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LAPD lidera en tiroteos policiales a la nación

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El uso de la fuerza letal por parte de la policía de Los Ángeles y el número de sospechosos muertos en encuentros violentos se redujo en 2018, informaron los funcionarios el pasado martes.

Sin embargo, aún con esas reducciones, el LAPD lideró a la nación en tiroteos policiales fatales el año pasado, con 14, según el informe.

Los oficiales de la policía de Los Ángeles dispararon sus armas 33 veces el año pasado en comparación con 44 el año anterior, una disminución del 25%, agrega el informe presentado a la Comisión de Policía. Es la segunda ocasión que resulta con menor número de disparos policiales desde 1989, según el informe.

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De los 33 tiroteos, 24 personas fueron alcanzadas por disparos. Las 14 personas que murieron representaron una leve caída respecto a las 17 del año anterior. Los disparos fatales han bajado cada año desde que los oficiales mataron a 21 personas en 2015, dijo el departamento.

De los disparos fatales, ocho eran latinos, uno era blanco y la etnia de una persona de la lista no estaba registrada. Cuatro afroamericanos fueron baleados fatalmente en incidentes con oficiales el año pasado, pero dos de esas muertes fueron por heridas de bala autoinfligidas, según el informe. Casi el 90% de los disparos de la policía el año pasado involucró sujetos con un arma de fuego u otro tipo de arma.

“Me alientan los resultados del año pasado”, dijo el jefe de policía Michel Moore a la comisión. “El mejor resultado es resolver con seguridad las situaciones peligrosas”.

Moore atribuyó la reducción a nuevas políticas, entrenamiento adicional y cámaras corporales que usan los oficiales. El departamento, dijo, está trabajando para ser más transparente al publicar videos de tiroteos dentro de los 45 días posteriores a los incidentes. La creación de asociaciones comunitarias también está generando más confianza entre la policía y los residentes, dijo.

La Comisión de Policía, el panel civil que supervisa el departamento, adoptó cambios de política en los últimos años que requieren que los oficiales, siempre que sea posible, disminuyan las situaciones violentas antes de recurrir a las balas. Eso puede significar mantener una distancia y tomar más tiempo para permitir que los encuentros evolucionen al hablar con las personas o solicitar más recursos.

La comisión revisó un resumen ejecutivo el pasado martes y planea evaluar todo el informe y turnar las preguntas adicionales a Moore la próxima semana. Los miembros del panel elogiaron las reducciones, pero dijeron que LAPD todavía puede mejorar.

“Eso es algo muy bueno”, dijo la comisionada Eileen Decker, quien notó que el LAPD brinda más información sobre disparos de oficiales que otras grandes ciudades. “Así que eso no significa que el informe necesariamente sea perfecto”.

El comisionado Dale Bonner presionó a la policía para que explicara los controles y balances utilizados para que el público pueda confiar en la precisión de las cifras.

El capitán Jonathan Tom, líder de la División de Revisión de Incidentes Críticos, dijo que el departamento utiliza un “proceso muy riguroso” para extraer datos y requiere que los supervisores realicen verificaciones manuales. Moore dijo que le daría la bienvenida al inspector general para que audite el proceso.

La policía disparó y mató a más personas en Los Ángeles que en Chicago, Filadelfia, Nueva York y Houston. Chicago, por ejemplo, registró 32 tiroteos con seis muertes.

El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles registró 22 tiroteos y tuvo el segundo mayor conteo de muertes con nueve. Cinco personas murieron en 17 tiroteos por medio del Departamento de Policía de Nueva York.

El LAPD dice que respondió a más de 1.7 millones de contactos con el público el año pasado. De esos, un poco más de 2.100 terminaron en fuerza utilizada de cualquier tipo. Según el informe, los ataques contra agentes aumentaron un 6% en 2018 con respecto al año anterior.

En todo el país, los disparos de la policía, especialmente de jóvenes negros y latinos, han seguido siendo un punto de combustión para activistas, miembros de la comunidad y las familias de los muertos.

Más de una docena de familiares de Bryan Alexander Rodríguez asistieron a la reunión del pasado martes. La policía mató a tiros al joven de 29 años el 30 de mayo pasado en Pacoima, después de arrojar ladrillos a los oficiales y tomar un pico de herramienta, dijo el departamento. Su familia les dijo a los comisionados que Rodríguez sufría problemas de salud mental y cuestionó por qué los oficiales no hicieron más para calmar la situación.

Otro hombre en la audiencia se quedó en silencio y arrancó las páginas del informe, luego lo tiró al suelo.

Otros críticos dijeron a los comisionados que se había reducido el número de tiroteos porque los residentes habían llamado la atención sobre el tema.

Citaron repetidamente el tiroteo del año pasado de Grechario Mack, un hombre negro de 30 años que fue asesinado en abril en la plaza Crenshaw de Baldwin Hills. Según la policía, cuando Mack no tiró un cuchillo, dos oficiales le dispararon. Después de que cayó al suelo y trató de levantarse con el cuchillo, cada oficial disparó otra bala. La comisión dictaminó el mes pasado que la última ronda disparada por cada uno de los oficiales violó la política del departamento sobre el uso letal de la fuerza.

“El público dijo: ‘No pueden matarnos sin asumir la responsabilidad y consecuencias públicas’”, dijo Greg Akili, director del grupo de justicia social del Instituto Fannie Lou Hamer, mientras señalaba al panel.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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