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Inclusive con un mercado candente, L.A. no permitirá aumentos de renta para la mayoría de los inquilinos hasta 2023

Jacob Guardado inside his two-bedroom apartment in Studio City.
Jacob Guardado en su departamento de dos habitaciones en Studio City. Se mudó allí con un compañero de cuarto en octubre de 2020, cuando el mercado de alquiler estaba bajísimo, y sigue beneficiándose de las rentas congeladas.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)

Como parte de sus normas COVID-19, la ciudad de Los Ángeles prohíbe el aumento de los alquileres para los inquilinos de los edificios de renta controlada. En otros lugares, los alquileres han subido dos dígitos en los últimos meses.

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Después de siete meses de pandemia en un departamento de una sola recámara llena de cosas, Jacob Guardado y su compañero de hogar decidieron mudarse.

Encontraron un espacio de dos habitaciones en Studio City en octubre de 2020 por 1.975 dólares al mes, unos cientos de dólares más de lo que pagaban por el otro. Cuando terminó el contrato de arrendamiento, un año después, Guardado, de 28 años de edad, esperaba que su casero le dijera cuánto más le iba a costar quedarse allí. “No quería ni preguntar”, afirmó el empleado de la industria de seguros.

Pero el aumento de la renta nunca llegó. Y no habrá ningún otro por un tiempo. A medida que EE.UU se acerca al comienzo del tercer año de la lucha contra el COVID-19, los inquilinos en Los Ángeles disfrutan de un beneficio para pocos: los propietarios tienen prohibido subir el costo de más de 650.000 unidades de alquiler estabilizado en toda la ciudad, lo cual representa casi tres cuartos del total de departamentos del condado.

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De acuerdo con los reglamentos, los propietarios no pueden aumentar los alquileres durante todo un año después de la expiración de la orden de emergencia firmada por el alcalde Eric Garcetti en marzo de 2020, cuando la política entró en vigor.

Actualmente, no se permitirán aumentos de renta para la mayoría de los inquilinos de Los Ángeles hasta 2023. Y posiblemente la fecha se extienda.

Lo que celebran los inquilinos y sus defensores es lamentado por los propietarios, que afirman que el congelamiento los pone en una situación insostenible. “Tenemos que pagar una hipoteca y los servicios públicos”, remarcó Ari Chazanas, presidente de Lotus West Properties, que administra alrededor de 1.000 departamentos en toda la ciudad. “Creo que, al igual que yo, muchas personas están cansadas, porque esto sucede ya desde hace mucho tiempo”.

Los propietarios en Los Ángeles aseguran que los costos han aumentado drásticamente, incluida la mano de obra y los materiales para las reparaciones de edificios, así como las tarifas de la ciudad para la recolección de basura.

Al comienzo de la pandemia, muchos gobiernos locales agregaron protecciones contra los aumentos de alquiler, pero en todo el país, esas medidas están desapareciendo.

Garcetti remarcó que las reglas de estabilización de alquileres de la ciudad de Los Ángeles deberían continuar, especialmente con el reciente aumento de casos de coronavirus.

Jacob Guardado, en el exterior de su departamento en Studio City.
Jacob Guardado, en el exterior de su departamento en Studio City.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)

“Los angelinos deben enfocarse en mantenerse sanos y seguros, y no preocuparse por poder pagar su casa cuando están sufriendo financieramente como resultado de este virus”, remarcó Garcetti en un comunicado enviado a The Times.

Richard Green, director del Centro Lusk de Bienes Raíces de la USC, señaló que hasta ahora no parece que la prohibición del aumento de la renta en Los Ángeles esté afectando dramáticamente el mercado de la vivienda. Pero le preocupa que cuanto más continúe, menos probable sea que los inquilinos con movilidad ascendente dejen sus departamentos existentes, quitando de la oferta las viviendas de menor costo para otros que las requieren. “Se necesita una rotación natural para que las unidades estén disponibles para la gente”, destacó.

Las restricciones quizá beneficien ahora más a los inquilinos que al comienzo de la pandemia, cuando los precios de los alquileres se desplomaron en Los Ángeles y en las ciudades de todo el país. El costo de la renta media de L.A. para departamentos alquilados recientemente se ha recuperado a 1.947 dólares al mes en noviembre, según la firma de bienes raíces Apartment List, un aumento de casi un 15% desde el mínimo de enero y que eclipsa los niveles prepandémicos.

Las reglas de estabilización de alquileres de la ciudad generalmente se aplican solo a los departamentos construidos antes de octubre de 1978. Normalmente, los propietarios pueden aumentar las rentas de los inquilinos existentes en no más del 3% anual, dependiendo de la inflación.

Pero la orden de emergencia del alcalde modificó esa pauta, marcando por primera vez en más de cuatro décadas bajo las actuales leyes de control de renta de la ciudad que los propietarios no las pueden aumentar. Sí pueden cobrar lo que deseen por las viviendas luego de que un inquilino se va.

San Francisco impidió que los propietarios subieran los precios de los departamentos de alquiler controlado durante seis meses cerca del comienzo de la pandemia, pero se les ha permitido hacerlo desde entonces. En la ciudad de Nueva York, los inquilinos de casi un millón de viviendas con renta estabilizada que firmaron renovaciones de contratos de arrendamiento por un año enfrentarán su primera alza durante la crisis del coronavirus a partir de abril. Washington, D.C., prohíbe los aumentos de alquiler en todos los apartamentos de la ciudad, pero esas reglas expiran a fines de este mes.

Y en el condado de Los Ángeles no incorporado, pronto se permitirán aumentos nuevamente en los departamentos con renta estabilizada, a menos que los supervisores extiendan las protecciones que por ahora vencen a fines de enero.

Los funcionarios de vivienda de la ciudad de Los Ángeles remarcan que escuchan con mucha frecuencia a los propietarios preocupados por la prohibición de aumentos, pero no hay indicios de intentos masivos de evadir las reglas. Las quejas de los inquilinos sobre incrementos ilegales de rentas han disminuido, según las autoridades.

Incluso con el congelamiento de los alquileres, muchos inquilinos en Los Ángeles han sufrido significativamente. Aunque los empleados administrativos capaces de hacer su trabajo desde casa pueden haber resistido la pandemia con pocas perturbaciones económicas, no ocurre lo mismo con los trabajadores de bajos ingresos, especialmente los de las industrias del ocio y la hotelería.

Entre ese sector sigue existiendo una intensa demanda de asistencia para la renta. Los inquilinos de bajos ingresos en todo el estado son elegibles para 5.200 millones de dólares en fondos federales para pagar alquileres adeudados y, en algunos casos, futuros. Los funcionarios estatales de vivienda esperan agotar esa cantidad y cuentan con que el gobierno federal reasigne dólares de otros estados que no han tenido la misma demanda.

Hasta ahora, los inquilinos de Los Ángeles han recibido alrededor de 635 millones de dólares de programas de asistencia para la renta, señalaron funcionarios de la ciudad, y más de la mitad de los beneficiarios son aquellos que ganan menos de 35.450 dólares al año para una familia de cuatro, o un ingreso equivalente para hogares de otros tamaños.

Josefina López, que vive en un departamento de una habitación junto con su esposo y dos hijos adolescentes en el sur de Los Ángeles, espera que el estado cubra ocho meses de su renta mensual de 900 dólares. Tanto ella, que es vendedora ambulante de tamales y bebidas frías, como su esposo, un trabajador de la construcción, han encontrado empleos esporádicos desde que comenzó la pandemia. “Sé que me aprobaron” para la asistencia de alquiler, comentó López, de 58 años. “No sé qué está pasando con el dinero”.

La demora contribuyó a la fricción con el propietario, quien recientemente llevó a la familia a un tribunal de desalojo por la falta de pago e intentó aumentarles el alquiler, a pesar de las prohibiciones impuestas por la ciudad.

Otros propietarios también se han sentido frustrados. Chazanas, el administrador de apartamentos, reconoció que también ha esperado durante meses a que el estado liquide los pagos de sus inquilinos, con un millón de dólares en alquileres atrasados aún pendientes.

Los funcionarios estatales aseguran que están moviendo el dinero mucho más rápido desde que comenzó el programa, en marzo de 2021, y esperan enviar mil millones de dólares adicionales en los próximos tres meses.

Guardado planea permanecer en su actual departamento de Studio City por un tiempo. Las unidades más pequeñas en su complejo cuestan casi tanto como la suya, y advierte que los precios han aumentado en otros edificios cercanos.

Con costos fijos y una carrera en crecimiento, el angelino nativo está ahorrando dinero para comprar una casa. “Es posible que me quede aquí hasta que eso suceda, porque la renta es más razonable”, reconoció Guardado. “Ahora tengo varios niveles de seguridad aquí”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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