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Cientos de jóvenes hispanos fueron tiroteados en Denver entre 2012 y 2017

Dos estudiantes y un padre abandonan una iglesia local después de reunirse después de un tiroteo en Arapahoe High School en Denver, Colorado, EE. UU., el 13 de diciembre de 2013. Un estudiante no identificado disparó contra compañeros que hirieron gravemente a uno. El pistolero se suicidó. EFE/EPA/Bob Pearson/Archivo
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Cientos de jóvenes hispanos y de otras minorías étnicas han sido atacados a balazos en la capital de Colorado y zonas aledañas entre 2012 al 2017, según revela un estudio difundido este martes por el Departamento de Salud Púbica de Denver.

De acuerdo con el estudio, en los años mencionados unos 700 jóvenes fueron tiroteados. De ellos, el 45 % es de origen hispano y le siguen víctimas afroamericanas con un 29 % y blancos con un 23%.

Como comparación, según el Buró del Censo, de los 716.000 habitantes de Denver el 63 % es blanco, el 30 % hispano y el 9,5 % afroamericano.

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Sin embargo, cabe destacar que la mayoría (56 %) de los menores de 18 años en la ciudad es de origen latino, según estadísticas de las Escuelas Públicas la capital de Colorado.

La violencia armada en Denver afecta en general a 6,3 personas por cada 100.000 residentes, el mismo promedio que a nivel nacional, pero esa cifra sube a 67 por cada 10.000 para residentes locales de entre 19 a 24 años.

En cuanto a números de víctimas mortales, 74 jóvenes de Denver fueron abatidos a balazos en el período analizado, más otros 311 que recibieron atención médica de emergencia tras ser tiroteados y 175 que fueron hospitalizados por sus heridas por la misma causa.

Para compilar esos datos, Salud Pública de Denver trabajó con organizaciones religiosas, el alguacil y la policía local, así como con hospitales y centros de tratamiento del área y grupos comunitarios de ayuda a adolescentes y adultos jóvenes.

El Departamento de Salud de Denver anticipa que cada año, como promedio, habrá 13 jóvenes muertos a balazos en esta ciudad, otros 69 heridos de gravedad, y 616 afectados de diversas maneras, entre las que el análisis indica situaciones de asaltos, golpes y heridas leves.

Los ataques se relacionan mayormente con actividades de pandillas.

“Y eso no incluye los efectos indirectos (de esa violencia) en otros jóvenes, en sus familias o en sus comunidades”, anota el reporte.

Las cifras mencionadas significan que “las armas de fuego son la principal causa de muerte entre los jóvenes de Denver”, especialmente entre los varones, que tienen siete veces más posibilidades de ser tiroteados que las mujeres de su misma edad.

El reporte subraya la “desconexión” o disparidad entre la etnicidad de las víctimas juveniles en la ciudad y el porcentaje de esos grupos étnicos con respecto a la población en general.

”...Como los afroamericanos y los latinos tienen más probabilidades de vivir en vecindarios pobres, también tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia”, explica el reporte.

Basado en datos de estos seis años, el reporte es considerado como “el más exhaustivo” sobre la violencia armada contra menores de 25 años en el área metropolitana de Denver.

El reporte concluye con la afirmación de que la violencia armada es “un problema de salud público crítico, pero evitable”, por lo que existe una “oportunidad para cambiar la historia”.

Entre las vías posibles para el cambio indica la coordinación de proyectos locales ya existentes, o la adaptación de planes implementados exitosamente en otras ciudades.

Entre esos planes figuran el Mapa para Vecindarios Seguros y Saludables en Louisville, Kentucky, que redujo los homicidios juveniles en un 30 %, y el de Oakland Unite, California, que redujo los homicidios a su nivel más bajo en 20 años.

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