En el plano de los cambios hechos con respecto al relato original, Perkins desarrolló extensamente la relación entre Hal y Bill, los dos hermanos expuestos inicialmente al simio y afectados por una serie de tragedias familiares que, en este caso, los han llevado a distanciarse y, eventualmente, a detestarse.
La adición tiene sin duda que ver con la relación entre el director y su hermano menor, Elvis Perkins, un músico que, al igual que él, tuvo que exponerse a las trágicas circunstancias que rodearon a las muertes de sus dos padres, el aclamado actor Anthony Perkins (“Psycho”), quien sucumbió a consecuencia del Sida, y la también actriz Berry Berenson, quien falleció al ser pasajera de uno de los aviones que fueron intencionalmente estrellados contra las Torres Gemelas.
“Nos llevamos definitivamente mejor que Hal y Bill, pero es cierto que la pérdida de nuestros padres nos afectó de diferentes maneras, porque somos muy distintos”, retomó el director. “Emprendimos nuestros propios caminos y nos separamos. Quería que esto fuera un poco como una reconciliación, pero la verdad es que los hermanos de la película muestran aspectos opuestos de mí mismo”.
James, por su parte, tiene dos hermanos mayores, y eso ofrecía el potencial de que hubiera usado algunas de sus experiencias familiares para el trabajo que le tocaba hacer en el filme. “No mucho, porque uno es cinco años mayor que yo y el otro nueve años mayor que yo”, nos refuto. “Lo que es interesante es que mi hermana tiene unas gemelas idénticas que son muy cercanas a mí”.
“Las he visto desde que eran bebés y las sigo viendo ahora que tienen 10 años”, agregó. “Son muy parecidas y muy unidas, pero tienen enormes diferencias de personalidad. Hay por ahí una serie de matices que me sirvieron para entender a los dos personajes que me tocaban”.