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‘Acá entre nos’, el legendario compositor Martín Urieta está listo para develar su merecida estrella

El creador de 25 éxitos de Vicente Fernández se prepara para recibir su reconocimiento en Las Vegas

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Lo hemos visto muchas veces en la Plaza Garibaldi, el lugar donde el mariachi tiene su propio Templo Mayor, allí en el corazón de la Ciudad de México.

“Tóquenme esa que dice ‘allá en mi triste soledad’. Es de Vicente Fernández”, pide el cliente. “Cómo no, claro que sí. Se llama ‘Acá entre nos’. Ahora mismo se la cantamos”, responde el jefe del mariachi.

En el ritual diario de un reventón que estalla a ritmo de amor y dolor, a casi nadie le importa quién es el autor de esa ranchera y de las muchas otras que resuenan en la improvisada fiesta popular al aire libre con la música en vivo de tantos mariachis que también invitan a cantar, beber y celebrar.

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Generalmente la percepción del público es errónea. Asocian la canción con su intérprete, que es algo muy lógico. La equivocación consiste en atribuírle una autoría que no le corresponde.

Vicente Fernández, por ejemplo, no es el compositor de “Acá entre nos” sino su gran amigo Martín Urieta, quien ostenta los títulos de profesor, catedrático y vicepresidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), entidad que preside Armando Manzanero.

Con más de 30 millones de reproducciones en Youtube y múltiples versiones, su principal intérprete en “Acá entre nos” intercala un recitado en que dice textualmente “y hay Martín, no cabe duda que también de dolor se canta, cuando llorar no se puede”.

Explícitamente se lo está dedicando a su verdadero autor. Pero aún así un gran porcentaje de quienes la oyen a diario siguen ignorándolo. “Es una lucha que hemos tenido eternamente”, dice Martín Urieta refiriéndose al “derecho moral” de que la radio y la televisión “digan el nombre del compositor” para que se le haga pública justicia. Agrega que “nunca hemos podido lograrlo”.

Personaje famoso, verdadero ícono dentro de la industria de la música regional mexicana y también cantautor, lo entrevistamos vía telefónica a propósito de la próxima develación de su estrella en Las Vegas, donde su nombre queda en permanente exhibición sobre la calzada del Strip a partir de esta semana.

“Hay que hacer canciones para comer y también para vivir y trascender”

— Martin Urieta/ Compositor

“Aquí en México ya no hay industria disquera”, informa. “Vicente me grabó 25 canciones. Hizo su propio estudio y grabó sus propios discos, pero ya no tiene el apoyo de su compañía. Así es difícil que se hagan nuevos éxitos. Viendo esto yo estoy haciendo un concepto de 50 canciones en cinco CDs, que se llaman ‘Lo que no me grabaron’. Cada disco trae 10 canciones mías nuevecitas. Ya llevo uno afuera”.

Respecto a cuál es el objetivo de este proyecto personal, señala que “muchísimas” de sus canciones nuevas “las tenía esperando por intérpretes” y debido al momento que se vive “tengo que dejarlas en un disco para que no se pierdan”.

Dice que en este proceso “ya casi voy a terminar el segundo CD. He seleccionado 50 y tengo 50 más. Las canto yo mismo con un acompañamiento que incluye cuatro instrumentos, una batería, un acordeón, un requinto bajo y parcialmente una trompeta. El concepto es similar a una bohemia“.

Necesariamente el diálogo con Martín Urieta se centra en cómo han ido gestándose sus canciones más famosas.

“Todas son anecdóticas. Las tengo clasificadas en aspectos diferentes. ‘Mujeres Divinas’ es la canción que más proyección me ha dado como compositor. ‘Urge’ es la que más me han grabado, incluso en alemán y en italiano”, dice.

¿En qué tipo de anécdota te basaste al componer “Mujeres Divinas”?
La escribí en una bohemia. Teníamos un estudio, un departamento en que nos reuníamos algunos compositores. Allí cada quien cantaba su canción nueva. Yo canté una que se llama “Te me vas al diablo”, y un individuo que se apellidaba Payá se paró y dijo: “No me gusta que hieran a las mujeres”. Le contesté: “A ti, porque no te han hecho nunca una traición”. Me explicó que le habían hecho trizas el alma y que no por eso iba a andar de chillón quejándose. Reconoció que “los momentos más bellos de mi vida los he pasado al lado de una mujer”. Le prometí hacer una canción de esa frase. De ahí surgió “Mujeres Divinas”. Primero hice la letra. Escuchó la poesía Federico Méndez, que por ese tiempo trabajaba con Vicente y me preguntó si el poema tenía música…

¿Cuál fue tu respuesta?
Le dije que sí. Pero no era verdad. La hice en tres días. Era un viernes. Se la llevé el martes siguiente con su música terminada. No me gustaba mucho ni le tenía fe por lo rápido con que hice su música.

En Garibaldi se toca mucho “Acá entre nos”. Es muy sentimental. Hasta Juan Gabriel te la grabó. ¿Cómo surgió esa canción?
Yo tenía una chava. Estudiaba danza. Un día fui por ella. Estaba esperándola afuera y ella llegó en un carro último modelo. Vi que se despidió de beso de un tipo. Le grité desde la distancia para que se enterara que la había visto y se fue al interior… Mis amigos después me preguntaban “qué pasó con la Fulanita que ya no te hemos visto con ella”. Les dije que mejor no me hablaran de ella y que ojalá se muriera. Pero “acá entre nos” yo sentía que el que se moría era yo… Por eso la escribí.

“Bohemio de afición”, ¿también es testimonial?
Sí. Es un autorretrato. Dice como yo soy. Y hay otra que cantaba en los bares muy de baja calidad y bajo prestigio en momentos en que yo era catedrático. Me declararon como una vergüenza para la institución. Se decía que cómo Martín Urieta había tocado fondo si no era tan tonto. Allí aprendí muchísimo y así escribí la canción que más quiero. Su título es “Qué de raro tiene”.

Con tantas vivencia, anécdotas e historias convertidas en canciones te has hecho muy popular. Todo el mundo te quiero homenajear. ¿Qué piensas al respecto?
No me gustan los homenajes. Es lo que más rehúyo. Tengo en mi tierra un monumento de cinco metros. Tengo aquí en Chapultepec un busto como de tres metros y en Monterrey otro como de cuatro metros. Ya no quiero más homenajes. Estoy en el Salón de la Fama de los Compositores Latinos en Miami desde hace dos años. Pablito (Pablo Castro Zavala, el Presidente del Paseo de las Estrellas de Las Vegas) me insistió tanto que al final tuve que aceptar. Ya no quiero más ajetreos.

Pero en este caso, Martín, es diferente. Tener una estrella en Las Vegas es ¡otra cosa!
Sí. Pero de por sí nunca me han gustado los homenajes… Veremos. A ver qué pasa en Las Vegas.

En relación a los homenajes y a los legados, sobre todo lo intrínsecamente valioso de la música, el compositor cierra la entrevista con una reflexión muy interesante: “Cuando me dicen qué consejo le daría a los compositores jóvenes, digo que sí: hay que hacer canciones ¡para comer! pero también hay que hacer canciones para vivir, trascender y pasar a la posteridad”.

“La idea de dedicarle una estrella la había venido impulsando Palenque Grill, una corporación restaurantera de Texas cuyos directivos tiene una relación excelente y de años con Martín Urieta. A él no le gustan los homenajes. ‘Qué bueno que pensaron en mí’, nos dijo cuando lo llamamos. Propuso que mejor le diéramos la estrella a otra persona que lo mereciera. Su trabajo como cantautor y Vicepresidente de SACM lo maniene muy ocupado. Le dijimos que es el pilar de la música mexicana. Insistimos durante casi un año. Le dijimos que eran sus ‘fans’ quienes pedían la estrella por su aporte a la industria de la música. Fue una difícil labor de convencimiento. Finalmente aceptó, revisó su agenda y me dio tres fechas tentativas en que podría venir a Las Vegas. El proyecto ya era un hecho. Don Martín viene desde la Ciudad de México acompañado de sus tres hijas, de su esposa y de varios amigos. A este proyecto también se ha sumado el Sr. Javier Rivera, vicepresidente de la organización de empresarios artísticos Promotores Unidos USA”.

— Pablo Castro Zavala/ Presidente del Comité Directivo del Paseo de las Estrellas de Las Vegas

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