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OPINIÓN: ¿Bajo coeficiente intelectual de los migrantes?

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Para Donald Trump los migrantes son asesinos, violadores, personas malas o los de menor coeficiente intelectual. Durante el último debate entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Trump mencionó que en el proceso de solicitud de asilo o refugio que incluye una audiencia con un juez de inmigración, solamente regresan a ellas “los de menor IQ”, -coeficiente intelectual-.

Aún para quienes desde hace muchos años escuchamos posiciones antiinmigrantes de personalidades estadounidenses, el simplismo y franqueza del presidente de ese país es sorprendente. No lo disfraza ni trata de ser políticamente correcto. Obviamente está equivocado, pero ni siquiera tiene caso argumentar o mostrar datos que demuestran lo contrario.

En realidad, dijo mucho más. En su intervención mencionó, como parte de una crítica al sistema según el cual los solicitantes de asilo son dejados en libertad y deben regresar a la audiencia mencionada que “un asesino viene, un violador viene, una persona mala viene, debemos liberarla en nuestro país…”.

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La contundencia y claridad no podrían ser mayores, a diferencia de lo que dijo en su campaña de 2016 cuando afirmó casi lo mismo, pero al final de su intervención matizó “asumo que algunos deben ser buenas personas”, esta vez ni siquiera dejó ese pequeño (y ofensivo) matiz.

Ninguna sociedad es naturalmente favorable a la inmigración, sin embargo, muchos de los receptores de inmigrantes están convencidos de la conveniencia demográfica, económica y social de quienes vienen de otro país a darle el futuro que por ellos mismos no alcanzarían, toda vez que no son capaces de reproducirse o no tienen a suficientes personas para empleos que requieren de una mano de obra de baja calificación, dócil y barata. Pero de eso a que el presidente del país más poderoso del mundo diga que son delincuentes hay un salto cualitativo considerable y peligroso.

Claramente, el actual presidente se refiere a los migrantes de México y Centroamérica y no a los migrantes europeos (su esposa es de esa región). Su mensaje está dirigido a su base electoral y las consecuencias pueden ir más allá. Sus dichos justificarían casi cualquier abuso sobre los migrantes porque al fin y al cabo son “delincuentes o de muy bajo coeficiente intelectual”.

Quienes ingenuamente esperaban una solución al tema de los inmigrantes indocumentados o los llamados DACA o algún proceso de regularización migratoria lo pueden olvidar. Para esta nación en la que viven 45 millones de inmigrantes que representan el 14% de su población, siendo el país en el que viven más inmigrantes, lo que realmente piensa su presidente solo puede traducirse en muy malas noticias para ese sector de la sociedad.

Lo dicho en ese debate con respecto al tema, es también un mensaje para México quien se prestó a que esos migrantes esperaran su audiencia migratoria en territorio mexicano. En el mismo debate, Donald Trump dijo que esa audiencia se tardaría uno, dos o tres años. Es decir, el acuerdo que tan diligentemente aceptó el gobierno mexicano implica albergar durante tres años a “violadores, asesinos, personas malas o de muy bajo coeficiente intelectual”. Y todo eso, pagado con los recursos de los contribuyentes mexicanos.

Quizá por lo dicho en el debate a Trump, o al gobierno mexicano no le importan las condiciones infrahumanas en las que viven esos 60 mil solicitantes que están esperando en México su audiencia migratoria y que recientemente fueron ampliamente documentadas por The New York Times, como tampoco le importan los 545 niños que fueron separados de sus padres en el proceso de detención y aún no ha sido posible reunirlos porque como dijo en el mismo debate el actual presidente estadounidense, según él, “en realidad no vinieron con sus padres sino con coyotes”.

No recuerdo posiciones tan antiinmigrantes a un nivel tan alto. Se vive, en ese tema, uno de los peores momentos de la historia y la complicidad mexicana es una vergüenza.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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