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Falta de datos sobre derribos genera teorías (a veces) locas

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, camina frente a la secretaria de Prensa de la Casa Blanca
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, camina frente a la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el lunes 13 de febrero de 2023, en Washington. (AP Foto/Evan Vucci)
(Evan Vucci / Associated Press)
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Con pocos detalles confirmados por parte de la Casa Blanca, el derribo de tres objetos aéreos no identificados en el mismo número de días por aviones de combate estadounidenses ha provocado especulaciones descabelladas sobre qué eran y de dónde venían. Incluso llevó a la secretaria de Prensa de la presidencia a decir el lunes que no había indicios de “actividad extraterrestre”.

El presidente estadounidense Joe Biden no tuvo ningún evento público el lunes y ha ofrecido pocas explicaciones al respecto, luego del descubrimiento de un globo espía chino que cruzaba el país y de los derribos sin precedentes en tiempos de paz que se han producido.

Funcionarios estadounidenses señalaron que tienen poca información sobre los tres objetos, que fueron derribados primero el viernes frente a la costa de Alaska, luego el sábado sobre Canadá y finalmente el domingo sobre el lago Hurón. Pero esos derribos han formado parte de una respuesta más firme a los fenómenos aéreos tras el incidente del globo atribuido a un programa de espionaje de Beijing.

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La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, sí hizo una declaración contundente para tratar de aplacar las teorías sin control: “Sé que ha habido preguntas e inquietudes sobre esto, pero no hay, repito, no hay ningún indicio de alienígenas o de actividad extraterrestre”.

El gobierno estadounidense insiste en que ninguno de los tres objetos representaba amenaza alguna para la seguridad del país y que incluso el enorme globo espía brindaba “capacidades aditivas limitadas” a otros programas de vigilancia de China. Sin embargo, fueron derribados “por precaución”, señaló John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

La decisión sin precedentes de Biden de derribar cuatro objetos que volaban sobre Norteamérica en el transcurso de ocho días —aunada a los esfuerzos de los funcionarios estadounidenses para restar importancia públicamente a la amenaza extranjera— ha potenciado los mensajes disonantes que se envían sobre las acciones para proteger a la patria.

Funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir deliberaciones internas, reconocieron la confusión, señalando que el gobierno quiere evitar que el público estadounidense se preocupe innecesariamente al tiempo que también trata de mantener una postura fuerte frente a China.

Kirby dijo que, aunque Estados Unidos no tiene alguna razón particular para sospechar que los objetos aéreos estaban espiando, “no podemos descartarlo”. Añadió que los objetos más recientes, que volaban a una altura de entre 20.000 y 40.000 pies (6.000 y 12.000 metros), podrían haber representado un riesgo remoto a los aviones civiles.

Algunos funcionarios consideran que la justificación jurídica de los derribos —que los objetos podrían poner en peligro los vuelos civiles— es una posibilidad tan remota que plantea dudas sobre si fue un simple pretexto para actuar con dureza.

Biden “quiere mostrarse duro con China, y este es un buen ejemplo de que las acciones hablan más que las palabras”, comentó Brian Ott, coautor del libro “The Twitter Presidency: Donald J. Trump and the Politics of White Rage”.

“Si el próximo año nos encontramos en un debate presidencial entre los dos, Trump tratará de retratar a Biden como alguien débil en materia de seguridad nacional, y Biden podrá dirigirse a Trump y decirle: ‘¿Cuántos de esos globos chinos y objetos no identificados derribaste?’”

Ott, profesor de comunicación en la Universidad Estatal de Missouri, señaló que el silencio relativo de Biden sobre el derribo del globo chino y de los otros objetos podría estar dirigido, al menos en parte, a su posible candidatura para la reelección en 2024. Los republicanos criticaron a Biden en los días posteriores a la detección del globo chino en el espacio aéreo estadounidense por su lentitud a la hora de actuar.

Cuando se le preguntó si la decisión de derribar los objetos surgía en respuesta a esas críticas, Kirby insistió en que “fueron decisiones basadas pura y simplemente en lo más conveniente para el pueblo estadounidense”.

Con poca información nueva, los senadores de ambos partidos exigieron respuestas a su regreso a Washington el lunes.

El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, anunció que los senadores recibirían un informe confidencial el martes por la mañana y que el Congreso trabajaría en las próximas semanas para obtener “la historia completa de lo sucedido”. El senador Dick Durbin, el segundo demócrata de mayor rango detrás de Schumer, aseveró que Biden “le debe al país algunas respuestas”.

El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, señaló que Biden “necesita comunicarse y ser sincero con el pueblo estadounidense”. Cuestionó lo que el gobierno sabía sobre las tareas de espionaje de China antes de que el primer globo cruzara el país.

Después del derribo del globo, la Casa Blanca reveló que ese tipo de globos habían atravesado el territorio estadounidense por lo menos tres veces durante el gobierno de Trump, sin que el expresidente o sus asesores lo supieran, y que otros han sobrevolado decenas de naciones en otros continentes. Kirby enfatizó el lunes que sólo fueron detectados por el gobierno de Biden.

Jim Ludes, exanalista de defensa nacional que actualmente dirige el Centro Pell para Asuntos Internacionales y Política Pública en la Universidad Salve Regina, dijo que la simulación política es inevitable.

“No importa lo que diga el gobierno. La gente va a hacer política con ello y va a intentar sumar puntos”, afirmó. Siempre dirán que “han actuado con demasiada lentitud, o con demasiada precipitación”.

Existe una buena razón para que el gobierno de Biden sea cauteloso, añadió Ludes, señalando que la refriega en torno a los dispositivos aéreos se produce en medio de un aumento de las tensiones entre China y Taiwán. Una declaración equivocada de Biden podría desestabilizar una situación ya de por sí tensa.

“La próxima vez que volemos con un B-52 por el estrecho, ¿qué hará China?”, preguntó Ludes. “Hay oportunidades para que esto se vuelva muy complejo muy rápidamente”.

El lunes, Kirby trató de establecer una distinción entre los últimos objetos y el globo espía confirmado, haciendo hincapié en su tamaño mucho menor, su falta de maniobrabilidad y la ausencia de cualquier indicio de que tuvieran enlaces de comunicación antes de ser derribados. Sólo fueron detectados, dijo, porque Estados Unidos había ajustado la sensibilidad de los radares de defensa aérea para detectar objetos a gran altitud y movimiento lento, como el globo espía.

Los funcionarios aún no han recuperado ninguna parte de los tres objetos no identificados, dijo el secretario de defensa Lloyd Austin, señalando como causa el terreno peligroso, el agua y el clima en donde fueron derribados. Los funcionarios estadounidenses ni siquiera han podido precisar si se trataba de globos o de otro tipo de aeronave, y hasta ahora se han negado a compartir las imágenes tomadas antes de su derribo.

Lo que sí está claro, o al menos así parece, es que no se trata de actividad extraterrestre.

Kirby repitió lo dicho por Jean-Pierre respecto a eso: “No creo que el pueblo estadounidense deba preocuparse por los extraterrestres con respecto a estos objetos”.

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Los periodistas de The Associated Press David Klepper y Tara Copp contribuyeron a este despacho.

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