Durante años, los Oesterheld sobrevivientes se resistieron a las ofertas de Hollywood para llevar a la pantalla adaptaciones del clásico de culto, recelosos del aparentemente irresistible impulso de la industria por destruir a Nueva York y a otras urbes occidentales en dramas apocalípticos.
Para honrar la creación de su abuelo, Martín Oesterheld dijo que el programa tenía que ser filmado en español, con un elenco argentino y ambientado en Buenos Aires.
“Lo que hace es, se olvida de los códigos de representación de la ciencia ficción anglosajona, que era la que conocemos, todo sucedía en general en Europa o en Estados Unidos”, dijo Martín Oesterheld sobre su abuelo. “Lo contó en nuestros términos, a través de cosas que nosotros reconocemos”.
Netflix y su intento por expandirse más allá de su saturado mercado estadounidense hacia regiones previamente inexploradas como América Latina, fue un ajuste natural, destacó. El gigante del streaming no reveló su presupuesto, pero dijo que el programa —el cual está repleto de efectos especiales— tardó cuatro años de pre y postproducción, involucró a 2.900 personas e inyectó 34 millones de dólares en la economía de Argentina.
En el programa, los alienígenas provocan un caos predecible en un paisaje urbano impredecible —amplias avenidas, edificios neoclásicos, antiguas pizzerías y suburbios sucios— lo que le da al programa un escalofriante poder a los argentinos que nunca habían visto su ciudad devastada en pantalla.
Los protagonistas no juegan al póker, sino al truco, un popular juego de cartas argentino. Beben mate, la característica bebida argentina elaborada con hojas de yerba. La nevada es inquietante, y no solo porque mata al contacto. Buenos Aires solo ha visto nieve dos veces en el último siglo.
“Desde el truco en la primera escena, no se puede ser más argentino”, vemos que “El Eternauta” juega con esos contrastes —vida y muerte, luz y oscuridad, lo conocido contra lo desconocido”, dijo Martín Hadis, un investigador argentino que se especializa en ciencia ficción. “No es sólo una historia de ciencia ficción. es un mito moderno. Eso es lo que lo vuelve tan universal”.
Al actualizar la historia a la Argentina de hoy en día, el programa toca el tema de la desastrosa guerra de 1982 con Reino Unido por Las Malvinas, como parte de la historia de su héroe, Juan Salvo, quien es interpretado por el renombrado actor Ricardo Darín.
Salvo, un padre protector y valiente exsoldado que emerge como líder del grupo de sobrevivientes, está atormentado por la derrota de sus colegas que fueron enviados por la dictadura argentina para retomar las islas. La derrota cobró la vida de 649 soldados argentinos, muchos de ellos conscriptos sin entrenamiento.
“El conflicto de Malvinas no está cerrado, es una herida sangrante todavía”, relató Darín a The Associated Press. “Me parece que es traer el tema de nuevo arriba de la mesa y eso ha conmocionado a mucha gente”.