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Hilary Swank es una heroína inesperada en ‘Ordinary Angels’

Hilary Swank en una escena de la cinta de estreno "Ordinary Angels", basada en un caso real.
Hilary Swank en una escena de la cinta de estreno “Ordinary Angels”, basada en un caso real.
(Allen Fraser/Lionsgate)
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Sus méritos en el mundo del cine son incuestionables. Pese a que empezó a actuar de manera profesional a inicios de los ‘90 y que llamó ya la atención al protagonizar “The Next Karate Kid” (1994), Hilary Swank subió definitivamente de categoría luego de intervenir en la aclamada “Boys Don’t Cry” (1999).

Alli, interpretaba a Brandon Teena, un transexual de la vida real que fue victima de un sonado crimen de odio y que recibió justo homenaje en una cinta que encumbró súbitamente a Swank, hasta el punto de permitirle acceder al primer Oscar de su carrera. La victoria en la misma categoría -Mejor Actriz- se repitió cinco años después, cuando fue convocada por el legendario Clint Eastwood para ponerse en la piel de una indómita boxeadora en la estupenda “Million Dollar Baby” (2004).

Pese a haberse convertido desde entonces en una figura habitual de la pantalla grande y a los importantes papeles que ha seguido recibiendo, la oriunda de Nebraska no ha vuelto a tener un rol de tanta notoriedad como los arriba descritos, y hace algún tiempo, reconoció haberse retirado a lo largo de tres años con el fin de dedicarse al cuidado de su padre, quien se recuperaba de un trasplante de pulmón.

Hilary Swank recientemente dio la bienvenida a bebés gemelos y anunció los nacimientos el domingo de Pascua. Anteriormente llamó a su embarazo “un milagro total”.

Abr. 10, 2023

Estas experiencias le han servido de algún modo para ponerse al frente de “Ordinary Angels”, una producción que, pese a ser sido vendida como una “película de fe”, centra su mirada en la solidaridad desinteresada entre varios seres humanos, empezando por Sharon Stevens, una mujer de la vida real que logró superar los problemas personales que la afectaban para ponerse al servicio de las necesidades de una familia que no conocía, pero que estaba atravesando un drama mayúsculo debido a la extraña enfermedad que aquejaba a su integrante más joven.

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En la entrevista que transcribimos a continuación, la laureada actriz habla de los retos que tuvo que enfrentar al encarnar a Stevens, del sentido de comunidad presente en el relato que se cuenta y de lo que espera lograr con este trabajo, disponible en las salas de cine a partir de esta noche.

Hilary, antes de ver “Ordinary Angels”, yo esperaba que esta fuera una típica película sobre la fe, pero la verdad es que la historia que muestra no habla todo el tiempo sobre Jesús o sobre Dios. Trata mucho más sobre la comunidad, sobre la solidaridad, y eso le brinda un enfoque interesante.

No es una película religiosa. No te golpea en la cabeza con mensajes eclesiásticos ni nada de eso. Es una película sobre la fe y sobre la fe en otros seres humanos. Habla de lo que sucede cuando has perdido la fe y de cómo puedes encontrarla de nuevo sirviendo a los demás, de cómo puedes encontrar tu verdadero propósito ayudando a los otros.

¿Cómo te conectaste con el personaje en el plano personal? Por supuesto, eres una actriz extremadamente talentosa que ha ganado dos Oscar, pero no todo ha sido un lecho de rosas para ti. Hay gente que cree que los famosos tienen vidas perfectas, pero sé que, después de “Boys Don’t Cry”, pasaste por un periodo complicado, porque no estabas recibiendo buenas ofertas de trabajo. Después vino “Million Dollar Baby”, claro, y todo mejoró, pero tu carrera no se detuvo ahí. Y no siempre has conseguido lo que has querido.

He sido bendecida con tantas oportunidades que no puedo quejarme ahora que miro hacia atrás y recuerdo las demás decisiones que tomé y que me han llevado hasta el momento actual. He tenido sin duda una carrera muy hermosa, llena de personajes basados en personas de la vida real que me han inspirado de muchas maneras y me han permitido ver el mundo a través de sus ojos.

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Pero claro, las cosas no son fáciles para nadie. Podría parecer de cierta manera que lo son cuando eres famoso o cuando estás ganando dinero, pero eso no resuelve tus problemas en la vida. Seguimos teniendo desafíos y seguimos luchando, porque somos humanos.

Otra escena del filme.
(Allen Fraser/Lionsgate)

Como actriz, tienes que interpretar a todo tipo de personajes; ¿pero cómo se siente retratar a alguien de la vida real que ha hecho algo importante por los demás? Me viene a la mente tu participación en “Freedom Writers”, donde hiciste de la querida maestra de escuela Erin Gruwell.

Interpretar esa clase de personajes es una responsabilidad extra, se trate de personas que todavía están entre nosotros o que ya no se encuentran en esta Tierra. No tienes libertad total para hacer lo que quieras con ellos.

En este caso, retratas a una mujer real, Sharon Stevens, que estaba pasando por una situación complicada debido a una adicción al alcohol que la había separado de su hijo, pero que decidió ayudar a la familia encabezada por el viudo Ed Schmitt, cuya hija se encontraba sumamente enferma. La Sharon real parece ser una persona muy llamativa, porque la retratas como una mujer extrovertida que maneja un acento muy fuerte. ¿Cuáles fueron los retos al interpretarla?

Los retos tienen que ver con lo que dije antes, es decir, con hacerle justicia y asegurarme de ser lo más honesta que sea posible al retratar lo que es esta persona, con toda su belleza y todos sus defectos, que son los que la hacen tan humana. Pese a los problemas que tenía, ella logró dar la cara por otra persona y, a la vez, encontrar una segunda oportunidad en la vida.

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¿Llegaste a conocerla?

No llegué a conocerla, como tampoco lo hizo [el actor] Alan [Ritchson] con Ed [Schmitt]. Los dos estábamos trabajando hasta que empezamos a hacer esto. Pero pude acercarme a ella porque hice que mi profesor de dialecto grabara las preguntas que yo le hacía, y escuche sus respuestas mientras aprendía el acento que ella maneja.

Más allá del drama humano que presenta, “Ordinary Angels” contiene escenas de suspenso que tienen que ver con el modo en que se rescató a una niña enferma y que reprodujeron un suceso producido en la realidad en medio de una feroz tormenta. ¿Cómo fue filmar esas partes?

Fue complicado estar ahí, excavar en la nieve y trabajar toda la noche en medio del frío. Lo curioso es que, cuando lo filmamos, la nieve se estaba derritiendo, por lo que estábamos luchando contra la llegada de la primavera. Tuvieron que buscar grandes cantidades de nieve y dejarla caer para que todo luciera real en los momentos en que Ed maneja [con rumbo al aeropuerto donde lo espera un avión destinado a salvar a su hija].

Actualmente, el mundo entero está lleno de conflictos que tienen que ver a veces con el dominio de territorios y con la religión, pero cuyo origen es a veces muy difícil de determinar, como sucede con las constantes matanzas que se producen en Estados Unidos. ¿Crees que las películas pueden motivarnos a actuar de manera correcta en la vida?

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Yo creo que hay bondad en la gente, y que sólo vamos por un mal camino debido a las inseguridades y el miedo que existe ante las diferencias. Ahora, más que nunca, necesitamos ver historias de gente que hace el bien y que comparte la bondad que lleva dentro de sus corazones. Tener una película que nos haga sentir bien en estos tiempos oscuros es un gran recordatorio.

Estás pasando tiempo con tus gemelos, que nacieron el año pasado, y llevando una vida familiar muy productiva. ¿Tienes otra película en camino?

No; este fue realmente el último proyecto que hice, fuera de una serie en la que trabajé mientras estaba embarazada. Ha sido mi última película hasta el momento. Después vino lo del programa de televisión, tuve a mis bebés y llegó la huelga de actores. No tengo nada nuevo todavía.

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