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Ford transita un camino arenoso y su futuro esta complicado, sepa ¿porque?

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Las ventas de Ford en los Estados Unidos se han estancado, y hay muchas razones para dudar de los planes de cambio de Jim Hackett, el CEO de la automotriz del ovalo azul.

Las ventas en China, el mercado de automóviles más grandes del mundo, han disminuido para Ford, que ya ha dejado de ser una figura principal en mercados latinoamericanos, como lo había sido en décadas pasadas.

La consultora Moody’s rebajó la deuda de Ford a “inservible”, por varias razones y algunas otras convincentes.

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La visión de Hackett de convertir a Ford en un líder mundial de automóviles eléctricos y autónomos no es para nada alentadora y no se distingue de los programas de ninguno de los otros fabricantes mundiales de automóviles.

La acción de Moody’s fue rebajar la deuda de Ford de Ba1 de Baa3. Calificó el plan de reestructuración de Hackett como largo y costoso. Moody’s también dijo que el plan deberá ejecutarse en un momento en que los resultados de la industria mundial se estén suavizando.

Detrás de la calificación de Moody’s está el hecho de que Hackett ha fracasado. Su plan de reestructuración involucra 11 mil millones en inversiones en la próxima generación de automóviles eléctricos y autónomos. Esto significa que Ford necesitará lanzar 40 vehículos eléctricos para 2022.

Hackett dijo en enero del 2018 que recortará 14 mil millones en costos durante aproximadamente el mismo período. Por supuesto, los hispanos fueron los primeros en su recorte, como lo ha sido siempre en la industria.

Pero además de ciertos cambios, apenas ha habido movimiento que sugiera que los planes de recortes están en marcha, salvo los despidos de varios miles de trabajadores.

Ford no quiere estar solo en el futuro, su panorama es oscuro y tuvo acuerdo una serie de empresas conjuntas incluyendo la compañía automotriz más grande del mundo, Volkswagen, algo que en otras épocas, la familia Ford hubiera bloqueado.

En el acuerdo con Volkswagen, Ford, utilizará la plataforma de automóviles eléctricos que la compañía alemana tiene en Europa, dejando la alianza s estar destinada a ser una cooperación en vehículos comerciales, eléctricos y autónomos.

A pesar de que las dos compañías son brutales competidores hace décadas, el acuerdo fue largo en relaciones públicas pero ligero en detalles, lo que significa que la cooperación solo llegará hasta cierto punto y a cierto nivel. En pocas palabras, mucho ruido pero poca nueces en el camino.

Otro inserto doloroso que tiene Ford en el futuro de la movilidad, es que también debe competir en tecnología los fabricantes de automóviles que están más avanzados que Ford, además de tener que lidiar en su contra con una serie de nuevas empresas tecnológicas pero bien financiadas, como Waymo de Google.

La línea actual de Ford en sedanes y camionetas está anticuada, y si la adopción de vehículos eléctricos y vehículos autónomos no es tan rápida como Ford cree, se quedará estancada sin una nueva serie de vehículos para competir en el negocio tradicional de automóviles, que cada día pierde compradores.

Irónicamente Ford estará en un vicio del que no puede escapar., la industria del automóvil se basa en gran medida en las percepciones de los consumidores. A Ford le había ido bien en comparación con otras marcas importantes de la industria cuando puso sus modelos a competir. Ya no.

Sus sedanes estarán descontinuados, y sus SUV’s tienen una feroz competencia de marcas que tienen mejor reputación de confiabilidad.

La serie de pick ups de Ford que ha sido el líder de ventas por décadas tiene la competencia de General Motors, Ram, Toyota, Nissan encima, en un segmento que crece pero con feroces rivalidades.

En el 2009, General Motor tuvo que pedir la bancarrota y de ser el líder mundial de ventas, pasó a estar en el cuarto puesto.

Lo mismo pasó con Chrysler en el 2009, con una bancarrota que fue tomada por Fiat a precio de ganga.

Ford sobrevivió a la recesión de ese año, pero no supo capitalizar su momento por ser una automotriz sumamente conservadora. Su detalle de tener sus autos “One Globlal”, con la misma matriz de cada segmento a nivel global, le dio resultados por un tiempo, pero no fue una solución para las penurias que se le avecinaron.

El nuevo Ford Explorer fue una fuerte apuesta para la automotriz, ya que es su SUV de avanzada y de imagen. Pero desde el principio tuvo problemas en la construcción y ya fue llamado a revisión, lo que es una mala señal para los amantes del modelo, que con las salidas de los nuevos Hyundai Palisade y Kia Telluride, le ha salido una inesperada competencia.

La división Lincoln, que pensó que el nuevo Continental salía a comerse el mercado de sedanes lujosos, está en un limbo sin muchas pretensiones. El hermano gemelo del Explorer, el Aviator ya fue llamado a revisión un par de veces, lo que ha ahuyentado a posibles compradores.

El precio de las acciones de Ford ha caído un 18% en los últimos dos años, lo que es una señal segura de escepticismo sobre las perspectivas futuras de la automotriz.

Durante el mismo período, las acciones de GM subieron un 3% y el S&P 500 es un 19% más alto. La antigua automotriz más grande del mundo, se redujo y vendió sus marcas europeas, cerrando sus fábricas en Rusia, y pensando en el futuro que se viene la industria, con vehículos autónomos, eléctricos y conectados. Y los inversionistas están entusiasmados.

Por ahora no hay indicaciones importantes de que Ford este en el camino correcto, y el nuevo informe de Moody, solo le trae más piedras al duro y futuro camino que la automotriz del ovalo azul deberá soportar.

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