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Columna: Raiders inaugura un nuevo estadio en Las Vegas sin fans, para decepción de los viajeros de LA

Las Vegas Raiders play against the New Orleans Saints.
(Isaac Brekken / Associated Press)

Los fanáticos siguen a los Raiders a Las Vegas, e incluso a un estadio vacío, escribe el columnista Dylan Hernández

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El equipo de futbol americano de Los Ángeles tiene marca de 2-0.

También los Rams.

Corrección:

9:45 p.m. sept. 22, 2020A previous version of this column incorrectly identified Vivid Seats as a secondary-market ticket broker. Vivid Seats is an online ticket-reselling marketplace.

Sin embargo, en retrospectiva, la historia del lunes por la noche no fue cómo los Raiders derrotaron a los Saints de New Orleans 34-24.

De hecho, la historia ni siquiera estaba aquí, ni en este estadio vacío, donde jugaron por primera vez.

Más revelador fue lo que sucedió afuera, alrededor de su nueva ciudad natal.

“Increíble”, dijo Kyle Collins.

Collins es el gerente general del Tommy Rocker’s Mojave Beach Grill, a menos de dos millas del Allegiant Stadium. El restaurante tenía capacidad para 160 clientes para la fiesta que organizó para el juego en el que Derek Carr pasó para tres touchdowns.

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Los fanáticos vieron a los Raiders recuperarse de un déficit de 17-7 con 24 puntos consecutivos, luego aseguraron el juego con el gol de campo de 54 yardas de Daniel Carlson.

No había monitores de televisión afuera, pero los fanáticos también se reunieron allí. Se instalaron cinco marquesinas y un puesto de cerveza en el estacionamiento.

“Ni siquiera son personas de Las Vegas”, dijo Collins cuando se le contactó por teléfono en el restaurante.

A Las Vegas Raiders fan takes a selfie outside Allegiant Stadium.
A Las Vegas Raiders fan takes a selfie outside Allegiant Stadium prior to the game on Monday in Las Vegas.
(David Becker / Associated Press)

Así que los Raiders lo han vuelto a hacer. Han abandonado no uno sino dos mercados y han convencido a sus seguidores de que los sigan.

Esta vez, hacia el desierto. Y esto, con el recién inaugurado Allegiant Stadium cerrado a los fanáticos durante la totalidad de sus juegos inaugurales en Las Vegas debido a los protocolos por el COVID-19.

Veintiséis años después de que cambiaron el Coliseo de Los Ángeles por el Coliseo de Oakland, aproximadamente el 15% de sus abonados son del Sur de California, según una persona familiarizada con la situación que habló bajo condición de anonimato.

En el sitio web de boletos Vivid Seats, los Raiders representaron el 27% de las búsquedas relacionadas con la NFL de clientes de Los Ángeles en los dos meses antes de que los equipos impusieran restricciones a la asistencia de los fanáticos. Los Rams estaban al 19%.

Más búsquedas de boletos de los Raiders en vividseats.com se originaron en Los Ángeles que en cualquier otra ciudad, incluida Las Vegas, según la compañía.

“Desde la perspectiva de las entradas, se podría argumentar que Los Ángeles sigue siendo una ciudad de los Raiders”, escribió Stephen Spiewak, gerente de marketing de contenido digital de Vivid Seats, en un correo electrónico.

Se esperaba algo de esto. Cuando los Raiders estaban en Oakland, los fanáticos viajaban desde Los Ángeles para verlos cada dos semanas.

Pero una cosa es conducir al norte del estado durante varias horas y ver un partido en persona y otra es presentarse a un estadio al que no se puede ingresar.

Por loco que parezca, eso es lo que hizo mucha gente, tanto de Los Ángeles como del Área de la Bahía.

El día antes del juego, los estacionamientos en Allegiant Stadium estaban llenos antes del mediodía. Muchos fanáticos vestían disfraces que incluían cascos, hombreras y mucha pintura plateada y negra.

En medio del Lote C, una carpa que vendía mercadería no oficial atrajo a una multitud. Un par de altavoces cercanos tocaban música funk de los setenta.

La tienda del equipo estaba abierta y una línea se extendía desde la entrada norte del estadio hasta el conjunto de puertas.

Ricardo Bustamante de Norwalk esperó durante más de dos horas la oportunidad de comprar camisetas para sus tres hijas.

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“No es lo mismo, hermano”, dijo Bustamante. “La quiero del estadio”.

Bustamante estaba con un grupo de amigos que incluía a Steve Shafer, quien se mudó a Las Vegas hace unos años. Cuando se le preguntó por qué estaba en la fila, Shafer señaló el estadio negro azabache.

“¡La Estrella de la Muerte!”, exclamó.

A Shafer se le recordó que no podía entrar.

Las Vegas Raiders play against the New Orleans Saints.
Las Vegas Raiders play against the New Orleans Saints during the second half on Monday in Las Vegas.
(Isaac Brekken / Associated Press)

“Está bien”, dijo. “Somos una nación. La representamos pase lo que pase”.

Shafer reveló el interior de su antebrazo izquierdo. Tatuados estaban los nombres de sus tres hijos: Steve, Jimmy y Raider.

Bustamante y Shafer fueron dos de los muchos fanáticos que dijeron que entendían por qué se les prohibió ver los juegos en persona. Aún así, estaban en una fila en la que se usaban mascarillas, pero no se practicaba el distanciamiento social.

Las advertencias de COVID-19 estaban por todas partes en la ciudad, pero las directivas de distanciamiento social parecían aplicarse en raras ocasiones, si es que alguna vez se aplicaban.

El peligro no asustó a estos fanáticos, incluidos Matthew Valdivia y Vincent Gallardo de San Bernardino, quienes dijeron que perdieron a un amigo cercano a causa de la enfermedad durante el verano.

“Haz tu parte, todos estarán a salvo”, dijo Gallardo, quien planeaba ver el partido en Tommy Rocker’s.

Luis MacPherson también estaba desesperado por estar allí, conduciendo cuatro horas desde su residencia en Watts el domingo por la mañana.

A diferencia de Gallardo y Valdivia, no pudo quedarse en Las Vegas para el juego del día siguiente. Tuvo que regresar a Los Ángeles para trabajar como supervisor de una bodega.

“Esta es mi familia”, dijo MacPherson. “Puedo ir al norte, a ellos no les importa la riña de L.A.–Bay. Todos apoyamos el mismo concepto”.

El sentir comunitario es con lo que cuenta Junior Moreno.

Moreno es de Newark, a unas 20 millas al sur de Oakland. Condujo ocho horas para vender camisetas, gorras y otros artículos que diseñó, así como para organizar una fiesta visual en el campo de prácticas Topgolf del MGM Grand.

Si no fuera por las medidas del COVID-19, Moreno estimó que podría haber vendido entre 300 y 500 paquetes VIP a $135 cada uno. Tal como estaban las cosas, vendió los 72 que tenía disponibles después de alquilar el piso inferior del lugar.

Moreno planea organizar eventos similares para los otros siete partidos en casa de este año.

El emprendedor está haciendo la misma apuesta que hicieron los Raiders cuando se mudaron aquí, que sus fanáticos viajarán a cualquier lugar y harán cualquier cosa para ser parte de esta extraña escena.

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