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A días de su partida, el cónsul de México, Carlos García de Alba recuerda los primeros momentos de la administración Trump (Video)

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Carlos García de Alba seguía con toda atención las alarmantes noticias que llegaban desde Estados Unidos hasta su residencia en Irlanda.

Eran los días previos a las elecciones presidenciales en Estados Unidos y le preocupaba el tono del entonces candidato Donald Trump, que había adoptado como bandera de campaña un discurso antinmigrante y antimexicano que al parecer le generaba muchas simpatías entre una base de votantes conservadores y con fuertes sentimientos contra todo lo que significara extranjero

A unos días de dejar su puesto en Los Angeles y de ser transferido como embajador de México en Italia, García de Alba recuerda que cuando escuchó el discurso de Donald Trump de junio del 2015, en el que aseguró que los mexicanos “están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos asumo, que son buenas personas”, entendió que el ambiente en Estados Unidos se estaba deteriorando con rapidez.

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Por eso cuando desde la cancillería le informaron que tenía que hacer sus maletas y prepararse para dejar su puesto de embajador de México en Irlanda, y asumir el cargo de Cónsul General de México en Los Angeles, García de Alba, supo de inmediato que su nueva posición le iba a requerir de toda la experiencia que había acumulado en 32 años de carrera en el servicio exterior mexicano.

El triunfo del presidente Trump y del Partido Republicano dejó claro que por lo menos en los siguientes cuatro años, el panorama para México y los mexicanos en Estados Unidos, no iba a ser favorable.

Desde los primeros días en el poder, Trump insistió con levantar un muro en la frontera y en que México pagaría por él. En esos primeros meses, el presidente Trump atacó una y otra vez a México con el tuiter, una de sus armas preferidas.

El gobierno mexicano se preparó para los tiempos difíciles y movilizó a 31 diplomáticos de carrera para reforzar el sistema consular en Estados Unidos.

“A mí me trajeron como bateador emergente”, dice Garcia de Alba.

Una labor muy complicada

El consulado de México en Los Angeles es el más grande de la red consular mexicana con más de 200 empleados y una población por atender que se calcula en casi dos millones de personas.

Diariamente el consulado atiende a cientos de personas y entre los servicios que brinda se encuentra el programa de protección consular, con el que un cuerpo legal verifica que los derechos de los inmigrantes sean salvaguardados cuando son detenidos por agentes de inmigración.

“Las expectativas no eran fáciles, venía con la consigna de actuar de inmediato, ‘movilizarme, hacer rounds de sombra’”, dice el diplomático acerca de los primeros días de su misión. “Era un ambiente tenso, los sentimientos de la comunidad eran de terror, de zozobra, de pánico... no estoy exagerando, estoy midiendo muy bien mis palabras”.

García de Alba es conocido en el ambiente diplomático por su tranquilidad en momentos extraordinarios y por su capacidad de análisis.

Inmediatamente después de la toma de posesión de Trump, los medios de comunicación de todo el país comenzaron a dar a conocer numerosas redadas y detenciones arbitrarias de personas sin antecedentes criminales serios.

Era como si de repente y por todo el país, hubiera cientos o miles de agentes de ICE persiguiendo a los inmigrantes indocumentados. El sur de California no fue ajeno a esas informaciones y un ambiente de miedo se apoderó de los inmigrantes.

La sensación era que cualquier cosa, un problema doméstico, una infracción de tránsito, un problema conyugal, podría concluir en la deportación.

“Mis primeros mensajes a la comunidad fueron un llamado a la calma, a evitar el miedo”, dice García de Alba. “Es cierto ICE estaba haciendo operativos, pero nada cercano a las redadas masivas que estaban informando los medios”.

“En esos días yo pensaba que lo peor que podía pasar es que las detenciones se estuvieran magnificando a través de las redes sociales”.

El tiempo le dio la razón. “Hasta el 13 de mayo pasado, puedo decir, sin temor a equivocarme, que ha habido menos detenciones que en años anteriores, la única diferencia es que ahora están siendo promovidas a través de las redes sociales. Era como si se quisieran publicitar al máximo dichos operativos”.

Política exterior

El embajador considera que tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador, como el canciller Marcelo Ebrard, han mantenido el DNA de la política exterior mexicana. “Han dado prioridad al principio de humanidad” en relación a los flujos de migrantes del triángulo norte de Centroamérica, dice García de Alba.

En referencia a la crisis en Venezuela, como profundo conocedor de la situación internacional, recordó que el presidente Miguel de la Madrid introdujo los principios de la política exterior a la Constitución, por lo que México ha mantenido a lo largo de los años su posición de encontrar soluciones negociadas a las crisis, antes de la injerencia y la intervención armada. “México no está solo en ese afán, tenemos el caso de Noruega, que está buscando también una salida negociada para Venezuela”.

Relevo diplomático

El reemplazo de Carlos García de Alba es la embajadora Marcela Celorio, quien actualmente encabeza el consulado de México en San Diego, y tiene gran experiencia diplomática.

Celorio es abogada por la Escuela Libre de Derecho y Maestra en estudios diplomáticos por el Instituto Matías Romero (IMR) y en seguridad y defensa por el Colegio de la Defensa Nacional de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Continuó su formación académica en el Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego (UCSD) y fue la primer diplomático del Servicio Exterior Mexicano en Residencia de la American University (AU), Washington, DC.

“Es una mujer súper preparada y quiero subrayar que es tiempo que una mujer ocupe este cargo”. Y es que desde su fundación en 1880, el Consulado de México en Los Angeles ha tenido solo dos cónsules, Martha Lara de Chihuahua y ahora Marcela Celorio.

A unos días de partir a Italia, García de Alba reitera su llamado a la calma. “Pórtense bien, no ha pasado lo peor, esto no se acaba, hasta que se acaba”.

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