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Cómo la página de Facebook de Trump se convirtió en un extraño memorial por internet

The Facebook page of Donald Trump, the former president, is seen on a computer monitor
Al ex presidente Trump se le ha prohibido publicar en su página de Facebook desde los disturbios del 6 de enero en el Capitolio. Su última publicación de esa tarde se ha convertido en una especie de panel de mensajes.
(Jerome Adamstein / Los Angeles Times)
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A primera vista, la página de Facebook de Donald Trump parece que lleva meses muerta.

La última publicación del expresidente está fechada a las 3:14 p.m. del 6 de enero de 2021, la tarde de los disturbios en el Capitolio, cuando pidió que “todos en el Capitolio de Estados Unidos permanezcan en paz”. Poco después, Facebook, y muchas otras redes sociales, le prohibieron indefinidamente publicar por incitar a los disturbios, convirtiendo instantáneamente su cuenta en una cápsula del tiempo de esos últimos y caóticos días antes de que terminara su presidencia.

Pero esa no es toda la historia. Porque como en el cadáver de una ballena que se hunde en el fondo del océano, ecosistemas enteros aparecen a la sombra de sus restos que se descomponen lentamente, los comentarios debajo de esa última publicación es ahora un terreno de alimentación vibrante donde los fanáticos y críticos de Trump aún convergen, meses después, para discutir, trolear, y rendir homenaje.

“No sé si ve alguno de estos comentarios, pero quería hacerle saber que nosotros, la gente, lo extrañamos y lo amamos, señor presidente”, comentó Cyndi Lane el 14 de abril, 98 días después de que Trump escribiera la publicación a la que ella estaba respondiendo. “¡Regresa rápido o, debiera decir, apúrate 2024!”.

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Lane, de 54 años, es una coordinadora de bodas y estilista nupcial de Missouri que ha votado por los republicanos desde los años de Reagan. Sabía que Facebook prohibió las publicaciones de Trump, le dijo al Times, pero dejó su comentario de todos modos después de que una noticia la impulsara a volver a consultar la cuenta.

“Tenía la esperanza de que tal vez alguien que él conoce o con quien trabaja le mostrara que lo extrañamos”, dijo. “Casi me pongo a llorar pensando en eso. Siento que nuestro país es un desastre y no veo que mejore”.

Trump aún puede eventualmente regresar a la página: después de promulgar la prohibición inicial, Facebook le dio a su Junta de Supervisión independiente la tarea de decidir si alguna vez se le permitirá regresar.

Pero esa decisión aún no se ha tomado, y hasta que suceda, la página está abierta para todos en el mundo excepto para el propio Trump (junto con el aliado del exmandatario, Roger Stone, y otros que han recibido prohibiciones permanentes). Así que ahora, en lugar de nuevas publicaciones sobre las que discutir, las legiones de conservadores de #MAGA y los liberales de #Resistencia, quienes alguna vez se enfrentaron en los comentarios debajo de cada actualización presidencial, están atrapadas bajo esa última publicación del 6 de enero.

La publicación tiene más de 700.000 comentarios, la mayoría de los mensajes anteriores de Trump recibieron entre 20.000 y 200.000, y después de ciertos minutos llegan nuevas respuestas. Como lo primero que encuentran los visitantes de la página de Trump, se ha convertido en una especie de tablero de mensajes ad hoc para personas ansiosas por interactuar incluso con el recuerdo del expresidente.

“Necesitamos saber que nos escuchas”, escribió un partidario el 15 de abril.

“Nos mataste, pero Biden nos está curando”, comentó un crítico el 21 de abril.

“Los liberales están locos”, escribieron los “Hodgetwins”, dos comentaristas conservadores famosos en Facebook, el 3 de abril.

“Realmente desearía que Facebook simplemente borrara esta página y todo lo que contiene. Quiero decir, todo es un montón de mentiras y bromas de todos modos”, escribió alguien el 14 de marzo. Dos días después, recibió una respuesta: “Eres adicto. Estás en una cuenta cerrada de alguien a quien odias. Consigue ayuda”.

Mientras que Twitter bloqueó por completo la cuenta de Trump, no hay forma de ver, y mucho menos responder, sus viejos tweets, el enfoque de Facebook para prohibirlo creó espacio para este pequeño, pero sorprendentemente duradero espacio de comentarios políticos.

“Ha sido fascinante, todos los días, o cada dos días, cuando tengo algo de tiempo, ir y mirar a las personas que le escriben”, dijo Anthony Anderson, un angelino de 69 años que trabaja en educación. Él está “tratando de entender cómo piensa una persona que apoya a Trump, ya que yo vivo aquí en la liberal Los Ángeles, y hay algunos entusiastas del expresidente, pero no muchos que yo conozca”.

Anderson comenzó a revisar la página a principios de enero, pero señaló que la insurrección del 6 de ese mes fue lo que realmente lo atrajo. Desde entonces, “no me he mantenido alejado”.

Otros críticos de Trump que ve allí pasan su tiempo tratando de verificar los hechos o debatir con los partidarios del exmandatario, algo que Anderson cree que “no llega a ninguna parte”. En cambio, simplemente responde a los comentarios más efusivos de los entusiastas del expresidente con un enlace irónico a un artículo: “Dejando y recuperándose de las sectas”.

“Esa es mi resistencia sutil”, señaló Anderson. “Eso es todo lo que hago”.

Otro visitante recurrente de la publicación, un neozelandés que pidió no ser identificado por su nombre porque “hay muchos locos por ahí”, lo describió como una oportunidad para verificar los datos de los partidarios de Trump, comprender mejor su visión del mundo y obtener algo de entretenimiento en el proceso.

“Simplemente te dejas llevar, no diría que te absorbe, pero es la naturaleza humana, solo te preguntas ¿qué está diciendo la gente?”, comentó. A veces rechaza la información errónea, pero en otras ocasiones simplemente “responde con una sola línea” para obtener una reacción.

“Hay mucha gente allí que está simplemente loca; no entran para debatir ni nada por el estilo”, explicó. “Y respeto a los que están para discutir contigo, pero hay muchas personas ahí en busca de una cita; otros [diciendo], ‘Puedo conseguirte bitcoins’, esos oportunistas”.

En el otro lado de esas interacciones a menudo se encuentran los conservadores que usan sus comentarios para agradecer a Trump por su servicio, compartir conspiraciones sobre la victoria presidencial de Joe Biden o manifestar entusiasmo por el regreso del expresidente en 2024. Para algunos, publicar allí satisface una necesidad emocional.

“Para aquellos fanáticos y partidarios acérrimos de Trump, este sitio puede representar un lugar para una relación parasocial [o] una relación unilateral”, señaló Natalie Pennington, profesora asistente de estudios de comunicación en la Universidad de Nevada, Las Vegas. “Estas personas sienten que están cerca del expresidente, aunque no lo conocen, por eso los ves comentando de una manera que está dirigida a él, como si él fuera el que está leyendo, escribiendo y respondiendo, aunque obviamente no es el caso, ya que está prohibido”.

La investigación de Pennington ha explorado cómo las personas interactúan con las cuentas de Facebook de sus amigos y familiares fallecidos. Señaló paralelismos entre ese dolor y lo que expresan los fanáticos más persistentes de Trump: “No siempre tenemos el cierre que queremos. Para aquellos que estaban molestos porque Trump perdió las elecciones, esos sentimientos no van a desaparecer cuatro meses después. Y así, la página se convierte en un lugar para que continúen esas conversaciones entre ellos”.

Ese comportamiento, explicó, es una extensión de formas de afrontamiento anteriores al internet: visitar una tumba, por ejemplo, o asistir a un funeral.

Pero para otros, comentar una publicación en un sitio del expresidente, que tiene meses prohibido, es una pálida imitación de la línea directa de comunicación que solían tener y que quieren recuperar.

“En Telegram puedes ir a algunos grupos y ellos publican las cosas que Trump escribe porque él también tiene un sitio web”, señaló Ruth Andrews, de 42 años, refiriéndose a una aplicación de mensajería encriptada y al nuevo sitio web personal del expresidente, respectivamente. De esa manera, “siento que todavía puedo estar en contacto con lo que está diciendo”.

Andrews, quien vive en Oklahoma y está desempleada, hizo un comentario debajo de la publicación de Trump en Facebook una vez, sin embargo, después apareció en su portal de inicio. “No puedo creer que Facebook lo haya vuelto a subir”, escribió, haciéndose eco de un error recurrente en el que los comentaristas ven la publicación anterior del expresidente, piensan que es nueva y asumen que se le ha permitido regresar.

“Pensé que habían borrado toda la [página], algo así como lo que hizo Twitter”, comentó Andrews. “Porque ahí no se puede encontrar nada. Todo se ha ido, puf. Así que pensé que Facebook había hecho lo mismo”.

Sin embargo, no fue así. Incluso en ausencia de Trump, su página todavía está activa, su publicación final aún visible, su sección de comentarios sigue acumulando lentamente respuestas de personas que no pueden dejar de pensar en el hombre que no está allí.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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