Anuncio

Columna: Organizar peleas en medio de una pandemia es irresponsable, pero hay que entender la cultura de UFC

CHICAGO, IL - JUNE 08: Donald Cerrone (L) punches Tony Ferguson (R) at United Center on June 8, 2019 in Chicago, Illinois. (Photo by Rey Del Rio/Getty Images)
(Getty Images)
Share

John McCain fue un ferviente partidario del boxeo, pero la afinidad del difunto senador por el deporte de combate no se extendió a las artes marciales mixtas, al menos no inicialmente.

“Son peleas de gallos entre humanos”, dijo McCain al describir el deporte.

Es por eso que comprender la razón por la que Ultimate Fighting Championship se niega a cerrar sus actividades en medio de una pandemia global requiere familiarizarse con la transformación de la organización a un negocio multimillonario.

El desafío que mostró el presidente de UFC, Dana White, esta semana al anunciar que Tony Ferguson pelearía con Justin Gaethje el 18 de abril se fundó en el mismo espíritu estadounidense contra el mundo que impulsó el surgimiento de lo que alguna vez fue un deporte marginal.

Anuncio

Además de ganarse gradualmente a críticos influyentes como McCain, el MMA superó obstáculos financieros y reglamentarios en su camino para pasar al boxeo como el deporte de combate de elección en el país.

Eso no significa que el próximo show esté bien organizado. El UFC podría dictar la opinión pública, pero domesticar un virus es algo completamente diferente.

La idea de tener hombres con el torso desnudo luchando e intercambiando golpes en medio de una pandemia global es imprudentes no solo por razones de seguridad sino también por el ejemplo que establece. Los deportes inspiran, pero en este caso, ¿qué estarían promoviendo? ¿La idea de que los esfuerzos colectivos para frenar la propagación del virus deben ser descartados?

White no divulgó ningún detalle de UFC 249 fuera de los peleadores, y lo que supone uno aquí es que no lo hará hasta justo antes del evento. Retrasar la divulgación de información debería limitar la cantidad de preguntas que White tendrá que responder sobre las precauciones que está tomando.

White le dijo a TMZ Sports que ha asegurado un lugar para UFC 249 y que continuará haciendo peleas ahí durante dos meses.

El veterano personaje de los medios de MMA, Jeff Sherwood, informó que el sitio en cuestión es un casino en el centro de California. Debido a que la propiedad está en tierras tribales, está exenta de la prohibición estatal de los deportes de combate.

El UFC luego planea trasladar sus peleas a una isla privada para poder efectuar peleas internacionales.

Esta forma de resolver problemas socialmente irresponsable pero innegablemente creativa solía ser la marca registrada del tío borracho de MMA, el boxeo.

Históricamente, el boxeo ha sido oportunista en formas que otros deportes nunca podrían ser.

Si los promotores del boxeo se convencieron a ellos mismos de pagarle a hombres de muy bajos recursos para que estos golpeen a otros, también pueden justificar medidas moralmente dudosas para asegurar la financiación o vender una pelea.

Los devotos espectadores del boxeo rara vez han dado marcha atrás, ya que son personas que valoran el estímulo de observar la violencia controlada y están dispuestos a ignorar, y en algunos casos aceptar, el lado oscuro del deporte.

La dinámica ha permitido que el boxeo explote las tensiones raciales y acepte el financiamiento de dictadores asesinos. Mobutu Sese Seko, de Zaire, financió el triunfo histórico de Muhammad Ali sobre George Foreman; La tercera pelea de Ali contra Joe Frazier fue respaldada por Ferdinand Marcos, de Filipinas.

La búsqueda del promotor Eddie Hearn de carteras aceptables para los pesos pesados Anthony Joshua y Andy Ruiz el año pasado lo llevó a Arabia Saudita. Si a Hearn le molestó la participación del gobierno saudita en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi o el historial de derechos humanos del país, no lo demostró mucho al llevar la pelea ahí.

White sigue esta tradición, ya que espera aprovechar un panorama deportivo aniquilado por una pandemia.

Las personas están atrapadas en sus casas y desesperadas por los deportes en vivo. La ventaja financiera de UFC 249 es enorme.

También hay riesgo.

La gente no podrá reunirse para ver las peleas y dividir el costo de la transmisión de Pago por Evento en un momento en que la economía se está hundiendo.

Algunos rechazarán el espectáculo con el argumento de que parece ir en contra del esfuerzo colectivo del país para frenar la propagación de COVID-19, independientemente de las precauciones que tome el UFC para garantizar la seguridad de los participantes.

For the original story in English, please click here.

Anuncio