José Ramírez libra arduas batallas en favor de su comunidad de Avenal en medio del COVID-19

El mexicoamericano quiere agua para la agricultura de Avenal mientras muestra su apoyo a su gente con productos básicos en tiempo de coronavirus

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En lo que va de su exitosa carrera, José Ramírez ha demostrado ser un peleador serio y entregado al boxeo, mientras que en el cuadrilátero ha ido poco a poco creciendo y cimentando su nombre como uno de los mejores, él no termina sus peleas cuando se baja del ring. El agua y el COVID-19 son sus otros rivales que ha tenido que enfrentar en favor de su comunidad.

Aunque Ramírez (25-0, 17 KOs) es el campeón mundial superligero del CMB y del OMB y busca seguir defendiendo esos títulos cuando enfrente este 29 de agosto al veterano ucraniano Viktor Postol (31-2, 12 KOs), en el MGM Grand de Las Vegas, él libra otro tipo de batallas desde hace muchos años en pro de su gente de Avenal, en el Norte de California.

Él creció más específicamente en el Valle del Centro de California, en una área que acapara alrededor del 90% de la economía, en donde por años han buscado la ayuda gubernamental para implementar infraestructuras que le ayude a la agricultura del área.

“La pelea contra el agua fue una campaña que empecé yo para promocionar junto a Top Rank mis peleas en el área de Fresno”, explicó el mexicoamericano a LA Times en Español. “Es una área rodeada de agricultura con mucha gente encargada en el campo”.

Entre el 2009 y 2011, la agricultura se vio afectada por la poca presencia de lluvia. Esa escasez del agua causó problemas para la cosecha, conllevando a que mucha gente perdiera su trabajo. Incluso, según explicó Ramírez, la gente en sus casas también se vieron afectadas sin mucha agua limpia para sus quehaceres y necesidades.

Ramírez trabajó los campos en su adolescencia junto a su familia.

“Es una área de 100,000 acres de tierra, en la que se siembra almendra, pistacho, tomate, cebolla, uva, de todo y en ese tiempo no podíamos pasar una Proposición que permitiera agarrar dinero del Estado para hacer un lago artificial para guardar el agua”.

El oriundo de Avenal y su equipo se asociaron con una coalición en busca del apoyo gubernamental para su causa. La idea era crear conciencia sobre la Proposición 1, que era de un proyecto de creación de infraestructura para suministro de agua. Aunque la Proposición 1 logró pasar, el dinero que se obtuvo no necesariamente se usó para los proyectos específicos de agricultura que deseaba Ramírez.

“Ocupamos tener un Plan B, no solo de un lago artificial para guardar el agua… hay lagos artificiales que están nada más para balancear el agua de la nieve con la del océano, o sea para propósitos ambientales y no para guardar el agua para la agricultura y la gente… es muy difícil porque hay mucha política también”.

En este año en el que la pandemia del COVID-19 ha paralizado al mundo no solo deportivo, sino que también afectó en otros niveles sociales a nivel global, una vez más, Ramírez no olvido a su gente en Avenal y decidió poner manos a la obra para apoyarlos.

En una colecta masiva, Ramírez logró recaudar más de $76,000 para proveer productos básicos a más de 1,000 familias. Ramírez aportó con $20,000.

“No fue porque me siento mal por ellos, no es porque me da lástima, al contrario, lo hice [para decirles] ‘gracias por seguir trabajando, gracias por hacerlo fácil para mí, para usted’, para poder ir y agarrar la fruta fresca de ahí. Porque ellos hacen los trabajos difíciles en estos momentos de la pandemia, en el calor de la temporada con más de 100 grados aquí en California”.

En cada caja que se le proveyó a las familias, Ramírez dijo que se encontraban cubrebocas, 10 libras de arroz, una bolsa de frijoles de cinco libras, 24 botellas de agua, un paquete de rollos de papel higiénico y demás productos de necesidades básicas.

“Los trabajadores ya estaban trabajando desde las 5 de la mañana y cuando regresaban en la tarde, ya no había nada en las tiendas, entonces les compré un paquete de papel y de servilletas, además de desinfectantes”, recontó Ramírez.

El peleador aprovechó su amistad con varios negociantes para que estos le guardaran algunos de los productos básicos que la gente acababa rápidamente de las tiendas.

“Mucha gente me ayudó porque las tiendas rellenaban sus negocios en las madrugadas y a algunos los convencí para que por lo menos un día lo hicieran en la tarde para darle la oportunidad a la gente del campo de comprar también”, dijo Ramírez.