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Osos polares tienen problemas para cazar focas por culpa del cambio climático

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EFE

Los osos polares que viven en el hielo marino del Ártico están encontrando problemas para cazar las suficientes focas como para cumplir con sus altas demandas metabólicas por culpa del cambio climático, según un estudio publicado hoy en la revista Science.

Esta investigación sostiene que los “dramáticos” efectos que el cambio climático está teniendo en esa región del planeta está obligando a los osos polares a desplazarse a mayores distancias y dificultándoles la captura de sus presas.

“Hemos estado documentando descensos en las tasas de supervivencia del oso polar, la condición corporal y el número de población en la última década”, apuntó en su artículo el autor principal, Anthony Pagano, de la Universidad de California en Santa Cruz.

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El estudio identifica los mecanismos que están impulsando esas disminuciones al observar las necesidades energéticas reales de los osos polares y la frecuencia con la que pueden atrapar focas.

A medida que el Ártico se calienta y se derrite más hielo marino, los osos tienen que moverse en distancias “mucho más grandes que antes”, según los biólogos, lo que provoca que gasten más energía durante el verano, cuando están ayunando hasta que el hielo regrese en otoño.

Además, los investigadores encontraron que los osos polares tienen tasas metabólicas más altas de lo que se pensaba.

Cinco de los nueve osos en el estudio perdieron masa corporal, lo que significa que no estaban capturando suficientes presas de mamíferos marinos ricos en grasa, como las focas, para satisfacer sus demandas de energía.

“Esto fue al comienzo del período de abril a julio, cuando los osos polares atrapan a la mayoría de sus presas e ingieren la mayor parte de la grasa corporal que necesitan para mantenerse sanos durante todo el año”, explicó Pagano.

Los investigadores monitorearon el comportamiento, el éxito de caza y las tasas metabólicas de hembras adultas de osos polares sin cachorros mientras cazaban presas en el hielo marino del mar de Beaufort en la primavera.

Los collares en los osos registraron vídeos, ubicaciones y niveles de actividad durante un período de ocho a once días, mientras que los trazadores metabólicos permitieron al equipo determinar cuánta energía consumieron los osos.

“Descubrimos que los osos polares en realidad tienen demandas de energía mucho más altas de lo que se había predicho. Deben capturar una gran cantidad de focas”, sentenció el investigador.

Las estimaciones de población de osos polares más recientes indican que ha disminuido en aproximadamente un 40 por ciento durante la última década, según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).

Sin embargo, hasta ahora ha sido complicado estudiar la biología fundamental y el comportamiento de los osos polares en este entorno “tan remoto y hostil”, en palabras de Pagano.

“Ahora tenemos la tecnología para aprender cómo se mueven sobre el hielo, sus patrones de actividad y sus necesidades energéticas, para que podamos comprender mejor las implicaciones de estos cambios que estamos viendo en el hielo marino”, concluyó.

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