VIDEO: De la Hoya explica la razón por la que boxeadores que lo tienen todo caen en adicciones

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A los 24 años, Óscar de la Hoya ya se había bañado de oro en las Olimpiadas y había conquistado los cinturones del título de peso superpluma, ligero, superligero y welter. Ya había estado en el ring con los “peces gordos”: Pernell Whittaker, Julio César Chávez y Héctor ‘Macho’ Camacho, todos en el ocaso de su carrera. Estaba invicto, y dos años después iba a sufrir apenas su primera derrota ante el boricua Félix Trinidad en un clásico duelo del deporte en el Mandalay Bay de Las Vegas, Nevada.

Era ‘El Niño de Oro’ de 24 años, la misma edad que tiene ahora su pupilo Ryan García (23-0, 19 KOs), quien enfrentará a Gervonta Davis (28-0, 26 KOs) este próximo sábado, 22 de abril, en el T-Mobile Arena de Las Vegas. El originario del Este de Los Ángeles llama esta cita como una contienda de una magnitud similar al duelo cuando enfrentó a Trinidad en 1999, compromiso que los promotores Bob Arum y Don King habían calificado como la “pelea que iba a salvar el boxeo” y que el angelino perdió por decisión mayoritaria. El combate estableció el récord de Pago por Evento para una pelea de peso no pesado con 1.4 millones de compras en HBO, hasta que fue superado ocho años después por De La Hoya-Mayweather en 2007 (2.4 millones de compras de PPV).

García, a sus 24 años, se subirá al ring ante su primer gran reto boxístico cuando enfrente a Davis, quien ha sido campeón múltiples veces en tres diferentes divisiones, está invicto y ha arrasado varios rivales, incluyendo un nocaut descomunal ante Leo Santa Cruz. El único reto importante para García ha sido Luke Campbell hasta el momento, quien lo tumbó pero luego el mexicoamericano se levantó y lo noqueó en el séptimo round. Su capacidad para dividir opiniones en el mundo del boxeo, la dificultad del oponente y su popularidad hacen que la pelea sea sumamente atractiva.

García goza de mucha popularidad entre la juventud, pero también ha sufrido de condiciones mentales como ansiedad y depresión. Incluso ha dicho que pensó en un momento en quitarse la vida. De la Hoya tampoco es ajeno a los problemas mentales, pues él también ha mencionado varias veces que ha sufrido de alcoholismo, depresión y consumo de sustancias.