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Los mexicanos piden respuestas después de los horribles disturbios durante el partido de fútbol entre el Atlas y el Querétaro

Fans clash during a Mexican soccer league match between the host Queretaro and Atlas
Aficionados se enfrentan durante un partido de la liga mexicana de fútbol entre el anfitrión Querétaro y el Atlas, de Guadalajara, en el estadio La Corregidora el sábado en Querétaro, México.
(Sergio Gonzalez / Associated Press)
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Las imágenes que salieron del principal estadio de fútbol de la ciudad de Querétaro son tan imborrables como indefendibles.

El sábado, al principio de la segunda parte de un partido de la liga mexicana entre el Atlas, actual campeón, y el Querétaro FC, un equipo que nunca ha terminado más allá del sexto puesto de la clasificación, se produjo un motín en el Estadio La Corregidora.

Los hinchas se agredieron unos a otros con sillas, barras de metal, cuchillos, cinturones, puños y pies, y los informes oficiales indicaron que hasta 26 personas fueron hospitalizadas, tres de ellas en estado crítico. Un reporte no oficial dijo que el número era casi el doble.

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El domingo, el gobierno local dijo que no había víctimas mortales, pero las imágenes de cuerpos ensangrentados e inconscientes -incluida la de un hombre que yacía desnudo en un charco de su propia sangre-, así como las entrevistas con algunas víctimas y familiares, indicaban que había varios aficionados muertos.

Los futbolistas mexicanos del Orange County Soccer Club, de la USL, dicen estar entristecidos por las imágenes de violencia que surgieron de Querétaro en La Corregidora.

Mar. 10, 2022

Informes citados por observadores independientes, entre ellos el periodista de TV Azteca David Medrano, indicaron que habían muerto 17 personas. Otros informaron que el número de víctimas era mayor.

El domingo, Medrano tuiteó una foto y la confirmación de uno de los hinchas muertos, un aficionado del Atlas.

El domingo aparecieron al menos otros dos videos de aficionados del Atlas que insistieron en que tenían amigos que murieron en los ataques al estadio.

En respuesta, la Liga MX, la liga de fútbol nacional de México, se remitió a la declaración del Estado de Querétaro de que no había muerto nadie. Muchos lo pusieron en duda.

Fans fight during a Liga MX soccer match between host Querétaro and Atlas at the Corregidora Stadium Saturday.
Aficionados se enfrentan durante un partido de fútbol de la Liga MX entre el anfitrión Querétaro y el Atlas en el estadio Corregidora el sábado.
(Sergio Gonzalez / Associated Press)

“México tiene una larga historia de desconfianza contra los funcionarios del gobierno sobre las muertes, ya sea por estudiantes desaparecidos, por feminicidios, por la pandemia”, dijo Hérculez Gómez, ex jugador de la selección nacional de Estados Unidos que pasó seis temporadas en la liga mexicana. “Hay una historia de desinformación y desconfianza del gobierno entre su gente. Y eso está ocurriendo ahora.

“Esa es la peor parte. Esa es la parte que da miedo”.

Grupos de simpatizantes del Atlas se lanzaron a las redes sociales para publicar listas de personas que se sabe que están hospitalizadas y avisos en los que se pide información sobre la seguridad y el paradero de otros desaparecidos en la violencia. En el estadio del equipo en Guadalajara, se realizó una vigilia con velas.

Una imagen destacaba sobre el resto.

Un hombre se arrodilla en el césped, indefenso, usando su cuerpo para proteger a un niño que sostiene con su brazo izquierdo mientras intenta proteger su propia cabeza con el brazo derecho. Varios hombres se abalanzan desde la derecha para patear y golpear a la pareja.

El hombre y el niño llevan las camisetas de su equipo de fútbol favorito. Los atacantes llevan las camisetas de su rival.

“Este es lugar en el que deberías sentirte seguro, este lugar que debería tener un ambiente familiar, no lo era”, dijo Gómez, analista de fútbol de ESPN.

Fans go down stairs on the field at Corregidora Stadium in Queretaro, Mexico, Saturday to avoid a riot in the stands.
Los aficionados bajan las escaleras en el campo el sábado en el Estadio Corregidora en Querétaro, México, para evitar la violencia en las gradas.
(Eduardo Gomez Reyna / Associated Press)

La culpa de la violencia recayó sobre todo en los hinchas del Querétaro, conocidos como barras bravas. La mayoría, si no todas, de las personas que fueron hospitalizadas eran seguidores del Atlas.

También se culpó a los escasos efectivos de seguridad del estadio, formados en su mayoría por agentes contratados de forma privada, que tardaron en reaccionar y fueron ineficaces a la hora de controlar la violencia.

El presidente del club Querétaro, Gabriel Solares, dijo en una conferencia de prensa que había 600 efectivos de seguridad en un estadio con capacidad para casi 34.000 personas. La razón por la que no hubo una mayor presencia de seguridad en un partido entre equipos con un historial reciente de violencia entre los hinchas seguramente se abordará en las múltiples investigaciones que se han prometido.

También habrá que averiguar por qué las barreras destinadas a separar a los grupos de hinchas rivales se traspasaron fácilmente después de que se iniciaran los enfrentamientos en las gradas, permitiendo que la violencia se extendiera al campo.

El periódico El Universal de Ciudad de México lo calificó como “el día más oscuro para el fútbol mexicano”.

Fans clash during a Liga MX Querétaro and Atlas at Corregidora stadium in Queretaro, Mexico, Saturday.
Aficionados se enfrentan durante un partido de fútbol de la Liga MX entre Querétaro y Atlas en el estadio Corregidora en Querétaro, México.
(Sergio Gonzalez / Associated Press)

Mientras sobrellevan la violencia, los aficionados en las redes sociales defendieron a su país en respuesta a quienes atribuyeron la trifulca a una cultura mexicana violenta.

“Entendemos que es un problema, pero no es sólo un problema de gente morena”, dijo Sergio Tristán, un abogado de Austin, Texas, y fundador del Ejército de Pancho Villa, el mayor grupo organizado de aficionados al fútbol mexicano en Estados Unidos. “La violencia es un problema en todo el mundo”.

En más de 50 países de seis continentes se ha producido algún nivel de violencia futbolística. Hace diez años, un disturbio en un estadio egipcio dejó 74 muertos y más de 500 heridos. El gobierno cerró la liga de fútbol del país durante dos años como respuesta.

En muchos países bálticos, los grupos de hinchas han sido durante mucho tiempo refugio de grupos fascistas y paramilitares que utilizan la afiliación al equipo como tapadera para atacar a sus rivales políticos. Lo mismo ocurre en Italia.

En Francia e Inglaterra, el hooliganismo ha sido a menudo desencadenado por las tensiones sociales, con la violencia que una vez fue tan común en el Reino Unido que se denominó la enfermedad inglesa, y las mujeres y los niños eran disuadidos de asistir a los partidos.

El nacionalismo, por su parte, alimentó una ola de violencia sangrienta durante la Eurocopa de 2016 en Francia.

Y en Los Ángeles, Bryan Stow, un aficionado al béisbol de los Giants, estuvo a punto de morir tras ser golpeado en el estacionamiento del estadio de los Dodgers. Un aficionado de los Mets fue golpeado en el mismo estacionamiento y casi muere cuatro años después.

Aunque los aficionados mexicanos de ambos lados de la frontera defendieron los valores de su país y el fútbol en las redes sociales, también criticaron la reacción oficial ante la violencia.

La primera reacción del presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, en Twitter, fue describir la escena en Querétaro como “inaceptable y lamentable.” El resto de la programación de la liga continuó el sábado por la noche antes de que cancelara cuatro partidos programados para el domingo y el martes.

El domingo, Arriola calificó la violencia de “lamentable”, al tiempo que prometió una investigación y posibles sanciones.

Tristán ve los disturbios como una llamada de atención para la Liga MX.

“La liga mexicana tiene que preguntarse cómo quiere salir de esta esta tragedia”, dijo. “Va a tener que ser un castigo duro. Ya sea prohibiendo las barras o implementando un proceso de seguridad más estricto en cada estadio. Tienen que aplicar políticas y castigos rígidos y estrictos”.

La CONCACAF, la federación que supervisa el fútbol de 41 estados miembros en Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, calificó la violencia de “impactante” y dijo que condenaba el comportamiento. También pidió una investigación y sanciones.

La FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, calificó los disturbios de “bárbaros” y animó a las autoridades locales a hacer “justicia rápidamente con los responsables”.

Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, anunció que solicitará cargos por intento de asesinato para los implicados en los disturbios.

Tristán no olvidará pronto otra imagen que circuló por internet durante el fin de semana. En ella se ve a una familia de cuatro miembros corriendo por el campo del Querétaro, el segundo miembro más joven sin camiseta después de que su padre se quitara la suya para evitar ser identificado como aficionado del Atlas. Todos los que aparecen en la foto habían salido en una calurosa tarde de sábado para ver un partido de fútbol, sólo para terminar en un disturbio.

“Eso me rompió el corazón”, dijo Tristán. “Si un niño pequeño no puede ir a un estadio con su camiseta favorita para apoyar a su equipo, ¿qué estamos haciendo aquí como liga, como país, como afición?”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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