de cubrebocas, solo si se aseguran de que todos los empleados, así como los clientes, estén completamente vacunados y tengan un proceso para verificarlo. El mandato de uso de mascarillas sanitarias se seguiría aplicando a eventos en interiores con más de 1.000 individuos.

Incluso si el condado de Los Ángeles alcanza sus umbrales y elimina su mandato, los requisitos estatales de uso de cubrebocas en aulas interiores K-12, entornos de atención médica, refugios y prisiones seguirán vigentes, al igual que el uso de mascarillas sanitarias por mandato federal en aeropuertos, estaciones de tránsito y en transporte público, como aviones, autobuses y trenes.

California también requiere que las personas no inoculadas en todo el estado usen cubrebocas en entornos públicos y negocios cerrados; se anima a los clientes vacunados, pero no se les exige, que lo hagan.

El condado de Los Ángeles tiene mucho camino por recorrer para cumplir con sus criterios.

Según los CDC, la transmisión del coronavirus del condado es “sustancial”, la segunda peor de las cuatro clasificaciones.

El condado de Los Ángeles registró alrededor de 83 nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 personas durante la última semana, según muestran los datos de los CDC. Alcanzar el nivel “moderado” requeriría que esa tasa descendiera por debajo de 50, un umbral alcanzado entre mediados de marzo y principios de julio.

Si bien las tasas de casos han disminuido drásticamente desde fines de agosto, los descensos semanales se detuvieron a fines de octubre. Durante la semana más reciente medida, los nuevos casos de coronavirus aumentaron un 3% durante los siete días anteriores.

El condado de Los Ángeles está cerca de llegar al umbral de 600 hospitalizaciones diarias: El lunes, había 653 pacientes con COVID-19 en nosocomios. Sin embargo, las hospitalizaciones se han estancado entre 600 a 700 desde mediados de octubre, mucho más que en junio, cuando eran de 200 a 300.

Hasta el jueves, el 72% de los residentes de Los Ángeles de 12 años o más estaban completamente vacunados, según muestran los datos del condado. En ese grupo de edad, el 80% ha recibido al menos una dosis y podría alcanzar la inoculación completa en cuestión de semanas.

Dos de las vacunas contra COVID-19 disponibles, de Pfizer-BioNTech y Moderna, requieren dos dosis, administradas con semanas de diferencia. Una tercera oferta, de Johnson & Johnson, implica una inyección.

Ferrer explicó que no puede predecir cuándo el condado podría superar los obstáculos, pero señaló que todos están interconectados.

“Es casi imposible pensar que las hospitalizaciones serán bajas si los casos son altos”, puntualizó en la reunión del martes. “Además, si tenemos una nueva variante de preocupación, también veremos eso en nuestros números de casos. Así que se alinean entre sí y se influyen mutuamente”. Además, agregó, “estamos preocupados por el invierno”.

La supervisora del condado de Los Ángeles, Kathryn Barger, preguntó si tendría sentido permitir que las empresas relajen las reglas de uso de cubrebocas en interiores si requieren que todos estén vacunados.

“Estamos hablando de incentivos, tratando de que la gente sea inoculada, intentando que las empresas cumplan”, señaló. “Cuando hablo con empresas, una de sus frustraciones es el requisito de uso de mascarillas”.

Ferrer indicó que tal estrategia sería “demasiado arriesgada”.

“No me gustaría que nos quitáramos los cubrebocas en interiores cuando estamos en una transmisión sustancial y nos dirigimos al invierno”, subrayó. “Eso, para mí, sería un riesgo que no animaría a ninguno de nosotros a tomar”.

Ferrer comentó que el uso de mascarillas sanitarias en interiores es una de las herramientas menos disruptivas y más efectivas que tiene el condado para controlar la transmisión del coronavirus al tiempo que permite que las empresas operen casi con normalidad.

“El uso de cubrebocas es lo suficientemente poderoso como para que, con suerte, no requiera que volvamos a aplicar ninguna de las medidas de seguridad más onerosas que realmente interrumpieron a muchas empresas de sus prácticas habituales”, señaló.

La supervisora Sheila Kuehl trazó paralelismos con otro requisito comercial: Sin zapatos, sin camisa, sin servicio.

“No discuto, ‘Bueno, nunca he contraído ninguna enfermedad en los pies, así que no tengo que usar zapatos’”, explicó. “Quiero decir, hay una especie de riesgo constante que debemos tomar en cuenta.

“Creo que nos estamos acostumbrando a usar estos cubrebocas e incluso a sentirnos más seguros”, agregó. “Podemos estar en desacuerdo, algunas personas lo odian, pero parece que no es tan importante cuando todavía necesitamos estar protegidos”.

Los criterios del condado de Los Ángeles para eliminar su mandato de uso de mascarillas sanitarias son similares a los emitidos el mes pasado por la mayoría de los oficiales de salud en el Área de la Bahía de San Francisco, que también fueron un modelo para los condados de Ventura y San Luis Obispo.

De los ocho condados del Área de la Bahía que volvieron a implementar un mandato de uso de cubrebocas este verano, Marin se convirtió el lunes en el primero en eliminarlo.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.