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Pasa 25 años en el corredor de la muerte, ahora demanda citando “evidencia falsa”

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Vicente Benavides pasó casi 25 años en el corredor de la muerte, ante la Corte Suprema de California, citando pruebas falsas, se anuló su condena por sodomía y el asesinato de la hija de su novia.

Ahora, él está demandando al condado de Kern y a la ciudad de Delano, alegando que los fiscales e investigadores construyeron un caso con declaraciones de testigos coaccionados y resultados de autopsias fabricados que los expertos médicos han calificado de “anatómicamente imposibles”, según una demanda de 98 páginas que presentó el miércoles en la Corte federal.

“La teoría de la acusación se construyó por completo basándose en pruebas falsas y el jurado, en primer lugar, fue engañado”, dijo Ron Kaye, un abogado que representa a Benavides. “Se les hizo creer que este hombre bueno y trabajador era un depredador. Les mintieron, fueron engañados, y la fiscalía permitió que esto sucediera”.

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En una conferencia de prensa, Benavides dijo que siempre mantuvo su inocencia y que amaba a la niña pequeña como si fuera su propia hija. Mientras recordaba cuánto tiempo pasó tras las rejas, se detuvo para contener las lágrimas, cubriéndose la boca con la mano.

“Hasta el presente, continúo sufriendo la injusticia que viví y el dolor que debo llevar conmigo el resto de mi vida”, dijo a través de un intérprete de español.

Los representantes del condado de Kern y la ciudad de Delano no pudieron ser contactados de inmediato para realizar comentarios.

El caso se remonta a 1991, cuando Benavides, un ex trabajador agrícola que ahora tiene 69 años, cuidaba a Consuelo Verdugo de 21 meses cuando su madre se fue a trabajar.

La hermana de 9 años de Consuelo había ido a jugar con una amiga y, de alguna manera, la niña más pequeña también terminó afuera del departamento ubicado en la ciudad de Delano. Benavides dijo a las autoridades que descubrió a la niña herida cerca de una cochera.

Su madre, una auxiliar de enfermería que se había ido al trabajo unos 40 minutos antes, regresó a su casa de inmediato y llevó a la niña al Centro Médico Regional de Delano. Consuelo fue tratada allí, además de otros dos centros médicos, antes de que muriera.

James Dibdin, un médico forense del condado de Kern que fue nombrado como acusado en la demanda emitida por Benavides, determinó que Consuelo murió de “lesión contundente de penetración en el ano”.

La denuncia, sin embargo, dice que todos los expertos médicos que apoyaron esa conclusión y declararon en contra de Benavides en el juicio se han retractado de que Consuelo fuera abusada sexualmente.

Un médico de UCLA que trató a Consuelo dijo que si le hubieran dado todos los registros médicos de la niña, habría llegado a la conclusión de que la causa de muerte suscrita por el patólogo era “anatómicamente imposible”, afirma la demanda. Otro doctor que revisó los registros de Consuelo dijo que la conclusión del juez de instrucción era tan poco probable que llegaba “al punto de ser absurdo”, asegura la denuncia.

La demanda dice que las lesiones fueron en realidad el resultado de repetidos esfuerzos fallidos para insertar un catéter del tamaño de un adulto, la toma de temperatura rectal, el uso de un medicamento paralítico y un examen físico. Una enfermera que vio a Consuelo cuando la trajeron por primera vez para recibir tratamiento, dijo que nadie en el hospital notó algún trauma vaginal o anal.

Cuando fue contactado por teléfono, el miércoles, Dibdin dijo que antes de realizar la autopsia, la oficina del forense le dijo que se había establecido que la niña había sido agredida sexualmente.

“Mi testimonio se basó en la teoría de que eso era lo cierto, por lo que no tengo nada en contra de la corte al decir que mi testimonio no fue correcto”, dijo. “Si no me hubieran dicho que la niña había sido agredida sexualmente, no habría acudido a los tribunales para decir que la pequeña había sido abusada sexualmente”.

Dibdin dijo que no se le había presentado una demanda.

“Acabo de hacer el trabajo que me dijeron que hiciera”, dijo. “Si resulta que la información que me dieron fue falsa, no puedo hacer nada al respecto”.

La denuncia apunta a un historial de conducta indebida por parte del patólogo que realizó la autopsia, alegando que Dibdin fue despedido de al menos cuatro trabajos forenses en los EE.UU y en Australia por varios motivos, entre ellos, causas erróneas de muerte.

“El condado de Kern lo sabía”, dijo Salomon Zavala, otro abogado que representa a Benavides. “Contrataron a alguien con ese tipo de historial”.

Dibdin le dijo al Times que no es de su conocimiento que ningún tribunal, en ninguna de esas jurisdicciones, haya encontrado alguna vez que se equivocó en una causa de muerte.

La demanda cita a un forense del condado de San Bernardino que indicó que Dibdin realiza “autopsias erróneas” y generalmente no da “fundamento” por la causa de muerte.

“Hace autopsias lo más rápido posible con fines monetarios”, dijo el forense de San Bernardino, según la denuncia. “Es peligroso que trabaje en una autopsia contigo”.

Un patólogo en el condado de Riverside describió a Dibdin como un “desastre que está por ocurrir”, “hace autopsias rápidas”, dijo, según la demanda.

La denuncia también alega que los fiscales no entregaron pruebas exculpatorias y obligaron a los testigos, incluida la hermana mayor de Consuelo, Cristina, a incriminar a Benavides.

Cristina informó que Consuelo había corrido hacia la puerta principal de la casa, se cayó y perdió el conocimiento, según la demanda. Su madre le dijo a la policía que no sabía lo que había sucedido, pero estaba segura de que Benavides no lastimó a su hija.

Los investigadores del Departamento de Policía de Delano y la oficina del fiscal de distrito del condado de Kern sacaron a Cristina de su casa y la interrogaron sobre el abuso sexual después de haber dicho que ni ella ni su hermana habían sido víctimas de abuso, dice la demanda.

Cuando le dijo a los oficiales que pensaba que Benavides estaba diciendo la verdad, le respondieron que “como agentes de policía”, creían que estaba equivocada y sugirieron que ni ella misma se lo creía, afirma la demanda.

Le hicieron la misma pregunta repetidamente: ¿Ella le creyó? finalmente, según la demanda, Cristina dijo que no lo sabía y luego respondió a la pregunta con: “¿No? No”.

“En lugar de revisar la evidencia, de darle al caso la atención que merecía, adoptaron una teoría que era falsa”, dijo Kaye. “Tenían tan poca preocupación por su persona (Benavides) que procedieron a una condena ‘sin escuchar’”.

El caso de Benavides no fue un incidente aislado, dijeron sus abogados. La demanda alega que más de 30 condenas por abuso sexual de menores, en el condado de Kern, aseguradas en la década de 1980, fueron posteriormente anuladas.

Benavides, padre de otros dos hijos, pasó gran parte de su tiempo en la cárcel escribiendo cartas a familiares que nunca lo abandonaron, dijo Kaye. Aun así, Benavides sufre estrés post-traumático y pesadillas. Sus padres murieron mientras estaba encarcelado.

Fue liberado el año pasado después de que la Corte Suprema del estado revocó su condena en lo que fue una medida extremadamente rara, dado que en 2005, el tribunal superior había confirmado su condena. Los fiscales optaron por no volver a presentar el caso, dijo Kaye.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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