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‘Vestido de México’ Ezequiel Peña recibe el título de Embajador de la Cultura y la Educación

El ‘Charro de México’ Ezequiel Peña recibe en Fresno, California, honores y varios reconocimientos gracias a su trayectoria

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Nació en San José del Valle, un pequeño pueblo del estado mexicano de Nayarit. Desde que tiene “uso de razón”, durante su infancia primero y luego en los iniciales años de su adolescencia, el caballo como medio de transporte era allí el equivalente de una bicicleta. A ese ritmo definitivamente tendría que convertirse en “caballista”. Además, como consecuencia de su admiración por Antonio Aguilar, accedió a la categoría de cantante profesional.

Ahora mismo, con 30 años de carrera como intérprete, se le hace difícil separar lo uno de lo otro. Las suyas son dos pasiones simultáneas, expresiones de una tradición y de una cultura muy mexicanas.

Uniéndolas en una sola, su vocación y su cantar Ezequiel Peña los resume en un show donde la música y el caballo hablan un mismo idioma y dan un ejemplo de cómo se salvaguardan ciertos valores que pudieran diluírse en el tiempo.

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Eso fue, justamente, lo que se le reconoció al otorgársele el nombramiento de Embajador de la Educación y la Cultura por cinco instituciones de respetable prestigio: la Universidad de California en Fresno, el sistema de universidades de California (CSU), el Senado estatal, la Cámara de Representantes de California y el Consulado General de México en Fresno.

De esta manera el artista adquirió dicho título “como digno representante del folklore, la charrería y la música mexicana”, tal como se lee en la placa que recibió el pasado 5 de octubre en el marco de la Quinta Feria de Educación de Fresno, donde junto a las autoridades universitarias y ejecutivos de la red televisiva Univisión tuvo el privilegio de cortar el listón inaugural del evento.

“No hay nada como la educación. No dejen la escuela. Échenle muchas ganas al estudio. Hoy más que nunca tenemos que estar preparados. Qué bonita sorpresa la que me han dado”, exclamó Ezequiel Peña al recibir su nombramiento. “Yo y toda mi familia decimos muchísimas gracias. Esto es por ustedes y para ustedes. Se lo dedico a todos mis hermanos, los hispanos de Estados Unidos. He venido vestido de charro, vestido de México. Tenemos que sentirnos orgullosos de nuestras raíces; así que nunca-nunca las pierdan”, agregó, dirigiéndose al público presente y cantando ‘a capella’ la canción más famosa de su repertorio: “Una página más”.

Concluyó su mensaje haciendo énfasis en su recurrente frase de batalla: “¿Cómo que no se podía? Claro que se puede, oiga”.

Aparte de saludar al artista por su testimonio de vida, el vicepresidente de asuntos estudiantiles de la Universidad de Fresno, Frank R. Lamas, dijo que “la educación superior es para toda la comunidad”.

Coincidiendo con el vicepresidente y gerente general del Canal de Univision en Fresno, Steve R. Stuck, respecto al significado del evento, Lupita Lomelí, conductora del programa Despierta el Valle Central desde hace 28 años, manifestó que agradecía la presencia de El Charro de México, como apodan al cantante, “porque él sabe que la educación es más importante que el dinero”.

Por qué El Charro de México

En entrevista posterior con LA Times en Español, Ezequiel Peña se refirió al origen de un eslogan que también perteneció al cantante, actor y productor Antonio Aguilar.

Antes de ir a los detalles de un porqué de extraordinaria importancia para él, recuerda el antiguo proverbio que dice “primero ranchero que charro, porque el charro es un hombre ‘de a caballo’, un hombre de campo, precisamente lo que era Don Antonio”.

De manera categórica asegura que el apodo de Charro de México proviene directamente de él. “Yo nunca me he auto-nombrado así. El nombramiento me lo dio él”, explica y revela que se originó durante una gira de 18 fechas en que se presentaron juntos en Estados Unidos comenzando en la ciudad de Phoenix, Arizona.

“El inicio de la gira era un sábado, pero el jueves previo lo tuve en mi rancho acompañado de su señora esposa. Quería verme montar. Ocurrió hace unos 20 años. Fue emocionante porque él era una máxima autoridad. Me dijo: ‘Hermano, te quiero ver montar’. Me temblaban las piernas. Me subí a mi caballo El Errante y le bailé una canción. Dios está de testigo. Tenía un ojo clínico para los animales. ‘Móntame ese otro caballo’, me pidió. Cuando acabamos me abrazó y me dijo: ‘Mira hermano, eres buen caballista. Tienes mucho futuro en esto. Y me dio unos consejos que guardo en mi corazón”, subrayó.

Dos días después, el sábado, antes del primer espectáculo, Antonio Aguilar decidió que Ezequiel fuera el encargado de cerrar el show y al despedirse del público personalmente lo anunció diciendo que agradecía a los espectadores por el apoyo a sus películas y canciones; y enseguida dijo: “Quiero presentarles a un gran hermano, un gran padre y esposo, un gran artista, un gran caballista, un fuerte aplauso para el nuevo Charro de México”.

Palabras más o palabras menos, el mismo ritual se repitió en 14 de las 18 fechas programadas. “En Pico Rivera también me presentó de esa manera, solo que fue más explícito al decir: ‘te cedo el espectáculo ecuestre, tú eres un digno representante de nuestra tradición”, según recapitula Ezequiel.

La anécdota es mucho más vasta, pues revela que “a los 6 años de edad ya escuchaba su música y en sus películas identificaba muy bien a sus caballos El Palomo o El Rebelde. Cuando íbamos por el ganado en los potreros, siempre gritaba ‘yo soy Antonio Aguilar y este es El Palomo’, su caballo favorito. Crecí con una gran admiración por él, cantando sus canciones, viendo con amor sus películas y todo lo que hacía. Es mi ídolo hasta hoy y lo será hasta el día en que yo muera”.

28 discos en 30 años de carrera
Antes de trasladarse a Fresno, Ezequiel Peña estuvo en Cuautla, Jalisco, donde fue el artista invitado especial en la inauguración de una arena que ahora lleva su nombre. Él lo considera como su “segundo pueblo”; porque, además, la avenida principal también se llama Ezequiel Peña y “tanto” lo quieren allí que hasta le han levantado un monumento ecuestre.

La propuesta discográfica del flamante Embajador de la Educación y la Cultura incluye un total de 28 álbumes. Del más reciente, que se llama “Las noches las hago días” ahora mismo promueve la canción “Me caíste del cielo”.

Una de sus producciones favoritas, que contiene 15 temas, se titula “Homenaje a mi ídolo”. “Obviamente está dedicada a Don Antonio Aguilar” e incluye sus versiones de éxitos como “Alta y delgadita” y “El Chivo”. Como autor solo tiene seis temas grabados, “porque al componer se me da más la música que la letra”.

Próximamente, cerrando su actual gira por Estados Unidos, se presentará en el legendario Cow Palace de San Francisco. Su récord de duración de un show, con 5 horas 19 minutos, lo estableció en México, donde en su opinión “el tiempo es nuestro”, y tratándose de repertorio tampoco hay problemas “porque tengo grabadas y memorizadas más de 300 canciones”.

Una de las experiencias más emotivas que ha experimentado en su carrera es la que acaba de vivir en Fresno, donde la bienvenida al campus se la dieron unos 200 estudiantes de la universidad que lo saludaron y acompañaron desde el estacionamiento hasta el escenario central de la exitosa quinta edición de la Feria de Educación.

También le impresionó mucho enterarse que un grupo de abogados en ese evento daba asesoría y orientación gratuita a los “dreamers” locales, en tanto que el Consulado de México regalaba 7 mil libros, textos escolares sobre historia, matemáticas, literatura y otras materias.

Igualmente interesantes, de acuerdo a lo que se le informó, fueron los talleres especializados que se desarrollaron en inglés y español durante la feria, entre ellos el titulado “La importancia que tienen los padres en la educación académica de sus hijos”.

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