Columna: El radar revela el sufrimiento de Shohei Ohtani en su regreso
Otro ligamento roto podría obligar a Ohtani a abandonar el pitcheo y concentrarse en el bateo
Shohei Ohtani no se retorció en agonía ni se agarró el codo. No tuvo que hacerlo.
La pistola de radar contó la historia.
En una segunda entrada particularmente agotadora de una derrota de 11 entradas y 6-5 ante los Astros de Houston el domingo, Ohtani soltó tres bolas rápidas en una presentación de cinco lanzamientos a George Springer.
El primero: 89.6 mph.
Nerviosismo.
Luego: 89.1.
Agitación.
Finalmente: 89.7.
Grito.
El último de los cuatro lanzamientos fue bola, forzando una carrera y provocando la eliminación de Ohtani con dos outs, las bases llenas y los Angels abajo, 2-0.
Su segundo inicio de partido tras la cirugía reconstructiva del codo había terminado. Dependiendo de los resultados del examen de resonancia magnética que se sometió después del juego, su experimento de dos salidas también podría haber acabado.
Los lanzamientos fueron el 39, 40 y 42 de las cinco entradas para Ohtani, que inicialmente le ofreció al manager Joe Maddon suficiente cobertura para no saber si su repentina disminución en la velocidad estaba relacionada con su salud. La bola rápida de Ohtani se cronometró a 97.1 mph más temprano en la entrada, según el sistema Pitchf / x de las Grandes Ligas.
“Pensé que era fatiga”, afirmó Maddon en una conferencia de prensa por video después del partido.
Poco después, un portavoz de los Angels apareció ante la cámara en lugar de Ohtani. Dijo que Ohtani no estaría hablando porque no estaba en Angel Stadium.
Ohtani estaba en camino para someterse a una resonancia magnética después de experimentar “incomodidad” en su brazo de lanzamiento.
Esa escena nos recuerda a un inicio de partido que Ohtani tuvo hace dos septiembres en Houston.
La bola rápida de Ohtani alcanzó las 99 mph en la primera entrada de ese juego, solo para caer repentinamente en los 90 bajos en la tercera. Tres días después, se recomendó cirugía. Esta temporada marcó su regreso al montículo de esa lesión, pero lo que Ohtani imaginó como un regreso triunfante se ha convertido en un desastre absoluto.
Ohtani no pudo retirar a un solo bateador en su debut de temporada en Oakland.
Los Angels están en el último lugar en el Oeste de la Liga Americana. Y ahora esto. Otro ligamento roto podría obligar a Ohtani a abandonar el pitcheo y concentrarse en el bateo.
Todavía tendría la oportunidad de convertirse en uno de los mejores jugadores del deporte, pero no como él quería. Qué diferente fue todo el día anterior, cuando Ohtani estaba inusualmente tranquilo para un lanzador que fue abatido en su última apertura.
Respondiendo a una pregunta sobre lo que le gustaría hacer contra los Astros, bromeó: “Me gustaría sacar uno”.
Entre su desastroso debut en la temporada y el domingo, Ohtani conectó un jonrón dos veces como bateador designado, bateando una pelota casi como si fuera de golf y enviando una ráfaga de 99 mph al otro lado.
Algunos jugadores de mentalidad débil podrían haberse aferrado a los aspectos más destacados de su juego como si fueran salvavidas emocionales, Ohtani en cambio reconoció sus defectos.
“Por supuesto, creo que es mejor que no tener jonrones”, dijo a través de un traductor. “Aún así, con respecto a mi bateo, creo que hay problemas que no he podido superar”.
Estaba bateando .148, pero aún no estaba lo suficientemente desesperado como para buscar resultados positivos. Sonaba como si estuviera seguro de que saldría de su bache. Lo hizo, como lanzador, en una entrada.
Ohtani retiró los primeros tres Astros en orden. Su bola rápida estaba en el rango de los 95 a 96 mph, por encima del 92-93 que estaba en Oakland la semana anterior.
“Esa primera entrada fue sobresaliente”, dijo Maddon. “La velocidad subió. Se veía muy cómodo”.
Pero Ohtani no pudo retomar eso en la segunda entrada. Caminó a Michael Brantley. Se adelantó a Yuli Gurriel, 0 y 2, pero también le dio la base. Caminó a Josh Reddick para cargar las bases. Ohtani respondió con sucesivos ponches de Kyle Tucker y Jack Mayfield.
Casi escapó del atasco, pero su bola rápida de conteo completo a Dustin Garneau estuvo adentro, según el árbitro detrás del plato Alfonso Márquez y los Astros se adelantaron 1-0.
Las repeticiones mostraron que el lanzamiento fue bueno. “Si nos dan ese strike, serían tres strikes ahí, sale de la entrada con 30 lanzamientos”, dijo Maddon, “y podría haber sido una historia diferente”.
Angels vs. Astros highlights.
En términos del juego, tal vez. Pero en lo que respecta al brazo de Ohtani, eso dependería de cuándo comenzó la incomodidad.
El lanzamiento final de Ohtani a Garneau se registró a 94.2 mph. La siguiente bola rápida que lanzó, a Springer, fue casi 5 mph más lenta.
Por otra parte, el lenguaje corporal de Ohtani cambió notablemente al principio de la entrada. Cuando Ohtani se perdió la zona de strike en el primer lanzamiento hacia Tucker, dejó caer sus hombros de manera inusual.
En este punto, los detalles de la entrada no son importantes. El futuro de un jugador está en juego. Así es su sueño de jugar como lanzador y bateador en la liga más competitiva del mundo.
Cuando Ohtani se mudó de Japón a los Estados Unidos, se resistió a las llamadas de algunos rincones para centrarse en el pitcheo. Podría haber firmado con cualquier equipo, pero eligió a los Angels, que tenían la flexibilidad de invertir en su visión.
Antes de partir de su tierra natal, Ohtani explicó por qué insistió en lanzar y batear. “Hay una parte de mí que siente que no es solo mía”, dijo, señalando al pequeño grupo de personas que creían que podía dominarlo como profesional, así como a los fanáticos que lo apoyaron.
Los resultados de su resonancia magnética podrían determinar si podrá desarrollar ese sueño ambicioso.
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