Anuncio

OPINIÓN: Los Dreamers y los límites del miedo a Trump

Share

Hace unos días, la Suprema Corte de Estados Unidos detuvo, por lo menos temporalmente, las intenciones de Donald Trump para cancelar el programa conocido como DACA que permite permanecer y trabajar en ese país a los migrantes que fueron llevados siendo aún niños de manera no autorizada, los Dreamers. Se trata de aproximadamente 700 mil jóvenes que se inscribieron en el programa, de los cuales cerca del 80% son mexicanos.

El acuerdo de la Suprema Corte no va al fondo del tema y en realidad sólo pide que se justifique de mejor manera la solicitud de la administración de Trump. No obstante, la decisión es interpretada como un éxito para quienes desde hace años defienden a los llamados Dreamers. Esencialmente, porque era probable una decisión en sentido contrario dada la composición mayoritariamente conservadora de dicho órgano, lo cual se expresa claramente en el resultado (apenas 5 a favor y 4 en contra) y porque abre un espacio que puede durar meses para que el asunto regrese. En esos meses muchas cosas pueden cambiar, entre otras que Donald Trump no sea reelegido.

Pero sin duda, Trump retomará el tema de manera obsesiva como uno de los más importantes en su campaña electoral. De hecho, la cancelación del programa fue una de sus promesas de la campaña de 2016. ¿Cuál será la posición del gobierno mexicano?

Anuncio

Por otra parte, y en virtud de razones que no son totalmente claras y contradicen lo que dijo cuando era candidato, AMLO le tiene miedo a Donald Trump. Sobre todo, a sus arranques en ciertos temas, migración y Dreamers están entre ellos.

La expresión funcional de ese miedo ha sido la de no pronunciarse en absoluto sobre esos temas, envolverse en la bandera de la no intervención, decir que se trata de un asunto interno de Estados Unidos y someterse a todo lo que le pidan, incluso a costa de los contribuyentes mexicanos y de su seguridad.

Sin embargo, en el tema de los Dreamers no manifestarse decididamente a favor de ellos, sería un exceso. Es muy probable que en la campaña de reelección de Donald Trump surjan otros en los que el silencio de AMLO será muy mal visto tanto en México como en Estados Unidos. Hasta el miedo tiene límites.

El tema de los Dreamers es mexicano. Afecta a medio millón de jóvenes mexicanos y a sus familias. Las mismas a las que AMLO llama héroes cuando mandan remesas a México y que se festejan como muestra de apoyo a su gobierno. Ni siquiera puede decir que es un asunto interno de Estados Unidos, porque aún en ese caso, existen canales para velar por los intereses de una comunidad de mexicanos en ese país.

Su silencio mandaría un mensaje muy equivocado y confuso a las representaciones consulares que particularmente en el tema de los Dreamers han tenido un activismo importante y con muy poco apoyo desde México los han ayudado. Quizá por eso, como para ponerse de su lado, y porque muchos medios mexicanos retomaron el tema, la cancillería emitió un discreto comunicado después de la decisión de la Suprema Corte. Pero nada se dijo, o no hasta el momento, en la conferencia matutina que es donde se ventila lo que realmente interesa a este gobierno.

Los Dreamers serían una excelente apuesta del gobierno mexicano. Por lo pronto se trata de medio millón de jóvenes que en su mayoría están en universidades estadounidenses y que el día de mañana ocuparán puestos relevantes en la sociedad en la que viven y a la que están perfectamente integrados. En la que son exitosos.

¿Se imaginan lo que harían otros países con este potente brazo en la economía más poderosa del mundo? El gobierno mexicano debería generar un programa de becas y apoyos para ellos. También son jóvenes y están construyendo un futuro, ellos nos permitirán además construir una mejor relación con el vecino y socio más importante que tenemos.

Sin duda habrá otros temas que Trump irá poniendo en sus mítines electorales. Aunque en todo esté equivocado, sin importar que la información de las agencias estadounidenses demuestre lo contrario. Hablará mal de México, de los mexicanos, de la necesidad de un muro, de lo nociva que él cree que es la migración mexicana, de los empleos que los mexicanos en Estados Unidos roban a los estadounidenses, de los servicios que estos mexicanos usan de manera abusiva y muchos más.

Quedarse callado pensando que es un asunto interno de Estados Unidos, o peor aún ponerse del lado de Trump es improcedente. Los Dreamers son el mejor ejemplo de que una estrategia valiente es rentable.

Es un buen momento. El tema no divide a los mexicanos, permite ver hacia adelante y no se pelea con el pasado. AMLO ya otorgó a la administración Trump el control de la migración centroamericana. Eso nos cuesta a los mexicanos porque los miles de elementos que se dedican a detener y perseguir a los migrantes centroamericanos se pagan de nuestros impuestos y descuidan nuestra seguridad. No sabemos aún qué se obtuvo a cambio. La regularización de los Dreamers sería una petición válida.

* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

Anuncio