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Marlon ‘Chito’ Vera quiere volver a robarle el brillo a Sean O’Malley, esta vez en UFC 299

Sean O'Malley golpea a Marlon Vera (der.) durante la pelea coestelar de UFC 252.
(Jeff Bottari/Zuffa LLC)

El ecuatoriano Marlon Vera quiere repetirle la fórmula a Sean O’Malley y de paso robarle su cinturón, mientras que asegura no dejarse llevar por las bufonadas de su rival de turno.

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Con un Conor McGregor que daba señales de que sus mejores momentos en la UFC habían pasado, las miradas empezaron a recaer sobre otra figura que brillaba con luz propia. Sean O’Malley se iba convirtiendo poco a poco para UFC, en la algarabía, lo colorido y lo grotesco, tal como disfrutan Dana White y sus aficionados.

O’Malley había arribado a la UFC tras ganar un combate crucial en la serie de contendientes de White en julio de 2017, para después convertirse en el rey de la The Ultimate Fighter 26, unos meses después, en diciembre. El peso gallo debutó oficialmente en marzo de 2018 y sumó tres combates ganados.

Todo iba viento en popa para la nueva gran figura de UFC, sin embargo, en su cuarto combate, se enfrentó con una realidad a la que no estaba acostumbrado, cayó derrotado por nocaut.

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¿El verdugo? Marlon Vera, un peleador ecuatoriano que sin tanto ruido detuvo a O’Malley y puso en duda si en realidad el estadounidense era el reemplazo de McGregor.

El ecuatoriano Marlon Vera quiere repetirle la fórmula a Sean O’Malley y de paso robarle su cinturón, mientras que asegura no dejarse llevar por las bufonadas de su rival de turno.

Tras ese triunfo, nadie insinuó que ‘Chito’ sería entonces el héroe de UFC, por el contrario, él también sufrió dos derrotas en sus siguientes siete combates, mientras que O’Malley, tuvo otras oportunidades para demostrar su valor, alcanzando tres nocauts consecutivos, hasta que un “combate sin decisión” ante Pedro Munhoz volvería a arruinar sus planes.

El destino volverá a reunir a O’Malley, el campeón gallo, y a Vera en un combate que podría darles otro impulso en sus carreras cuando estos se vean el sábado, 9 de marzo, en el Kaseya Center de Miami (Cartelera Principal a las 7 p.m. PT, ESPN+).

O’Malley ha insistido en que Vera no ha evolucionado de gran forma como lo ha hecho él desde la última vez que se vieron.

“Pues yo creo que la evolución no para”, refutó Vera a LA Times en Español. “Todos evolucionamos año a año, todos cambiamos métodos, buscamos mejoras y, obviamente, nos topamos tres años y pico después y yo creo que ambos vamos a estar mejor. Ambos vamos a estar con ganas en esta pelea por el cinturón”.

Vera dijo entender las aspiraciones que quizá se tenían de O’Malley como un posible reemplazo de McGregor, la última gran superestrella de UFC, pero eso no está en su mente y solo quiere evitar una primera defensa del título que ahora posee su rival de turno.

“A veces veo que hay peleadores que pelean con alguien popular y ganan o pierden, y como que solo publican esa foto, como si tuvieran un apego a esa persona porque es relevante”, señaló el peleador de 31 años. “La mayoría de los que veo que hacen eso, no crecen porque se quedan muy pegados… Desde que pasó esa pelea entre nosotros, él habla de mí todo el tiempo. Es como que no sé si está enamorado (risas). Puedes revisar mis redes sociales, para mí, el tipo está muerto, o sea es otra mosca oliendo mierda por ahí”.

Vera tampoco se ha dejado intimidar por las tácticas mentales que O’Malley trata de interponer sobre él, tal es el caso como cuando el estadounidense fue exclusivamente a buscarlo en la velada de UFC 298, que se celebró en Anaheim el pasado 17 de febrero, para provocarlo o crear algún tipo de presión.

“No me encontró, tiene que buscar mejor”, dijo sonriendo Vera. “Si él fue con la intención de buscarme para hacer su show, pues no me encontró porque yo estaba en mi casa con pantuflas, viendo las peleas, tranquilito, comiendo un ‘rib eye’, mientras que él tuvo que viajar hasta allá y gastar sus energías, que voy a tener de sobra el próximo sábado”.

Vera espera que O’Malley vuelva a usar alguna táctica de intimidación o distracción como lo hizo en el primer combate, cuando se pintó su cabellera con los tres colores que forman la bandera ecuatoriana: amarillo, azul y rojo.

“Lo veo como una publicidad, es como que alguien compró una camiseta mía”, dijo Vera. “Mucha gente lo vio mal, pero para mí fue más cámaras, más tricolor… yo no me pondría una camiseta de él”.

Vera dijo que O’Malley no cumple con las condiciones para ser un ídolo entre los más chicos que desean seguir sus pasos.

“Es difícil inspirarte, de tanto brillo, de tanto color, o sea, porque no es real”, explicó Vera. “No, no puedes inspirar a un niño que va subiendo en la vida, que quiera algo y con ese estilo, me imagino que hay gente que le gusta, pero a mí me gusta lo simple, lo sencillo y eso tiene más vida, más camino”.

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