Anuncio

Diego Marcial Ríos usa su arte comprometido para denunciar a la policía y al Presidente

Share

Aunque se la ha contado ya a todos los periodistas que lo entrevistan, como él mismo reconoce, la anécdota no deja de ser interesante: cuando tenía 3 o 4 años, decidió que iba a ser un pintor de carácter político luego de ser llevado por su padre a ver el impresionante fresco “El hombre en llamas”, creado por el legendario muralista José Clemente Orozco e instalado en la capital de Jalisco, México.

“Nací en Fresno, California, pero iba mucho a esa ciudad porque mi padre era profesor de la Universidad de Guadalajara”, fue lo primero que nos dijo Diego Marcial Ríos a través de una conexión telefónica con Newark, la ciudad californiana en la que vive. “Inmediatamente después de ver esa obra de Orozco, que sigue siendo mi artista favorito, supe lo que quería hacer con mi vida; lo recuerdo perfectamente”.

La creatividad hispana se despliega también en el LA Art Show

Feb. 7, 2020

Pero los grandes muralistas mexicanos no fueron los únicos que lo influenciaron con sus creaciones, porque sus padres se encontraban también plenamente involucrados con el activismo social de la época. “Participaron en la formación de United Farms Workers [el sindicato liderado inicialmente por César Chávez] y estuvieron en las protestas contra la Guerra de Vietnam, por lo que yo nací en medio de todo ese ambiente”, recordó nuestro entrevistado.

Anuncio

A los 11 años, Ríos estaba ya tan capacitado para dibujar que empezó a hacer trabajos pagados como ilustrador de revistas, y unos años después, comenzó a crear sus propias obras políticas, mientras estudiaba en UC Berkley y tomaba cursos de arte en escuelas privadas. “Y también estudié leyes, lo creas o no”, precisó. “Hacer arte es muy arriesgado y tienes que tener algo más estable al lado, porque con el arte puedes ganar mucho un año y nada durante los tres siguientes”.

Antipatía por el diablo

Ríos le ha dedicado varias obras al actual mandatario de los Estados Unidos, como es el caso de “Fear Hate”, donde el presidente aparece rodeado de calaveras y con una cabellera que remite al estilo del célebre pintor noruego Edvard Munch, y “Borderline Demon”, donde el mismo personaje se encuentra posado de manera siniestra en el sombrero de un campesino.

“Ese tipo es un racista y es además un fascista; él es una de las razones por las que estoy haciendo esta clase de obras ahora”, retomó el pintor. “Tiene que ser removido del poder a través del voto lo más pronto que sea posible. Trata a los negros, a los mexicanos y a los asiáticos como si fueran basura; solo trata bien a sus amigos, que son blancos y ricos”.

Pese a que nació en este país y a que habla solo en inglés, Ríos ha recibido frecuentemente el trato de desprecio que reciben los inmigrantes cuando se atreven a cuestionar al gobierno federal. “Recibo muchos mensajes de gente racista; me dicen que soy estúpido, que debo regresar a ‘mi país’, que Trump es el mesías”, enumeró. “Una vez, alguien me mandó incluso una foto de m.. de perro; pero hay que aprender a ignorarlos y a reírse de ellos”.

En ese sentido, no siente precisamente aprecio por los hispanos que admiran a Trump. “Los latinos que piensan que Trump se interesa en ellos son estúpidos; ¿qué otra cosa puedo decir?”, proclamó. “Basta con ver las cosas que dice y que hace para saber que no es así”.

Cuando le mencionamos las recientes declaraciones hechas por Roberto Unanue, presidente de Goya Foods, quien dijo hace dos días que “todos estamos bendecidos por tener a un líder como el presidente Trump”, Ríos aseguró que no comprará más los productos de esa compañía.

“Hubo mucha gente que adoraba a Hitler y a Mussolini, y eso no les daba la razón”, afirmó. “Trump no es solo un peligro para nuestra comunidad, sino para el mundo entero, porque no cree por ejemplo en el calentamiento global”.

El autor mexicano ha estado también muy atento a los sucesos que se generaron tras el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis, que lo inspiraron para la creación de su pieza más reciente, “Will kill Blacks and Mexicans Cheap”.

“He hecho obras sobre la brutalidad policial a lo largo de treinta años, y es realmente abrumador que esto siga siendo un problema”, comentó. “Los latinos hemos sido afectados por ella, pero no al grado en que lo han sido nuestros hermanos afroamericanos, que están siendo asesinados en las calles [por estos agentes] de manera descarada. Es algo que ni ellos ni nosotros debemos tolerar”.

Acción directa

Como extensión de su carrera artística, Ríos trabaja desde hace dos décadas con agencias de servicios sociales que respaldan a personas sin recursos que necesitan hospedaje o que acaban de salir de la cárcel, y no ha dejado de hacerlo de manera diaria ni siquiera con la irrupción de la pandemia del Covid-19.

“Soy un trabajador esencial, y voy a seguir haciendo lo que hago, porque la gente necesita nuestra ayuda”, enfatizó. “El virus me ha afectado definitivamente en otras áreas, porque también soy maestro y doy normalmente muchas clases en diferentes lugares e instituciones; y todas ellas han sido canceladas”.

“Afortunadamente, tengo todavía este trabajo, y ni siquiera Trump puede despedirme”, agregó antes de soltar una risa. “El arte puede marcar una diferencia, pero no cambiará a la gente que piensa de modo distinto a ti, por lo que tienes que trabajar directamente con la comunidad para demostrar que te importa realmente lo que proclamas”.

Finalmente, a pesar del tono frecuentemente lúgubre de sus obras, Ríos asegura que tiene mucha fe en el espíritu humano. “Los humanos son unos supervivientes, y descubrirán en algún momento la verdad”, indicó. “En ese momento, empezaremos a hacer realmente lo que es bueno para todos”.

Anuncio