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Un 5% de los latinos no fueron contados en el último censo, más del triple de la cantidad detectada en 2010

Children play in a yard
Según un informe, los latinos fueron subcontados en el censo de 2020 en un 5%.
(Jae C. Hong / Associated Press)
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El censo de 2020 omitió un porcentaje inesperadamente pequeño de la población total de EE.UU. dados los desafíos sin precedentes que enfrentó, pero los residentes negros, latinos e indígenas fueron pasados por alto en tasas más altas que hace una década, afirmó el jueves la Oficina del Censo de la nación.

El porcentaje de personas omitidas durante el recuento de 2020 fue mucho mayor para algunos grupos minoritarios, señaló la Oficina del Censo en un informe que midió qué tan bien el procedimiento -que se realiza cada década- contó a todos los residentes de EE.UU. y si ciertas poblaciones fueron omitidas o subrepresentadas en éste. Los conteos excesivos ocurren, por ejemplo, si alguien posee una casa de vacaciones y es contado allí, así como en su dirección particular.

La población negra en el censo de 2020 tuvo un subconteo neto del 3,3 %, mientras que fue de casi el 5% para los latinos y del 5,6% para los indios americanos y nativos de Alaska que viven en reservas. La población blanca no latina tuvo un conteo neto de 1.6% y los asiáticos de 2.6%, según uno de los informes.

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En el censo de 2010, en comparación, la población negra tenía un conteo neto de más del 2%, mientras que la población latina era del 1,5%. Hubo casi un 4,9% de subestimación para los indios americanos y los nativos de Alaska que vivían en reservas, y del 0,08 % para los asiáticos. La población blanca no latina tuvo un conteo neto de 0.8%.

El censo de 2020 pasó por alto el 0,24% de toda la población de EE.UU., una tasa que no fue estadísticamente significativa, mientras que el de 2010 omitió al 0,01%.

Las cifras del censo ayudan a determinar la distribución de $1.5 billones en gastos federales cada año, así como también cuántos escaños en el Congreso obtiene cada estado. Cualquier conteo insuficiente en varias poblaciones puede reducir la cantidad de financiamiento y representación política que obtienen durante la próxima década.

En los años previos al censo de 2020, a los defensores les preocupaba que un intento fallido de la administración Trump de agregar una pregunta de ciudadanía al cuestionario del censo ahuyentara a los latinos e inmigrantes de participar, ya sea que estuvieran en el país legalmente o no. La administración Trump también intentó sin éxito que la Oficina del Censo excluyera a las personas sin estatus legal en el país de los números utilizados para repartir los escaños del Congreso entre los estados.

Durante una conferencia telefónica, el jueves, el director de la Oficina del Censo, Robert Santos, dijo que muchas comunidades latinas en EE.UU. sufrieron durante la pandemia desempleo e inseguridad de vivienda, y eso jugó un papel en las omisiones del recuento. Pero agregó que las acciones de la administración Trump también pueden haber tenido un impacto. “Personalmente, no me sorprende ver los resultados de hoy”, señaló Santos, quien asumió el cargo a principios de año.

Arturo Vargas, director ejecutivo de NALEO Educational Fund, remarcó que nunca había visto un conteo tan bajo en la población latina durante los 35 años de seguimiento del censo. “Como se pueden imaginar, estamos terriblemente… Ni siquiera puedo encontrar la palabra en este momento. Diría ‘molestos’ por la magnitud del conteo insuficiente de latinos”, destacó Vargas en la conferencia telefónica.

Lycia Maddocks, directora política de NDN Collective, un grupo de defensa con sede en Dakota del Sur, dijo que el COVID-19 dificultó contar a las personas que viven en las reservas porque muchas tribus cerraron sus fronteras. Además, muchos residentes no tenían acceso a internet y los intentos de la Oficina del Censo para contratar miembros tribales para el conteo “fueron lentos y escasos”, expresó Maddocks, quien pertenece a la tribu indígena Fort Yuma Quechan, con sede en Yuma, Arizona.

Cualquier recuento incompleto “pone a las naciones tribales en desventaja cuando buscan fondos para atención médica básica, infraestructura, educación y otras necesidades que contribuyen directamente a promover la autodeterminación”, añadió.

La pandemia interrumpió el funcionamiento y los horarios del censo, e hizo que los residentes desconfiaran de abrir sus puertas para responder preguntas. Los incendios forestales en el oeste y los huracanes en la costa del Golfo hicieron que los residentes huyeran de sus hogares.

En el primer informe, dado a conocer el jueves, la Encuesta Posterior a la Enumeración, los censistas volvieron a entrevistar a una muestra de hogares y esas respuestas se compararon con los resultados del censo de 2020. El segundo informe, el Análisis Demográfico, utilizó datos de inmigración y registros de nacimientos y defunciones para calcular la población, que luego se compararon con los resultados del censo de 2020.

Felicia Fonseca en Flagstaff, Arizona, contribuyó con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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