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Pagaron la hipoteca y la calificación crediticia decayó; ¿es correcto?

A handful of credit cards.
Los puntajes generalmente se benefician de que usted tenga una combinación de tipos de crédito y pueden determinar cuándo una clase de deuda -o todas- desaparecen.
(Elise Amendola / Associated Press)
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Estimada Liz: Mi esposa y yo recientemente pagamos nuestra hipoteca. No tenemos otra deuda. Poco después, recibí un mensaje de Experian, que decía que mi puntaje FICO -que ha sido perfecto durante bastante tiempo- se redujo en 31 puntos. ¿Qué justifica tal acción y qué debo hacer para mejorarlo?

Respuesta: Los puntajes de crédito nunca tuvieron la intención de ser una medida de la salud financiera de nadie. En cambio, fueron creados para ayudar a los prestamistas a medir el riesgo de que un solicitante no pague un préstamo o una deuda de tarjeta de crédito.

Tener una combinación de tipos de crédito, incluidos préstamos a plazos (como una hipoteca) y cuentas renovables (como las tarjetas de crédito), generalmente ayuda al puntaje crediticio. Debido a que la hipoteca fue su único préstamo a plazos, eso podría haber tenido un efecto mayor de lo normal en sus puntajes.

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Si su calificación anterior era “perfecta”, u 850 en la escala FICO, entonces no hay nada que deba hacer. Una vez que sus puntajes superan los 760, obtiene las mejores tarifas y condiciones y, por lo general, no hay ningún otro beneficio al que apuntar, aparte del derecho a fanfarronear.

Refinanciar plantea cuestiones fiscales

Estimada Liz: Recientemente refinancié mi casa y obtuve $9.400 en efectivo. También recibí un cheque de depósito en garantía de $2.400 de mi prestamista hipotecario anterior. ¿Este dinero está sujeto a impuestos? ¿Debería apartar un cierto porcentaje para pagar dichos impuestos? Mi plan es simplemente reinvertirlo en reparaciones domésticas (chimenea, pintura, etc.).

Respuesta: Recibió un reembolso en efectivo porque obtuvo un préstamo mayor que el que tenía anteriormente. Tiene que devolver ese dinero, por lo cual no es un ingreso imponible. El cheque de depósito en garantía representa un reembolso de la suma que ya pagó al primer prestamista. Tampoco le cobran impuestos por eso.

Su nuevo trabajo no afectará los beneficios futuros del Seguro Social

Estimada Liz: Tengo 67 años y actualmente recibo un beneficio de sobreviviente del Seguro Social, basado en el historial laboral de mi cónyuge ya fallecido. A los 70 años, planeo cambiar a mi propio beneficio jubilatorio del Seguro Social. Me han ofrecido un puesto a tiempo parcial en una organización benéfica, que me gustaría aceptar. Sin embargo, me preocupa cómo ello afectará mi Seguro Social. Si muestro los ingresos laborales este año, eliminará uno de mis 35 años de mayores ingresos. Si permanezco en esta posición durante muchos años, como me gustaría, cada año podría ser de altos ingresos. Ofrecí hacer el trabajo gratis, pero no es una opción para ellos. Mis años de altos ingresos están en el rango de $55.000, mientras que este empleo me pagaría quizá $6.000 al año. ¿Me equivoco? ¿No está reduciendo mi beneficio el trabajar, y debería cambiarme a mi Seguro Social ya mismo?

Respuesta: El Seguro Social puede ser sorprendentemente complicado, por eso es tan fácil equivocarse en los hechos y tomar decisiones desafortunadas.

“Los ingresos más altos” significan precisamente eso. Un año en curso no puede “imponerse” a un año anterior a menos que gane más de lo que ganó el año anterior. Solo si percibe más que uno de esos años anteriores, el año anterior se eliminará de la fórmula. Y si eso sucede, su beneficio aumentaría, no disminuiría.

Así que acepte el trabajo, disfrute retribuyendo a su comunidad y permita que su propio beneficio siga creciendo un 8% cada año hasta alcanzar su máximo, a los 70 años de edad.

Su preciada colección no se vende sola

Querida Liz: Estoy en vías de terminar mis deberes como albacea de la herencia de un caballero de 91 años que, como el lector que le escribió, tenía una preciada colección. En repetidas ocasiones lo insté a deshacerse de sus cosas preciadas. Yo razonaba que, debido a que estaba jubilado y tenía tiempo, y porque conocía la historia de esos preciados artículos, estaba en una posición mucho mejor que yo para encontrar un comprador (conocer la procedencia del artículo es importante porque la gente compra la historia, no solo el producto en sí). Él se deshizo de algunas de las cosas más valiosas y de hecho consiguió algo de dinero en efectivo, que pudo disfrutar. Pero no siguió mi consejo por completo, lo cual significó que, después de su muerte, tuve que lidiar con sus preciados coleccionables restantes.

Mi sugerencia para cualquier persona mayor que tenga artículos de colección es: No espere para deshacerse de los objetos que tienen valor de mercado. Si está jubilado y tiene tiempo, ¡véndalos usted mismo! Si no necesita el efectivo, deposite el dinero en la cuenta bancaria que pasará a sus herederos a su debido tiempo. No sobrecargue a su albacea —que probablemente todavía está trabajando a tiempo completo y que tiene cosas más importantes con las que lidiar, como su casa, su automóvil y sus cuentas de inversión— con la tarea de deshacerse de sus colecciones.

Respuesta: Obviamente, separarse de los objetos coleccionables puede ser difícil. Sin embargo, la alternativa podría ser que esas adoradas piezas terminen en una venta de garaje o en un contenedor de basura. Los coleccionistas que venden obtienen la satisfacción de saber que los objetos pasan a manos de personas que realmente los quieren.

Liz Weston, planificadora financiera certificada, es columnista de finanzas personales de NerdWallet. Se le pueden enviar preguntas por vía postal a 3940 Laurel Canyon, Nro. 238, Studio City, CA 91604, o mediante el formulario de “Contacto” en asklizweston.com.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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