Anuncio

EE.UU. mantiene a 15,000 niños migrantes encarcelados en centros de detención

Share

La reciente muerte de una niña guatemalteca de siete años de edad, que estaba bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza, fue trágica. Espero que la investigación del inspector general al respecto sea exhaustiva y rápida, sobre todo porque el padre de Jakelin Caal Maquin cuestiona algunos puntos básicos de la versión de los hechos según la Patrulla Fronteriza.

Pero esa muerte también pone de relieve un problema más amplio: que el gobierno de Estados Unidos tiene prisioneros a niños migrantes en números asombrosos. Hasta mediados de diciembre, había 15,000 menores —en su mayoría adolescentes varones— en varios centros de detención de todo el país.

Reflexione un momento: el gobierno de Estados Unidos está encarcelando a chicos que, en la mayoría de los casos, llegan a la frontera suroeste buscando asilo. ¿Todos ellos califican para ese beneficio? Probablemente no, pero tenemos un sistema para tomar tales decisiones, y en este momento, ese sistema está encarcelando a tantos menores como para poblar una aldea entera.

Anuncio

Parte del problema es que han llegado al país tantos niños que el gobierno carece de aptitud para manejar las solicitudes de asilo. Una administración ágil encontraría la forma de aumentar la habilidad de procesamiento en lugar de encarcelar a los chicos.

Pero no contamos con una administración así. El problema surgió por primera vez con una oleada de menores no acompañados durante el gobierno de Obama, que también dio manotazos para tratar de encontrar una solución. Pero ahora está exacerbado por otra política de la administración Trump para realizar verificaciones más profundas de quienes se ofrecen voluntariamente como tutores para que los niños puedan ser liberados mientras sus solicitudes son evaluadas. El gobierno afirmó que necesitaba controles más estrictos para proteger a los menores, algo que fue claramente un pretexto.

De hecho, desde julio hasta fines de noviembre, el gobierno arrestó a 170 aspirantes a tutores porque ellos también carecían de permiso legal para estar en el país.

Eso —que no sorprende a nadie— ha tenido un efecto escalofriante en quienes se ofrecían como voluntarios para cuidar de los niños. Tanto es así que, según los informes de la NPR, se retiene a los chicos un promedio de 50 días, aunque el acuerdo judicial de Flores, de 1997, afirma que deben ser entregados a un cuidador (generalmente un pariente o amigo de la familia) “sin demoras innecesarias”, un plazo definido en 20 días.

Por lo tanto, la estrategia de Trump para tratar con niños migrantes no es disuadir a otros de venir, proteger la seguridad nacional o actuar en el mejor interés de los chicos por los que asume la responsabilidad al encarcelarlos. Podría estar violando el acuerdo de Flores, de 1997.

Entonces, ¿por qué exactamente la administración sigue con este enfoque atroz?

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio