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Ante la escasez de fórmula para bebés, las madres de California comparten su leche maternal

A woman prepares bags of her breast milk for donation.
Diana Granados, de Baldwin Park, prepara bolsas de su leche materna para donarla. Es una de las madres lactantes de California que están ayudando a alimentar a los hijos de otras personas durante la actual escasez nacional de leche de fórmula.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)

Los padres lactantes de toda California están colaborando para ayudar a alimentar a los hijos de otras personas durante la actual escasez nacional de leche de fórmula para bebés.

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Para Diana Granados, de 29 años, la búsqueda comenzó con un llamado en una popular página de Instagram para madres primerizas.

“¿Tienes leche de fórmula de sobra?”.

Granados no la tenía. Pero al pensar en la actual escasez de leche de fórmula a nivel nacional, y en que bebés como su hijo Raúl de 6 meses, pasen hambre, quiso ofrecer lo que tenía a su alcance.

“Hola, tengo leche materna para donar”, escribió la madre de Baldwin Park en los comentarios. En cuestión de minutos, le llovieron las peticiones.

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“Querían darme explicaciones de por qué necesitaban la leche”, dijo Granados. “Yo decía: ‘¡Ni siquiera necesito saber eso! Sólo quiero dársela’”.

Granados es una de las miles de madres lactantes de toda California que se han volcado para ayudar en la emergencia actual. Mientras sus vecinos se afanan por encontrar leche artificial, algunos madres lactantes recurren a su propio cuerpo como fuente de ayuda.

A mother plays on the floor with her 6-month-old son.
Diana Granados juega en el suelo con su hijo de 6 meses, Raúl, en su casa de Baldwin Park.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)

“El número de donantes que estamos viendo ha aumentado significativamente esta última semana”, dijo Jonathan Bautista, director ejecutivo de la organización sin fines de lucro Banco de Leche Materna de San José, el más antiguo banco de leche humana en el país.

El otro banco sin ánimo de lucro del estado, el Banco de Leche de la Universidad de California en San Diego, ha experimentado un aumento similar.

“Hemos quintuplicado las solicitudes de donación sólo en los últimos seis días”, dijo el martes la doctora Lisa Stellwagen, directora ejecutiva del banco y profesora de pediatría en la UCSD. “Ha sido una avalancha”.

Para millones de familias, la escasez de leche artificial ya era grave en abril. Pero la crisis estalló en la conciencia pública la semana pasada, cuando los pasillos de alimentos para bebés en los supermercados locales y las cadenas nacionales como Walmart y Target quedaron casi vacíos. El miércoles, en una tienda Target del centro de la ciudad, las hileras de puré de frutas y papilla de verduras se encontraban frente a estantes vacíos, con poco más que jarras de agua esterilizada y cajas de Pedialyte en el lugar donde normalmente estaría la leche de fórmula.

La respuesta de las madres no se hizo esperar. Grupos en Facebook, Instagram y WhatsApp se movilizaron para poner en contacto a los vecinos que tenían leche artificial con los que la necesitaban. Otros intercambiaron consejos sobre qué tiendas tenían existencias y cómo sortear las estrictas restricciones de importación de las marcas de leche de fórmula extranjeras.

Ahora, madres como Granados ofrecen sus reservas en el congelador a desconocidos en Internet.

A woman looks at bags of breast milk on a counter.
Diana Granados, de Baldwin Park, revisa las bolsas de leche materna que planea donar a familias que luchan por encontrar leche de fórmula para bebés.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)

“Hasta hace un mes ni siquiera sabía que la donación era posible “, dijo. “Cuando vi que la gente tenía problemas, pensé: ¿por qué no?”.

También el gobierno ha intensificado sus esfuerzos para ayudar.

A última hora del miércoles, el presidente Biden invocó la Ley de Producción de Defensa para aumentar rápidamente el suministro de leche artificial en el país y comenzar a traer existencias del extranjero. La medida se produjo tras el anuncio de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) a principios de esta semana de flexibilizar temporalmente las normas para que algunos fabricantes extranjeros de leche artificial puedan vender sus productos en Estados Unidos.

La agencia también firmó un decreto de consentimiento con el mayor fabricante de fórmulas del país, Abbot Laboratories, para reabrir su planta de Sturgis, Michigan, después de que se descubrieran allí graves violaciones de la salud y la seguridad en febrero. Abbott y otros fabricantes de leche artificial comparecerán ante la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes la semana que viene.

Mientras tanto, la Casa Blanca ha instado a los estados a flexibilizar las restricciones sobre la marca, el tipo y el tamaño de la leche de fórmula que las familias pueden comprar con ayuda del gobierno. El Programa Nutricional Suplementario para Mujeres, Bebés y Niños, o WIC, paga alrededor de la mitad de la fórmula vendida en Estados Unidos, y las familias de bajos ingresos que dependen de él se han visto particularmente afectadas por la escasez.

Sin embargo, no está claro si el alivio será rápido y/o generalizado. Abbott ha dicho que los productos de su planta de Sturgis no llegarán a las tiendas antes de agosto. Los fabricantes extranjeros acaban de enviar sus solicitudes a la FDA. Y la mayor parte del abasto de dos ingredientes clave de la fórmula, el aceite de girasol y el de cártamo de alto contenido en ácido oleico, está atascado en el frente de Ucrania.

Para Megan Vieira, madre de la zona de la bahía, no hay tiempo para esperar. Aunque se extrajo exclusivamente leche materna para su hija, y más tarde amamantó a su hijo, esta mujer de 38 años se está preparando para cuando nazca su tercer hijo a finales de mayo.

“Nunca me he suprimido la leche antes de tiempo, pero tendré que hacerlo para empezar la radiación”, dijo Vieira, a quien se le diagnosticó un cáncer de mama días después de saber que estaba embarazada de nuevo. “Es posible que pueda darle el pecho durante una o dos semanas, si todo sale bien con la cirugía y la quimioterapia. Pero después no podré”.

Ante la escasez de leche artificial, ha empezado a hacer acopio de leche de donativos.

“Dar el pecho es algo realmente difícil, y siempre ha sido algo estresante para mí”, dice. “Pero buscar leche de donante genera otro tipo de estrés”.

Aunque ahora se hace sobre todo por Internet, compartir la leche es una costumbre antigua que trasciende culturas, geografías y religiones, según los expertos. Una tradición judía sostiene que todos los conversos a la fe son descendientes de niños amamantados por la matriarca Sara. En las comunidades musulmanas, amamantar al hijo de otra persona crea una obligación de por vida y un parentesco entre dos familias.

Pero esta práctica también tiene un pasado coercitivo, según Cecilia Tomori, profesora asociada de la Escuela de Enfermería de Johns Hopkins, que estudia la alimentación infantil. Durante milenios, las mujeres pobres han encontrado trabajo como nodrizas, poniendo en peligro a sus propios bebés para ganar dinero para sus familias. En Estados Unidos, las mujeres esclavas se veían obligadas a amamantar a los hijos de sus propietarios mientras sus propios bebés pasaban hambre.

Los preparados para lactantes tienen su propia historia desagradable. UNICEF estima que más de un millón de niños murieron cada año como resultado de la comercialización de fórmula depredadora que desalentó la lactancia materna durante la década de 1970 y principios de los 80.

Shelves for baby formula are nearly empty in a Compton store.
Los estantes de la leche de fórmula para bebés están casi vacíos en una tienda de Compton a principios de este mes.
(Christina House / Los Angeles Times)

Hoy en día, la mayoría de las familias estadounidenses utilizan alguna combinación de leche materna y de fórmula entre el nacimiento y el primer año, según datos del gobierno. Sin embargo, las dos opciones de alimentación se presentan a menudo como enemigos acérrimos. Para muchas madres que alimentan a sus hijos con leche artificial, la escasez ha intensificado los sentimientos de culpa y vergüenza por la elección de no amamantar, o la lucha por producir suficiente leche para sus bebés.

Estas luchas están estrechamente relacionadas con la depresión posparto. Pero también están íntimamente ligadas a la pobreza. Aunque la mayoría de las madres que dan a luz dicen que quieren amamantar a sus bebés, los datos muestran que las que viven en la pobreza o cerca de ella, tienen la mitad de las probabilidades de hacerlo.

“Existe esta idea de obligación moral individual [en torno a la alimentación infantil], cuando en realidad toda la historia tiene que ver con fallos estructurales”, dijo Tomori. “Si realmente nos preocupáramos por cómo apoyar a la gente... ofreceríamos permisos pagados, proporcionaríamos apoyo cualificado para la lactancia y ofreceríamos bancos de leche humana”.

Estos bancos existen, pero su alcance es limitado. Mientras que una parte de la leche materna de donante se facilita por prescripción médica a padres como Vieira, paciente de cáncer, la mayor parte se envía a las unidades de cuidados intensivos neonatales, donde se da a los bebés prematuros y de bajo peso, dijo Bautista, del Banco de Leche Materna. Para estos bebés, la leche humana no es sólo un alimento, sino una medicina que salva vidas.

Esto se debe a que los bebés más pequeños corren el riesgo de sufrir una devastadora complicación digestiva llamada enterocolitis necrotizante o ECN. La ECN mata a un tercio de los bebés que la padecen y deja a muchos otros con complicaciones de por vida, explica Stellwagen, del Banco de Leche de la Universidad de California. Décadas de estudios demuestran que los que reciben leche materna -de sus madres o de una donante- tienen muchas menos probabilidades de enfermar que los que sólo reciben leche artificial en sus primeras semanas de vida.

“La necesidad de leche de donante es constante”, afirma Bautista. “Los bancos de leche como nosotros necesitamos reclutar donantes continuamente [para satisfacer la demanda]”.

Al igual que ocurre con la leche de fórmula, la demanda de leche de donante ha aumentado considerablemente este año en comparación con el mismo periodo de 2021. Aunque Bautista y Stellwagen se mostraron encantados con el repentino interés por la donación, advirtieron del peligro de compartir la leche de manera informal.

“Como familia, puedes sentirte muy tentada a aceptarla, ya que es un regalo desinteresado, pero no vas a poder investigar a la donante” de la forma en que lo hace un banco de leche, dijo Stellwagen.

Las donantes de leche deben responder a preguntas detalladas sobre su dieta y consumo de drogas, así como sobre piercings, tatuajes, parejas sexuales e incluso encarcelamientos recientes, dijo Bautista. Deben presentar su historial médico y obtener un permiso por escrito de su obstetra y del pediatra de su bebé para donar. Todos los productos de los bancos de leche son pasteurizados y sometidos a pruebas de contaminación, y las donantes deben someterse a análisis de sangre especiales antes de que su leche pueda ser aceptada.

Para Granados y muchas otras, eso es sencillamente inviable, sobre todo con las exigencias de un trabajo y un nuevo bebé.

“Intenté ponerme en contacto con los bancos, pero tienen muchos requisitos y no tengo tiempo”, dice. “Estoy muy ocupada con el trabajo y con mi hijo”.

Para Vieira, la leche de donante con receta está igualmente fuera de su alcance. El coste puede superar los 150 dólares por litro, suficiente para alimentar a un recién nacido durante dos días, o a un bebé de tres meses durante uno.

En su lugar, ha abastecido su nuevo congelador con la amabilidad de extraños.

“Fue estresante oír hablar de la escasez de leche de fórmula y pensar: ¿y si no puedo conseguir esta comida para mi bebé?”, dijo la madre. “Ahora hay una sensación de seguridad, de sentir que este niño va a tener qué comer”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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