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El qué y porque desde Washington: La Cumbre de Washington… Y the ‘Three Amigos’

Vista del viernes 6 de enero de 2012, de la Torre Corporativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX), ubicada en Ciudad de México.
Vista del viernes 6 de enero de 2012, de la Torre Corporativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX), ubicada en Ciudad de México.
(EFE/Mario Guzmán/Archivo)
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Esta semana en un programa de radio que escuchan millones de personas en México platicaba con el presentador del programa sobre la reunión cumbre de la próxima semana en Washington entre Estados Unidos, México y Canadá… cuando el conductor me lanzó una curva diciéndome, que en México la gente está ya cansada de que las empresas extranjeras lleguen solo a su país para robarles.

Me sorprendió tanto que esta mentira que el actual gobierno mexicano se ha encargado de regar esté siendo consumida aún por gente sofisticada como mi amigo el conductor del programa.

Déjeme darle los antecedentes:

Desde el martes 10 de noviembre en que la Casa Blanca soltó el anuncio de que el presidente Biden quería tener una reunión en persona con el presidente de México y con el Primer Ministro de Canadá, se dijo que uno de los temas de las conversaciones con el presidente mexicano sería precisamente sobre las reformas mexicanas al sector energético. Los otros dos temas serían la inmigración mundial que cruza por México tratando de entrar a Estados Unidos y el eterno tema de conflicto entre los tres países… las reglas de sus millones de intercambios diarios de comercio.

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Los tres temas son muy importantes, pero el de los energéticos es el más álgido, y también el más peligroso y potencialmente el más explosivo, porque hay mucho dinero colgando de un hilo.

A muchas empresas estadounidenses, el gobierno mexicano anterior les abrió la puerta para que invirtieran en nuevas formas y fuentes de energía limpia y renovable.

A esas empresas nadie les advirtió ni en México ni en Estados Unidos, que si un día cambiaba el gobierno mexicano, sus inversiones estarían en peligro. Esto último es lo que está ocurriendo hoy.

Tan importante es esto que la mañana del miércoles el presidente López Obrador dijo que el tema de las reformas energéticas de México no estaba en la agenda de su reunión en Washington.

Para que usted sepa, el tema de las reformas energéticas del actual gobierno mexicano está basado en el viejo principio de que ciertas industrias que representan el patrimonio nacional mexicano deben estar en manos del gobierno y no de particulares, y menos de particulares extranjeros.

Para asegurar que los extranjeros no participan de la generación de energía eléctrica en México, el actual gobierno reformó los Artículos 25, 27 y 28 de la constitución Mexicana, y puso en una nueva ley, lo que llaman artículos transitorios, que invalidan la reforma del gobierno anterior sobre la participación extranjera en la explotación energética en México.

Pero lo que todo eso no toma en cuenta es que hay decenas de compañías privadas de Estados Unidos que con la apertura del sector energético del 2013, vieron a México como un posible sitio de nuevas inversiones y lo vieron también como un socio activo de un tratado comercial de libre comercio, que garantizaba un potencial de nuevas fortunas desarrollando nueva tecnología de energía renovable. Todas esas empresas invirtieron miles de millones de dólares en el nuevo sector energético mexicano.

Ahora esas inversiones que son capacidad instalada en México están en el aire y nadie tiene la intención de pagar por ellas, o de compensar a esos inversionistas, cuya única falta fue creer que la reforma del gobierno de Enrique Pena Nieto en el 2013, y el nuevo tratado de libre comercio había convertido a México, en un verdadero socio de Estados Unidos y de sus empresas.

En cuanto a la segunda parte, la de que las empresas extranjeras sólo explotan y roban en México, eso salió del propio Presidente López Obrador cuya preferencia es que el estado administre los bienes que él considera estratégicos para el país. Quienes simpatizan con el gobierno han difundido la versión de que las empresas, sobre todo las no mexicanas, manipulan y elevan los precios a su antojo y con eso les imponen una carga adicional a los apretados bolsillos del pueblo mexicano.

La experiencia mexicana es otra. La Comisión Federal de Electricidad, sin tener competencia ha demostrado ser ineficiente y cara. México nacionalizó la industria eléctrica en la década de 1960, pero a partir de 1992 el gobierno abrió la posibilidad de que las empresas privadas generaran electricidad, para consumo propio y para ser vendidas al gobierno o al extranjero.

De 109 participantes en la generación de electricidad en México, según un reporte del propio gobierno, 102 eran compañías privadas de capital nacional y extranjero.

Con la reforma actual de México, se elimina toda esa competencia, la energía es propiedad del estado y los precios son los que el estado decida que deben ser.

Si bien la propuesta del gobierno actual de México se ha presentado como una reforma del sector de energía y de las energías renovables, los cambios propuestos también tienen un impacto directo en toda la cadena de valor del sector de hidrocarburos.

La Reforma Operacional

Lo que debería ser una reforma operacional, es algo totalmente distinto, porque los cambios se centran en consolidar el control del estado mexicano sobre todas las actividades del sector eléctrico. La Comisión Federal de Electricidad, la empresa eléctrica estatal de México, y PEMEX, la empresa estatal de petróleo y gas.

López Obrador, que en detalle conoce como pocos, el funcionamiento institucional del gobierno en México cambió a las leyes de energía, para que las compañías paraestatales se consideren de ahora en adelante entidades gubernamentales. En lugar de ser empresas estatales productivas, serán ahora parte íntegra del aparato y la estructura del gobierno nacional mexicano.

Con eso PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad dejarán de ser lo que son, para convertirse en parte de la Secretaría de Energía del gobierno.

¿Se da cuenta?

¿Cómo diablos invierte usted como particular en la Secretaría de Energía?

No hay forma de hacerlo… Por eso digo que este tema es el más explosivo de una relación bilateral y ahora trilateral. Y por eso es el más peligroso.

Posibles soluciones

Al gobierno de Joe Biden obviamente lo están presionando las empresas que invirtieron en México.

En la discusión de los presidentes López Obrador y Biden el día 18, seguro existirá una propuesta para que el Congreso mexicano aborde los términos de indemnización a los tenedores de permisos de generación de energía y contratos de compra de energía que sufrirán las consecuencias de las cancelaciones.

Seguramente en la agenda estadounidense deberá haber un capítulo acerca de cómo la Comisión Federal de Electricidad cumplirá su rol inicial de operador y regulador del mercado y al mismo tiempo, ¿cual será el futuro de las inversiones estadounidenses en el mercado mayorista de energía sin la existencia de una agencia reguladora independiente?

Los estadounidenses quieren saber en qué medida se verán afectados los acuerdos de financiamiento existentes y cuál será el futuro de todos los permisos y contratos actualmente vigentes para todas las actividades de petróleo y gas, entre muchos otros.

El día 18 habrá solo dos horas para una reunión trilateral y una hora para otra reunión bilateral.

¡Si!... Yo pienso lo mismo que usted… para cubrir todo esto… van a tener que hablar muy rápido.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

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