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Así de ‘Literal’, Juan Luis Guerra se ganó y conquistó a los angelinos una vez más

El cantante dominicano armo la fiesta en el Microsoft con sus clásicos de merengues, salsa y bachata ante un heterogéneo público que hizo a un lado el reggaetón y el regional

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Por tradición la música regional mexicana era considerada en Los Ángeles como la más sonada entre la audiencia, sin embargo eso ha ido cambiando gradualmente y hoy el género urbano se ha ido metiendo poco a poco hasta convertirse en el género por excelencia en este mercado, algo que se ha venido generalizando en todo el país.

No obstante, anoche nos sorprendió ver que el merengue, la salsa y la bachata han comenzado a ganar terreno en este mercado de la costa oeste. Eso lo pudimos notar al ver una considerable suma de seguidores de distintas nacionalidades, incluida la mexicana, que llegó en masa para llenar a capacidad el Microsoft Theater del centro de Los Ángeles. Eso no ocurría en mucho tiempo, al menos aquí, ya que en la costa este ha sido difícil recuperar el terreno ante tanta saturación de música urbana.

Aquí ya habíamos visto algo similar con el dominicano Anthony “Romeo” Santos en el Staples Center de enfrente, pero lo cierto del caso es que su homólogo Juan Luis Guerra y su 4:40 logró reunir igualmente largas filas para ingresar al recinto del LA Live como nunca lo vimos antes por otro artista dominicano en ese mismo lugar.

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Juan Luis Guerra, la Persona de Año del 2007 de la Academia Latina de la Grabación, se presentó la noche del domingo 20 de octubre ante un público de nacionalidad heterogénea que por un momento se volvió dominicano y de esa manera se armó un ambiente con sabor a Quisqueya.

A pesar de que telón se levantó una hora más tarde de lo previsto y que ya estaba inquietando a la audiencia por el retraso, todo quedó en el olvido cuando Juan Luis y su pandilla salieron al escenario para levantar de sus asientos a las más de 7 mil almas que llenaron el emblemático patio angelino en sus diferentes niveles.

Vestido de pantalón y chaleco negro con una camisa blanca y una gorra gris, el esposo de Nora Guerra encendió la mecha con “I Love You More”, un tema bailable que invitó a la gozadera desde los primeros acordes.

Las pantallas electrónicas multicolor resultaron ser el complemento perfecto de la velada para iluminar lo que sería, sin duda, una noche para vacilar, bailar y gozar al ritmo de uno de los máximos exponentes del género tropical de hoy y siempre.

En las primeras filas bailaban sin cesar la actriz de Hollywood Zoe Saldaña, quien llegó junto a toda su familia para disfrutar de las canciones como en el pasado lo hacía en la ciudad de Nueva York cuando soñaba con ser estrella del cine. La hoy protagonista de cintas como “Avatar” y “Guardians of the Galaxy”, se mostraba feliz y dejando aflorar sus raíces caribeñas al ritmo de su compatriota.

El cantante peruano Gian Marco también se encontraba en primera fila y hasta llegó a recibir el micrófono del anfitrión para gritar un “¡Viva Juan Luis Guerra!” a todo pulmón.

La otra celebridad presente en la sala era el venezolano Gustavo Dudamel, el emblemático director de la Filarmónica de Los Ángeles que llegó para celebrar y aplaudir a su colega, cuya música se convirtió en el himno de los estudiantes de secundaria de su época, y que surgió en mi época también.

12 musicos y tres coristas, incluida la directora de la banda Yanina Rosado que hacía lo propio desde los teclados, acompañaban a Juan Luis que desde que entonó las primeras notas ya nadie se quiso sentar.

Con su calmada personalidad, Juan Luis dejó caer éxitos como “A pedir su mano”, “Ojalá que llueva café” y “Bachata Rosa”. Esta última, al igual que las anteriores, activó los coros entre el público. Sin embargo, la sorpresa fue cuando llamó al escenario a sus “queridos sobrinos mexicanos”, Jesse y Joy, para acompañarlo en su interpretación de esa clásica bachata de los años 80. Misma que yo bailaba con mis amigos del bachillerato a la salida de clases o cuando teníamos unas horas libres.

Un “medley” de salsa continuó en la velada al ritmo de “Carta de Amor” y otros temas que invitaron a bailar en los pasillos del teatro. La fiesta estaba armada con música, vinos y cerveza.

Luego invitó al músico venezolano Diego Álvarez para una descarga de cajón peruano con ritmo afrocaribeño que deleitó a los presentes. Era la oportunidad perfecta para que Gian Marco subiera al escenario a entonar un clásico de su repertorio, pero eso ocurrió, el también ganador del Latin Grammy solamente acudía como invitado a presenciar el espectáculo de su colega dominicano.

La noche siguió ofreciéndo grandes clásicos como “Kitipun” y un mezcla de “Woman del Callao” con el éxito “Rosalía”, la primera Rosalía que conocí antes de aplaudir en los Latin Grammy a la cantante española que lleva el mismo nombre y que llega a la ceremonia del Latin Grammy de este año como una de las más nominadas de la competencia.

Del pasado y presente

Por supuesto, la velada sirvió para que Juan Luis interpretara temas de su nuevo álbum “Literal”, el que le dá título a esta gira de conciertos.

“Son a mamá” y “Corazón enamorado”, fueros unas de esas canciones que interpretó y que fueron bien recibidas por la audiencia del Microsoft.

“Este es un merengue muy especial en mi vida y me ha resuelto muchos problemas, por pequeño, mediano y hasta los más grandes, me los ha resuelto. Este tema es para mi Señor que para él no hay nada imposible”, dijo antes de interpretar “Para tí”.

“Vamos a hacer una salsa que se llama “Más pa’lante vive gente’”, dijo después ante el aplauso de su gente.

Con el éxito “Niagara en bicicleta” se armó la rumba antes de que la audiencia disfrutara de una descarga de percusión de la banda que arrancó sonorous aplausos, incluido los del papá de Zoe Saldaña, Dagoberto Galán, que se dejó ver sonriente en las pantallas gigantes del auditorio.

Tras una muy breve pausa, Juan Luis regresó al escenario para darle voz a “Nadie como tú”. Continuó con otro estreno, un merengue de su nueva producción que tituló “Lámpara para mis pies”. Muy bonito el tema por cierto.

Y para los dominicanos “rajaos” no podía faltar un merengue ripiao que invitó a bailar y pulir la hebilla de los caballeros al son de “El Farolito”.

Con el mega éxito “La bilirrubina” se despidió, pero el público pidió “otra”. Los complació con “Visa para un sueño” y un popurrí con los temas románticos de bachata que marcaron una época y que fueron recreados ambientalmente en las pantallas electrónicas. Así deleitó con “Como abeja al panal”, “Muchachita Linda”, “Como una hormiguita”, “Bachata en Fukuoka”, “Que me des tu cariño”, “Tu amor”, “Frío, frío” y “Burbujas de amor”, con este último repartió apretones de mano entres sus fans que ahora sí se mostraron satisfechos.

El cierre llegó con ritmo bailable y pantallas multicolor al son de “Las Avispas”, que picaron por toda la sala las almas de sus fans que se marcharon contentos y a la espera de volver a ver a su ídolo en otra oportunidad.

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