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El qué y porque desde Washington: Dicen que Trump… es peor que el diablo

Doug Jensen (centro) enfrenta a un policía durante la toma del Congreso en Washington el 6 de enero del 2021.
Doug Jensen (centro) enfrenta a un policía durante la toma del Congreso en Washington el 6 de enero del 2021. (AP Photo/Manuel Balce Ceneta, File)
(ASSOCIATED PRESS)
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Llevamos ya seis audiencias del congreso sobre el asalto al Capitolio el 6 de enero del 2021, y en un sistema democrático regido por leyes, como en el que vivimos, se espera que la gente en general se interese por estas investigaciones. Y eso está ocurriendo, pero no en la proporción que se anticipaba.

Mucha gente está siguiendo las audiencias a través de las noticias para saber qué es lo que realmente ocurrió. Y si hay pruebas de que el entonces presidente Trump, manipulando a su gobierno y al sistema político usó la violencia en el Capitolio nacional, creada por él mismo, para robarle al hoy presidente Joe Biden, la elección presidencial.

Casi 6 de cada 10 estadounidenses dice estar siguiendo de cerca las “noticias” sobre el comité del 6 de enero. Pero solo un tercio está siguiéndolas de cerca, y solo un muy pequeño porcentaje está tomando de su día tiempo para verlas por televisión.

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Quizás esa también fue la razón para que la primera audiencia del llamado Comité Selecto de Investigación, que fue presentada el jueves 9 de junio de 8 a 10 de la noche, tuviera una audiencia nacional reducida. Esa noche las tres cadenas nacionales en inglés del país: ABC, NBC y CBS abrieron su programación para transmitir en su totalidad un documental preparado por un profesional de las noticias en televisión. Este documento fílmico resultó ser un impecable resumen diseñado para entender fácilmente las causas que motivaron a una turba de rebeldes a asaltar violentamente el capitolio en Washington.

CNN y MSNBC se unieron también a la cobertura y ni, aun así, la audiencia sobrepasó los 20 millones de televidentes.

Lo que hay que reconocer es que las seis audiencias han servido para demostrar como Donald Trump intentó cambiar la última elección presidencial.

Eso es lo que nos hizo pensar que es importante revisar los detalles de lo que ha sido esta investigación.

Si más gente no se interesa por lo que se está diciendo hoy en estas audiencias, nada va a cambiar. Esto significa que a quienes les gusta Trump, después de las audiencias les seguirá gustando.

Pero que no le quede duda, en estas seis audiencias se han presentado pruebas y se han escuchado testimonios que muestran que… Donald Trump es peor que el diablo.

Por otro lado, los seguidores fieles del expresidente afirman que esta investigación, es un teatro demócrata, aunque irónicamente los testimonios más devastadores contra Trump han sido todos de republicanos.

De parte, por ejemplo, del secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, de Rusty Bowers, presidente de la Cámara de Representantes de Arizona, y de Bryan Cutler, presidente de la Cámara de Representantes de Pensilvania; todos detallando la presión personal de Trump y de su equipo para encontrar formas de anular los resultados electorales en esos tres estados.

Ha habido testimonios jurados de la gente más cercana al expresidente, que han explicado en detalle y bajo juramento, como le dijeron a Trump en mil maneras que había perdido la elección. Se lo dijo Eric Hershmann, que fue abogado principal de la presidencia y se lo dijo también su mismo exfiscal general William Barr. Jeffry Rosen, su fiscal general interino, quien testificó que Trump le dijo… “Solo declara que la elección fue corrupta y déjame lo demás a mí y a mis congresistas republicanos”.

Todo eso dejó en claro que Trump intentó usar a su mismo departamento de justicia para cambiar el resultado de la elección.

Hasta Ivanka Trump, en el testimonio que seguramente más le dolió a su padre, afirmó que confiaba en que lo testificado por William Barr, el ex fiscal general, en cuanto a que no hubo fraude electoral generalizado en noviembre del 2020, fue verdad.

MIKE PENCE, EN EL PEOR DIA DE SU VIDA

Las audiencias, demostraron que el exvicepresidente Mike Pence, presidiendo el colegio electoral nacional, rechazó la presión directa de Trump, para invalidar el resultado de la elección presidencial. La verdad es que Pence no tuvo alternativa. No hay un solo ser vivo en EE. UU. a quien la ley le permita individualmente cambiar el resultado de una elección.

Ivanka Trump también testificó que había escuchado a su padre y al vicepresidente en una discusión telefónica acalorada, en la que Trump, debido a esa negativa, le había llamado cobarde a Pence. Finalmente fue el mismo comité que reveló que los atacantes que querían colgar de un poste a Pence estuvieron a solamente 40 pies de distancia de él. Y reveló también que Trump, si llego a sugerir que colgar a su vicepresidente era un castigo adecuado. Quizás Trump no lo dijo en serio, pero lo dijo, y los testigos que lo escucharon lo repitieron durante la investigación.

LOS REPUBLICANOS DEL COMITÉ

No se puede ignorar que esta investigación ha sido un esfuerzo de los demócratas ayudados por dos republicanos renegados, cuyas carreras políticas están terminando este año. El congresista, Adam Kissinger, que no buscará reelección, y la congresista Liz Cheney, que siendo republicana está hoy tan desesperada por mantener su escaño en el congreso, que le está pidiendo a los demócratas de Wyoming que voten por ella en la primaria del 16 de agosto.

EL COMITÉ DEBIÓ TENER REPUBLICANOS

Donald Trump es el primero que está que trina. Los republicanos calcularon mal el impacto que tendría este comité y su investigación. Ese error fue no insistir en ser parte de la investigación. Si lo hubieran sido, habrían podido refutar las acusaciones y sobre todo cuestionar y desafiar las conclusiones de culpabilidad que han surgido contra el expresidente.

LOS QUE SABEN QUE VIOLARON LA LEY

El 6 de enero, por la mañana, viendo por línea directa lo que ocurría en la llamada Elipse frente al lado sur de la Casa Blanca, debo confesarle que me costó mucho trabajo razonar como el congresista Mo Brooks de Alabama, quien por cierto acaba de perder la nominación republicana para el Senado, arengaba a la gente que estaba ahí para escuchar a Donald Trump, a marchar y desahogar su furia en el Capitolio Nacional. Y no solo fue Brooks, sino también los congresistas republicanos Louie Gohmert de Texas, Marjorie Taylor-Greene de Georgia, Andy Biggs de Arizona, Scott Perry de Pensilvania y Matt Gaetz, de Florida que hicieron lo mismo.

En las audiencias surgió que todos ellos junto con el abogado John Eastman y Rudy Giuliani le habían pedido a Trump que antes de dejar la presidencia los absolviera de culpa.

EL TESTIMONIO DEVASTADOR DE LA ASISTENTE DE 24 AÑOS

Se llama Cassidy Hutchinson. Fue asistente de Mark Meadows, el “Chief of Staff”, el último coordinador de la presidencia de Donald Trump. El testimonio de esta joven mujer producido a última hora es el golpe que todos los otros testigos no habían podido asestar directamente contra el expresidente. Fue por eso por lo que el comité la trajo de última hora como testigo de emergencia.

El testimonio de Hutchinson podría ser el eslabón que faltaba. La acusación más directa de que el expresidente Trump supo de antemano que en la protesta al Capitolio, a que el mismo convocó, había una muy clara posibilidad de violencia. La joven asistente de la Casa Blanca testificó que Trump sabía que muchos de sus seguidores estaban armados, y que el planeaba unirse a ellos personalmente una vez que llegaran al Capitolio. Hutchinson afirmó que después de que a Trump se le impidió ir personalmente al capitolio, él les dijo a sus principales asistentes que su vicepresidente se merecía los cánticos de “cuelguen a Mike Pence” y que los alborotadores no estaban haciendo nada malo.

Hace solo unos días, Donald Trump intentó restar importancia a los eventos del día, describiéndolos como, “una simple protesta que se salió de control”. Hay que decir también que varias partes del testimonio de Hutchinson están siendo cuestionados por los actores directamente involucrados en su testimonio.

EL EXPRESIDENTE Y SU FUERZA POLÍTICA

El sábado 25 de junio, cuando Donald Trump entró al sitio donde se hacen las ferias del Condado Adams, en Mendon Illinois, los improvisados muros parecía que se vendrían al suelo. El ambiente de este primer rally político del expresidente después de las audiencias que lo demonizaron, se sentía exactamente igual que los muchos que tuvo cuando era presidente.

Había no solo expectación, había emoción en la gente, la misma que se siente cuando se asiste al concierto del cantante de moda.

Mi curiosidad era ver cómo recibía la gente a su ídolo político de esta esquina de Illinois, después de lo abrumador de las pruebas de su responsabilidad en uno de los pasajes más oscuros de la vida estadounidense.

¿Y qué cree usted?… la conclusión del principio sigue siendo válida. Los que gustan de Trump y creen en el… lo siguen adorando.

Lo que hay que preguntarnos es si la última audiencia finalmente cambiará todo esto.

* Por casi tres décadas el periodista Armando Guzmán se ha ganado el reconocimiento en México y Estados Unidos por su cobertura en Washington. Puede seguirlo en los diferentes medios y plataformas, como radio, televisión, prensa escrita e internet.

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