Ejército de EEUU celebrará 250 años con un desfile que coincide con cumpleaños de Trump

Se espera que el evento del sábado incluya alrededor de 6.600 soldados, 50 helicópteros y tanques de batalla M1 Abrams de 60 toneladas, así como posiblemente 200.000 asistentes y una seguridad reforzada para igualar.
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WASHINGTON .— El desfile militar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había deseado durante ocho años comenzó el sábado con tanques, tropas y una salva de 21 cañonazos, y se desarrolló teniendo como telón de fondo las manifestaciones en diversas partes del país que acusan al mandatario estadounidense de ser un dictador y aspirante a rey.
El presidente republicano, en su 79no cumpleaños, se sentó en una tribuna especial al sur de la Casa Blanca para observar la demostración del poderío militar estadounidense, que comenzó temprano mientras caía una lluvia ligera y se cernían nubes oscuras. Es una procesión que Trump intentó realizar en su primer mandato después de ver un evento similar en París en 2017, pero los planes nunca se concretaron hasta este año, cuando se agregó a un evento que reconoce el 250mo aniversario del Ejército.
Horas antes del inicio programado del desfile, manifestantes salieron a las calles y parques de la nación para criticar a Trump por usar el ejército para responder a quienes protestaban contra sus tareas de deportación y por enviar tanques, miles de tropas y aviones militares para un espectáculo en la capital estadounidense.
En Washington, manifestantes contra la guerra desplegaron pancartas que decían “Hogares, no drones” cerca de una exhibición de vehículos blindados, helicópteros y equipo de grado militar en el complejo de monumentos National Mall, montada para conmemorar el aniversario del Ejército. Varios vendedores fuera del festival ofrecían artículos para conmemorar el hito militar. Otros vendían mercancía temática de Trump.
Doug Haynes, un veterano de la Marina que votó por Trump, asistió al festival para celebrar el aniversario del Ejército, pero dijo que el desfile programado para más tarde “era un poco exagerado”.
Señalando un tanque cercano, dijo que hacerlos rodar por las calles es una “declaración muy audaz para el mundo, quizás”.
Trump restó importancia a la posibilidad de interrupciones por clima o por protestas con una publicación hecha el sábado por la mañana en redes sociales donde decía que el “gran desfile militar” se llevaría a cabo “llueva o truene”. Las protestas, dijo anteriormente, “enfrentarán una fuerza muy grande”. Horas antes del desfile, multitudes de manifestantes con carteles anti-Trump marcharon hacia la Casa Blanca, escoltados por vehículos policiales y agentes en bicicletas. Algunos sostenían una pancarta gigante que decía: “TRUMP DEBE IRSE AHORA”.
El desfile se agregó hace sólo unas semanas a los planes de celebración del aniversario del Ejército, y ha generado críticas por su costo de hasta 45 millones de dólares y la posibilidad de que los pesados tanques puedan dañar las calles de la ciudad. El Ejército ha tomado distintas medidas para proteger las calles, como la colocación de placas de metal a lo largo de la ruta.
Aproximadamente 6 de cada 10 estadounidenses dicen que el desfile del sábado “no es un buen uso” del dinero del gobierno. La gran mayoría de personas, el 78%, dijo que ni aprueban ni desaprueban el desfile en general, según una encuesta del Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos y The Associated Press.
La exhibición de un día del Ejército de Estados Unidos se produce mientras Trump ha mostrado su disposición a usar el poderío militar de la nación de maneras que otros presidentes han evitado, lo que ha dado lugar a una serie de demandas y acusaciones de que está politizando al ejército. En la última semana, activó a la Guardia Nacional de California sin el permiso del gobernador y envió a infantes de Marina a proporcionar seguridad durante las protestas en Los Ángeles vinculadas con las redadas migratorias, lo que provocó una demanda estatal para detener los despliegues.
De manera similar buscó proyectar fuerza militar en su primer mandato presidencial, diciendo en 2020 que quería que las fuerzas “dominaran” las calles tras las protestas contra la injusticia racial que se tornaron violentas, y advirtiendo a los gobernadores que estaba dispuesto a enviar soldados en servicio activo si no llamaban a la Guardia Nacional en sus estados.

A principios de esta semana, Trump sorprendió a muchas personas durante un discurso en Fort Bragg cuando miembros de la 82da División Aerotransportada, a quienes se les ordenó pararse detrás de Trump, abuchearon y vitorearon durante sus incendiarios comentarios, que incluyeron críticas a su predecesor, Joe Biden. También había un puesto de mercancía “Make America Great Again” (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) vendiendo recuerdos a los soldados uniformados.
El Departamento de Defensa tiene una doctrina que prohíbe que los soldados participen en actividades políticas mientras portan su uniforme. Miembros del Congreso y líderes militares han expresado preocupaciones sobre las exhibiciones políticas durante el discurso en Fort Bragg.
La pompa del sábado fue diseñada para cumplir con el deseo expreso de Trump de un gran desfile que intentó realizar en su primer mandato después de ver uno en París en el Día de la Bastilla en 2017. El mandatario dijo, después de ver la procesión de dos horas a lo largo del famoso Champs-Élysées, que quería uno aún más grandioso en Washington.
Se prevé que en el evento del sábado participen alrededor de 6.600 soldados, 50 helicópteros y tanques de batalla M1 Abrams de 60 toneladas, y se esperan unos 200.000 asistentes y una seguridad reforzada.
El desfile recorrerá Constitution Avenue, bordeada de vallas de seguridad y barreras. Helicópteros y aviones del Ejército sobrevolarán el área, y la marcha culminará con un salto en paracaídas, un concierto del cantante de “God Bless the U.S.A.” Lee Greenwood y fuegos artificiales.
Al final del desfile, Trump tomará juramento a 250 soldados nuevos o reenlistados.
No se sabe si alguna protesta podría interrumpir el desfile, aunque varios cientos de manifestantes se reunieron en las horas previas. Las autoridades han dicho que hasta ahora no tienen indicios de ninguna amenaza de seguridad.
Las manifestaciones “No Kings” (“Sin reyes”) —los organizadores eligieron el nombre para apoyar la democracia y hablar en contra de lo que califican como acciones autoritarias del gobierno de Trump— que se desarrollan en cientos de ciudades, tenían como objetivo contrarrestar lo que, según los organizadores, son los planes de Trump para alimentar su ego en su cumpleaños y el Día de la Bandera.
El sábado por la tarde, antes de una manifestación y marcha hacia la Casa Blanca, alrededor de 200 manifestantes se reunieron en Logan Circle, en el noroeste de Washington, y repartieron carteles y bailaron al ritmo de la alegre música de una banda callejera local, que tocó “This Land Is Your Land”.
El ambiente era de celebración mientras el grupo coreaba “Trump debe irse ahora” antes de estallar en vítores.
Una marioneta de gran tamaño del presidente, que lo caricaturizaba presentándolo con una corona y sentado en un inodoro dorado, recorría la multitud.
Otros manifestantes ondeaban banderas del orgullo LGBTQ+ y levantaban carteles, algunos con mensajes contundentes como “Prefiero el hielo triturado”, refiriéndose a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas, cuyas siglas (ICE) se traducen al español como “hielo”. Otros mensajes eran: “La invasión fue AQUÍ el 6 de enero, NO en L.A.” y “Hazme un gesto obsceno si eres FASCISTA”.
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