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Citando el coronavirus, familias sin hogar confiscan 12 casas vacías en Los Ángeles: “Tenemos que hacer esto”

Homeless and housing-insecure protesters take over homes in El Sereno
Los simpatizantes hicieron guardia mientras un grupo de personas sin hogar se apoderó de varias casas en El Sereno el miércoles.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Con la ciudad impulsando medidas más estrictas para frenar la propagación del coronavirus, un grupo de residentes sin hogar en L.A. se está haciendo cargo de casas vacías propiedad del estado.

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Un grupo de angelinos sin hogar y con inseguridad de vivienda incautaron el miércoles más casas vacías de propiedad pública en El Sereno, argumentando que los funcionarios del gobierno no han proporcionado el refugio necesario para que se mantengan saludables durante la pandemia de coronavirus.

La ocupación le sigue a una toma de posesión similar el sábado, cuando dos familias y un hombre se mudaron a una de las docenas de casas vacías del vecindario, todas propiedad de Caltrans. La agencia estatal las compró hace años como parte de un plan ahora fallido para extender la Autopista 710.

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Los manifestantes se han apoderado de 12 casas y planean permanecer en las propiedades indefinidamente, dijeron los organizadores.

“Con esta crisis de salud y de vivienda, necesitamos que cada casa vacante sea un hogar para aquellos que no tienen un lugar seguro y estable para dormir”, manifestó Ruby Gordillo, de 33 años, mientras estaba de pie en el porche de un bungalow de dos dormitorios antes de mudarse con sus tres hijos.

Gordillo y otros involucrados en la protesta dijeron que fueron inspirados por un grupo de madres sin hogar en Oakland. A fines del año pasado, esas madres tomaron una casa vacante, propiedad de una corporación y, después de ser desalojadas, obtuvieron el respaldo del gobernador Gavin Newsom para forzar la venta de la propiedad del Área de la Bahía a un fideicomiso de tierras comunitarias.

Alex Caputo-Pearl, president of United Teachers Los Angeles, speaks at housing occupation
Alex Caputo-Pearl, presidente de United Teachers Los Angeles, habla el miércoles en una de las casas ocupadas de El Sereno mientras Ruby Gordillo, en el centro, y el reverendo Walter Contreras permanecen a su lado.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Al igual que las madres de Oakland, los manifestantes en El Sereno están afiliados a la Alliance of Californians for Community Empowerment, una organización que ha abogado por varias medidas estatales para expandir el control de alquileres y la protección de los inquilinos.

Los manifestantes de Los Ángeles, que se autodenominan Reclamando nuestros hogares, dicen que estos pasos son aún más urgentes debido a la propagación del coronavirus, la enfermedad que causa el COVID-19. Los expertos en salud pública están pidiendo medidas cada vez más estrictas, como pedirles a las personas que se queden adentro y que se mantengan alejadas entre sí para frenar la propagación del virus.

Aunque Newsom, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, y otros funcionarios electos han pedido que se alojen los residentes sin hogar en hoteles, moteles y propiedades públicas, las familias dicen que no han actuado con suficiente urgencia.

“Como no lo han hecho, están siendo injustos”, dijo Martha Escudero, de 42 años, quien pasó los últimos 18 meses durmiendo en sofás en el este de Los Ángeles antes de mudarse a la casa propiedad de Caltrans el sábado. “Tenemos que hacer esto”.

La agencia estatal no respondió a una lista de preguntas del Times.

Escudero dijo que el Departamento de Transporte de California no ha intentado desalojar a las familias desde que se mudaron el sábado por la mañana. Caltrans adquirió las modestas casas en El Sereno entre unas 460 propiedades, incluidas las mansiones Craftsman en South Pasadena, en preparación para extender la Autopista 710. Ese plan fue abandonado en 2018.

Protesters and their supporters pray inside of a home in El Sereno on Wednesday.
Los manifestantes y sus seguidores rezan dentro de una casa que ocuparon en El Sereno el miércoles.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Caltrans ha comenzado el proceso de venta de viviendas, que la ley exige que se ofrezcan primero a los antiguos propietarios y luego a los inquilinos que cumplen con ciertos requisitos de ingresos. Pero la gran mayoría todavía son propiedad del estado. Muchas de las casas en El Sereno tienen ventanas cerradas con letreros que advierten contra la entrada ilegal.

Desde que comenzó la ocupación, un grupo de legisladores estatales ha pedido a Newsom que ponga a disposición de inmediato las propiedades vacantes de Caltrans. El gobernador no ha intervenido en la protesta, sino que ha hablado repetidamente sobre la necesidad de priorizar a la población sin hogar durante la pandemia, especialmente a las personas mayores.

Garcetti reconoció el martes que sabía que las familias habían ocupado al menos una casa. Expuso que le había preguntado a Caltrans si funcionarios de vivienda de la ciudad podrían hacerse cargo de las propiedades en El Sereno, pero que requeriría una acción estatal.

“No tenemos montones de viviendas vacantes”, dijo Garcetti. “En este momento, estamos enfocados principalmente en hoteles [y] moteles... Para llegar a los números que creo que tenemos que lograr, nunca los alcanzaríamos sólo con casas vacías”.

El miércoles por la noche, Garcetti informó que la ciudad convertirá 42 de sus centros de recreación en refugios temporales para residentes sin hogar, proporcionando 6.000 camas nuevas para ayudar a frenar la propagación del coronavirus. Mientras tanto, Newsom anunció $150 millones en fondos de emergencia para trasladar rápidamente a las personas sin vivienda al interior.

El gobernador también dijo que el estado está en negociaciones con más de 950 hoteles para arrendar o comprar propiedades que podrían usarse para albergar a personas sin refugio o proporcionar sitios de cuarentena. Se han llegado a acuerdos en dos de esas propiedades en Oakland, reveló, para proporcionar 393 habitaciones para gente sin hogar que dieron positivo al virus o corren el riesgo de contraerlo.

En El Sereno el miércoles por la tarde, los manifestantes actuaron rápida y sigilosamente para ocupar más casas. Habían dirigido a los reporteros a una vivienda vacía a menos de una milla de la casa que fue tomada el sábado. Pero la ocupación se realizaba en otra cuadra.

Ruby Gordillo lets herself into a vacant home in the El Sereno neighborhood of Los Angeles
Ruby Gordillo entra a una casa en El Sereno mientras los partidarios esperan afuera.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Cuando llegaron los reporteros, los manifestantes habían formado una cadena humana, cada persona de pie a seis pies de distancia, con muchos usando guantes de goma y máscaras quirúrgicas, para proteger a las familias que se mudaban a las casas.

Gordillo rompió a llorar al describir cómo anteriormente se había amontonado en un pequeño estudio en Pico-Union con su esposo y sus tres hijos, usando su cama como mesa de comedor y un lugar para que sus hijos hicieran la tarea.

“Nos sentimos honrados de que los contribuyentes nos den la bienvenida a su hogar, que ahora es mi hogar y el de mi familia”, dijo a la multitud antes de entrar. “Gracias”.

En total, dijeron los organizadores, 11 casas adicionales fueron ocupadas el miércoles.

No todos en el vecindario estaban contentos. Observando cómo dos casas en su cuadra estaban ocupadas el miércoles, Desiree Ramos dijo que entendía las motivaciones de los manifestantes pero que le preocupaba el no conocerlos. También señaló que muchas de las viviendas vacías tenían asbesto y moho negro, y que no era seguro vivir en ellas.

“Este vecindario es tranquilo”, aseguró Ramos, de 38 años. “No parece que vaya a seguir así”.

El sábado, fueron las familias de Gordillo y Escudero las que se mudaron a la primera propiedad de dos dormitorios. Pero les preocupaba que el hacinamiento en el hogar no fuera seguro durante la pandemia de coronavirus. Así que el miércoles, Gordillo y Benito Flores, de 64 años, un soldador que había estado viviendo en su camioneta antes de unirse a las familias durante el fin de semana, se mudaron a propiedades vacías al otro lado de la calle.

“Ahora tienen sus propios hogares”, manifestó Escudero.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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