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OPINIÓN: Israel, espionaje, piratería y Pegasus

La mayoría de los usuarios no sabrían si sus teléfonos han sido hackeados por el programa espía Pegasus.
(AP)
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Los teléfonos móviles se han convertido en cámaras y grabadoras, no es novela de espionaje. Localizan con exactitud al portador y acceden sus mensajes de texto y correos electrónicos. Infectan los sistemas operativos de organizaciones mundiales. Las operaciones de varias empresas israelitas se vienen investigando por Citizen Lab en la Universidad de Toronto y Amnistía Internacional. Ahora las denuncias han adquirido un carácter internacional e involucran múltiples litigios, el mercado de capital, espías, el controvertido personaje Michael Flynn, el Mossad, cabilderos Republicanos y Demócratas, hackers y multimillonarios rusos.

La parisina Forbidden Stories -con múltiples medios de comunicación- lanzó el “Pegasus Project”. Ni el Ministerio de Defensa ni otras autoridades en Israel han tomado pasos para imponer límites a los procedimientos y ventas de las entidades comerciales que mercadean este tipo de spyware.

Es también verdad que muchos de los propietarios, se alega, han pasado por las fuerzas armadas o los servicios de inteligencia. Según informes de dos fuentes, cuentan con la anuencia de oficiales del gobierno. El equipo noticioso Walla informó que un grupo “interagencial” israelí hará un estudio de la crisis provocada por las múltiples acusaciones publicadas en medios internacionales contra el NSO Group.

El diputado Ram Ben-Barak, ex subdirector del Mossad, alega que el gobierno trata ahora de evaluar las consecuencias diplomáticas y legales sin perder de vista su prioridad, la seguridad nacional. Ya se convocó a una primera reunión, declaran fuentes informadas, que incluyen a representantes del Ministerio de Defensa, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Justicia, el Mossad y la Inteligencia Militar. Se temían las secuelas al descubrirse que el teléfono del presidente Macron y el rey de Marruecos fueron intervenidos.

El presidente de Francia, hizo una llamada directa al primer ministro de Israel Naftali Bennett para precisar que el gobierno de ese país está “investigando adecuadamente” la información ampliamente divulgada que el francés y su gabinete eran objetivos de espionaje con Pegasus. Se pidió una pesquisa al Ministerio de Defensa del ex Primer Ministro Netanyahu pero no se ha considerado aún congelar los permisos de exportación al NSO Group. El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, defendió las licencias que permiten exportar estas herramientas de espionaje y malware. Existe irritación en Francia al revelarse que periodistas del diario digital MediaPart fueron también objetivos de vigilancia.

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Involucrado en el escándalo, el ultraderechista Viktor Orban de Hungría acusó, como chivo expiatorio, a George Soros de financiar o fabricar los informes.

Decenas de miles de iPhones fueron intervenidos en todo el mundo a traves de supuestos programas destinados al espionaje.
(ASSOCIATED PRESS)

El Sistema Pegasus en México

Hablando desde Moscú para Radio France, el célebre pirata informático Edward Snowden declaró: “es impactante ver su escala y agresividad. Tomemos un país como México, espía a periodistas, miembros del gobierno, figuras de la oposición, activistas... Eso es terrible. Para mí, plantea muchas preguntas. Durante largo tiempo he sospechado, por supuesto, que se está abusando de estas capacidades de vigilancia. Lo vimos en 2013. Pero esto se debió solo a los gobiernos internos, con presión sobre las empresas comerciales. Tenían una forma de legitimidad, de legalidad, con procedimientos… El Proyecto Pegasus revela que el Grupo NSO representa un nuevo mercado de malware, un negocio que genera ganancias. No les importa la ley, las reglas. Lo venden a cualquier cliente, siempre y cuando crean que se saldrán con la suya, que no serán identificados”.

En México, Cecilio Pineda, reportero independiente de 38 años fue asesinado a tiros el 2 de marzo de 2017 en Ciudad Altamirano, una pequeña ciudad en Tierra Caliente, Michoacán, campo de batalla del crimen organizado. Su número aparece entre los teléfonos de personas espiadas con el programa Pegasus desarrollado por el conglomerado NSO radicado en Herzliya, a las afueras de Tel Aviv.

La empresa mantiene que la localización de la víctima pudo haber sido resultado de otra estrategia. La canadiense Escuela Munk que investiga para Citizen Lab reveló que tres activistas mexicanos que impulsaron el impuesto a las bebidas dañinas por alto nivel de azúcar fueron objeto de espionaje por los programas de la propia NSO. Al reportar la noticia, el New York Times ya había anunciado que la tecnología era capaz de utilizar los teléfonos como grabadora de voz y como cámara. En una declaración a The Guardian y organizaciones asociadas, el grupo NSO negó las “afirmaciones falsas” de la investigación, pero dijo que “continuaría investigando todas las denuncias creíbles de uso indebido y que tomaría las medidas apropiadas”.

La campaña de Andrés Manuel López Obrador fue objeto de espionaje, informó Haaretz. El británico The Guardian confirmó que aproximadamente cincuenta personas cercanas al entonces candidato fueron espiadas utilizando el sistema Pegasus que operaba dentro del Centro Nacional de Inteligencia. Los informes indican que la maniobra se puso en marcha a través del Cisen, la Procuraduría General, la Agencia de Investigación Criminal y la Secretaría de la Defensa Nacional.

Durante los últimos días el mundo despertó al caso del programa Pegasus. Más de 50.000 números telefónicos aparecen intervenidos, entre ellos más de 180 periodistas de 17 organizaciones noticiosas entre los que figuran Alejandra Xanic corresponsal del New York Times en México, el español Ignacio Cembrero, Alejandro Sicairos, fundador de Riodoce en Sinaloa, Ricardo Raphael presentador de “Espiral”, Luis Hernández Navarro en La Jornada, Carmen Aristegui de CNN, Jorge Carrasco de Proceso y Yurinia Sierra presentadora y corresponsal de Imagen TV. La empresa sostiene que procede a investigar todos los casos de posible uso fraudulento.

El presidente López Obrador en conferencia de prensa no podía precisar si Pegasus es un equipo o aparato que se “aplicó” durante las gestiones de Calderón y Peña Nieto, preocupándose esencialmente por el dinero que costó: “delito …y más, cuesta mucho”. No pareció cuestionar el uso durante su gobierno que lleva ya tres años en el poder. Santiago Nieto que encabeza la Unidad de Inteligencia Financiera declaró que empresas fantasma compraban el malware inflando los precios en contratos de adquisición.

Asombra la sorpresa. Ya en 2017 un grupo de relatores de la ONU, específicamente del Alto Comisionado de Derechos Humanos, alertaba: “Una serie de informes bien documentados este año han demostrado que el gobierno de México y un número de gobiernos estatales compraron o utilizaron software diseñado para vigilar individuos mediante sus teléfonos celulares. Estos informes han mostrado, de manera convincente, que los objetivos del spyware -producido por el Grupo NSO basado en Israel llamado ‘Pegasus’- incluye, entre otros, a políticos, periodistas, defensores de derechos humanos, abogados, expertos en salud pública y anticorrupción, e incluso el organismo internacional establecido para investigar la desaparición masiva de los estudiantes en Iguala en 2014”. Se perdería ese informe. El 19 de julio de 2017, en Ginebra, expertos de la ONU pidieron al gobierno de México una investigación independiente e imparcial sobre el uso de spyware contra defensores de derechos humanos y periodistas.

El principal investigador contra el lavado de dinero en México precisó que las administraciones anteriores, de 2012 a 2018, gastaron una cifra que se aproxima a los $300 millones en dinero público para comprar el software Pegasus. Las facturas parecen haber incluido pagos en exceso que pudieron ser canalizados de vuelta a los exfuncionarios como sobornos. La información se está enviando a los fiscales en México. Nieto dijo que las cantidades pagadas, y la forma en que se pagaron, sugieren corrupción gubernamental. Las declaraciones van a complementar los datos de la Fiscalía General de la República. Se reveló que KBH Track en Polanco puede ser una de las encargadas de manejar Pegasus en el país.

La Jornada anuncia que todas las instituciones que durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto firmaron arreglos contractuales con Tech Bull y otras compañías para la distribución del malware verán la información publicada en una página web. El ex secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, ha tratado de deslindarse de cualquier responsabilidad. Al parecer, la actual Fiscalía General de la República adquirió y utilizó el software israelí.

Quedan aún preguntas sobre el uso de Pegasus por el crimen organizado. ¿Lo compraron directamente al conglomerado NSO o lo obtuvieron mediante una alianza con funcionarios gubernamentales?

En Israel negativas y una posible investigación

Sharev Hulio, uno de los fundadores del NSO Group, respondió el martes en la radio 103 FM de Israel. “Nuestra plataforma salva vidas y está diseñada para prevenir ataques terroristas… Vendemos a los gobiernos, no a individuos ni a organizaciones. Es más no vendemos a todos los gobiernos. Aunque hemos realizado ventas a 90 gobiernos, hemos rechazado a 45”. Añadió que “esta investigación es amateur”.

Según The Times of Israel, el Ministerio de Defensa declaró el lunes que si encontraba que el NSO Group violaba los términos de sus licencias de exportación, “tomaría las medidas apropiadas”. Se negó a decir si investigará las reclamaciones. Con anterioridad, los gobiernos israelíes - tanto de izquierda como de derecha- han sido severamente criticados por proporcionar armas a los violadores de los derechos humanos. Israel facilitó arsenal a Sudáfrica durante la era del Apartheid, a Guatemala durante su guerra civil y a Irán en su guerra contra Iraq. En informes al Congreso, Israel se ha señalado como uno de los gobiernos que roba tecnología militar de Estados Unidos. Un informe al Congreso sobre espionaje industrial revela que en 2004 un ciudadano estadounidense se declaró culpable de conspiración para violar la Ley de Control de la Exportación de Armas tras comprar artículos militares como componentes para misiles HAWK y radares para aviones de combate F-4 Phantom y exportarlos a Israel.

El New York Times informó el sábado que el Ministerio de Defensa israelí otorgó licencias para contratos con el gobierno saudí a Candiru y al menos a otras dos empresas, Verint y Quadream, que firmaron sus acuerdos aún después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

Stephanie Kirchgaessner y otros periodistas en The Guardian dieron a conocer que varios oficiales de Israel estaban al tanto de las reuniones de Shalev Hulio, copropietario de la NSO, con representantes de los Emiratos y Arabia Saudita en junio de 2017. Se realizaron en Viena y Chipre. Chaim Levinson lo confirma desde Haaretz. Los oficiales otorgaron permiso explícito para la venta del programa Pegasus.

Los periodistas confirmaron también que efectivamente el grupo otorga empleo a exoficiales de contrainteligencia. Por mucho tiempo se ha especulado que los fundadores Hulio y Lavie provienen de la inteligencia militar, pudieran tener conexiones con la Unidad 8200. Hasta ahora no se ha confirmado. El grupo ha contratado los servicios del bufete neoyorquino Clare Locke para manejar asuntos legales y áreas de posible difamación. Shalev Hulio, copropietario afirmó: “Solo digo que estamos vendiendo Pegasus para prevenir el crimen y el terror”.

Patrick Lucas Austin reporta en Time que Pegasus ha intervenido miles de teléfonos iPhones a través del mundo. Las actividades del grupo NSO eran ampliamente conocidas cuando CBS News “60 Minutes” visitó sus oficinas en marzo de 2019.

Facebook planteó una demanda al NSO Group y sus compañías afiliadas por espiar a través de su plataforma WhatsApp. A raíz del pleito, se puso en marcha una investigación del FBI, informó Reuters. Se quiso en aquel momento comprobar si el conglomerado NSO pudo obtener con la ayuda de hackers americanos los códigos que necesitaba para infectar teléfonos inteligentes, dijo una persona entrevistada por el FBI. Se sospechaba que el teléfono de Jeff Bezos pudiese estar intervenido reportaron Joseph Menn y Jack Stubbs de la agencia Reuters. Los proveedores de herramientas de piratería podrían ser procesados bajo la Ley de Abuso y Fraude Informático (CFAA) o la Ley de Escuchas Telefónicas, si tuvieran suficiente conocimiento o participación en el uso indebido, señaló James Baker, abogado general del FBI hasta enero de 2018. No se supo más del resultado de la investigación.

El grupo niega repetidamente estar involucrado en actividades ilícitas. Se sabe que NSO vendió su programa Pegasus a los sauditas por una cifra millonaria.

Procesos judiciales contra el grupo NSO

Omar Abdulaziz es uno de siete activistas y periodistas que han llevado a la firma de spyware a los tribunales en Israel y Chipre acusándola de comprometer sus teléfonos y exigiendo al Ministerio de Defensa israelí revoque la licencia de exportación del NSO Group para “evitar que se beneficie de la represión patrocinada por el Estado”. Fue un poco después que el NSO Group contrató los servicios de SKDKnickberbocker que dirige Mark Penn, un poderoso agente del partido Demócrata y donde trabaja Anita Dunn, estratega política de los presidentes Obama y Biden.

Amnesty International y New York University presentaron una demanda al propio Ministerio de Defensa. En julio de 2020, un tribunal de Tel Aviv rechazó el recurso. Según el Jerusalem Post, el Ministerio de Defensa salió en defensa del grupo NSO desde el principio, y convenció al tribunal de cerrar y sellar todos las transcripciones del proceso menos los primeros minutos, alegando consideraciones de seguridad nacional. Ni siquiera los abogados de Amnistía llegaron a escuchar la mayoría de los argumentos del grupo NSO y el Ministerio de Defensa. El tribunal dijo que el proceso del Ministerio de Defensa para investigar el grupo NSO era serio y apropiado, y tenía en cuenta una serie de consideraciones comerciales, diplomáticas y tecnológicas. Se apuntó que el ministerio mantuvo la supervisión incluso después de emitir la licencia, lo que sería suficiente para saber si necesitaba revocar la licencia de exportación debido a cualquier daño a los derechos humanos. A pesar de estas conclusiones, el tribunal no compartió ninguna de sus bases fácticas para estas conclusiones, como es habitual en las sentencias judiciales. El tribunal permitió publicar solo su conclusión final.

Lavie, inversiones con multimillonario ruso

Lavie y Hulio controlan varias empresas de capital para inversión. Lavie viene construyendo un nuevo imperio de ciberseguridad, Cronus, con el respaldo de Prytek, que encabeza el multimillonario ruso Igor Rybakov informó Intelligence Online.

Empresas cibernéticas israelíes

En lo que va de 2021, las empresas cibernéticas israelitas han recaudado en los mercados de Wall Street una cifra superior a los $3.41 mil millones. Lucrativas, sin duda, son una madeja que en algunos casos ofrecen sistemas de espionaje y actividad ofensiva. Amitai Ziv en el periódico Haaretz y el grupo Krebs Security informan que aquel país se ha convertido en refugio para inmigrantes rusos y ucranianos que al obtener ciudadanía optan por el espionaje o las actividades delictivas en la Red.

Un complejo estudio especializado al que se sometió a los ciberdelincuentes conocidos como Cuba Ramsomware, concluyó que todos los indicios apuntan a actores rusos radicados en Israel, reportó el periodista Omer Bejakob en Haaretz. Estos fueron los resultados de una concienzuda investigación por las firmas de ciberseguridad Profero y Security Joes sobre los ataques de “rescate” que monta Cuba Ramsonware contra entidades comerciales.

El caso de Aleksey Burkov, oriundo de San Petersburgo y ciudadano israelí, llamó la atención sobre los hackers rusos que se esconden en Israel.

La prensa angloamericana ha perdido de vista que el conglomerado NSO es una de varias empresas israelitas dedicadas al espionaje y al ataque. La red de fundadores y dueños muestran que muchos, provenientes de la inteligencia militar, tienen tentáculos que se extienden dentro de este mundo. Algunas compañías promueven remedios para los virus que otras inyectan.

Ya desde 2016, Thomas Brewster de Forbes investigaba la tecnología ULIN (Unlimited Interception System) que Anatly Hurgy de Tel Aviv trataba de promover en Norteamérica a través de su empresa Ability. México, según informa Cyberscoop, compró $42 millones en sistemas ULIN. La Securities and Exchange Commission llevó a Hurgin y su socio Vladimir Aurovsky a los tribunales acusados de defraudar a los accionistas de SPAC que votaron a favor de una fusión entre Ability y SPAC en 2015. Llegaron a un acuerdo por la cifra de $3 millones. Hurgin, de ascendencia rusa, compró ciudadanía en Malta de acuerdo a Running Commentary.

Se sabe por estudios realizados en Canadá, luego hecho público por Microsoft –lo reporta NBC entre otros- que la empresa Candiru (Sourgum) es responsable de los ataques a los sistemas operativos PC que utilizan Windows. El candirú es un pez de la Amazonia que muestra gran agresividad y se aloja en los orificios genitales.

Según informa Tikun Olam, Yaakiv Weitzman y Eran Shorer fundaron la empresa que ahora cuenta con capital qatarí. El mayor accionista es Isaac Zak (Zack), confirma la Munk School. Zak (Zack) fue uno de los fundadores del NSO Group de acuerdo a información del Globes y de otra empresa, Orchestra, asociado esta vez a Omri Lavie. Amitai Ziv y los periodistas del The Marker, a partir de un recurso legal, se percataron que Candiru cuenta con spyware para computadoras y móviles. El programa ofrece micrófonos y cámaras ilocalizables. El periódico Haaretz dijo haber encontrado información sobre sus actividades de piratería de teléfonos celulares y múltiples contratos con naciones del Golfo. Parecen operar bajo otros nombres como Saito Tech. Forbes informa que con ventas de aproximadamente $30 millones al año, la clientela de Candiru radica en Uzbekistán, Arabia Saudita y los Emiratos. Se ha utilizado también para invadir los sitios de Black Lives Matter y Amnesty International.

Thomas Brewster, especialista de Forbes dice que Candiru está trabajando en herramientas para descifrar el sistema operativo MacOS de Apple. Forbes entrevistó a Tal Dilian, quien afirmó haberse asociado con Candiru “como parte del trabajo con su propia Intellexa”. Fuera de la aparente relación de Candiru con las empresas de software espía de Dilian, WiSpear e Intellexa, “tiene al menos un vínculo con el más controvertido de los proveedores de vigilancia de Israel: el NSO Group. Esto se debe a que dos fuentes de la industria dijeron que el principal patrocinador financiero de Candiru fue el Founders Group, donde aparece uno de los tres socios que crearon el NSO Group, Omri Lavie”. Como fuentes de la industria de la vigilancia también comentó a Forbes que otro de los principales inversores es el socio gerente de Founders Group, Isaac Zack. Un vocero del NSO dijo a Thomas Brewster que no existían conexiones con Candiru.

Se calcula que 32 empresas de la región ofrecen servicios de actividad cibernética ofensiva. Según los analistas comerciales, los ingresos por este concepto pueden ascender a la cifra de $2 mil millones en ventas anuales.

Espionaje

Un documento filtrado por Edward Snowden, reportado por Newsweek y luego por The Times of Israel indica que una evaluación hecha por la agencia norteamericana de seguridad nacional en 2013 sobre las amenazas cibernéticas “clasificó a Israel como el tercer servicio de inteligencia más agresivo contra Estados Unidos” solo superado por China y Rusia, añadió Newsweek.

Citando a un alto funcionario de inteligencia estadounidense no identificado, tras las negaciones vociferantes de figuras israelíes, Newsweek dijo que “la inteligencia israelí se volvió mucho más cautelosa, sutil y sofisticada después del arresto en 1985 de Jonathan Pollard por cargos de espionaje a favor de Israel”.

Otro sistema de espionaje

Circles, otra compañía de vigilancia privada, realizó espionaje de mensajes de texto, llamadas y ubicación de teléfonos a instancias gubernamentales en 25 países, informa Citizen Lab y BankInfo Security. Fue adquirida por Francisco Partners y, como declaró Tal Dilian a Forbes, se hizo parte de Q Technologies, de esa forma se fusionó con el NSO Group. NSO fue readquirida por los propios fundadores con capital de Novalpina y Jeffries Group.

Circles funciona accediendo directamente a las empresas de telecomunicaciones de todo el mundo, aprovechando la vulnerabilidad de los sistemas SS7. La tecnología de Circles se basa en un protocolo informático, utilizado las redes móviles 2G y 3G, que carecen de requisitos de autenticación y permiten a los ciberatacantes hacer que el teléfono de un usuario parezca “roaming”, que luego se explota para rastrear ubicaciones, interceptar llamadas y leer mensajes de texto SMS, según el propio Citizen Lab. El informe canadiense alegó que todas las redes inalámbricas de Estados Unidos son vulnerables a Circles. Hay diez sistemas Circles en México, fundamentalmente en la Marina. Detectan presencia en El Salvador, Ecuador, Guatemala y Chile.

Intellexa, la nueva entidad corporativa de Tal Dilian, ex comandante de las FDI, tiene su sede en Chipre y Bulgaria.

El nexo con Michael Flynn

Desde hace un tiempo se viene investigando las relaciones de las empresas cibernéticas con el ex director del Consejo de Seguridad Michael Flynn. Un asociado de Flynn en otra compañía, OSY Technlogies, parece tener lazos con el cofundador del NSO Group, Omri Lavie. OSY cuenta con una presencia en Luxemburgo. Allí figuran el abogado Kevin Wilson, Max Mayer, Jean Seckler como contactos.

En un momento NSO informó que la compañía, subsidiaria de Q Cyber Technologies, no tenía relación alguna con OSY Technologies. Algunos dicen que Q era sinónimo del NSO Group, la estructura corporativa es secreta. D. J. Panburn reportó en Fast Company que Michael Flynn, durante la campaña electoral de Donald Trump, había recibido la cifra de $140.000 por lo que Steve Eisner, abogado de Francisco Partners, dijo fue un “trabajo limitado de peritaje”. En aquel momento OSY se consideraba un “offshoot”, una rama, del NSO Group. Ya en 2017 Paul Blumenthal y Jessica Schulberg del Huffington Post trataron de comunicarse con Omri Lavie y los socios de Francisco Partners que aparecen en la junta de OSY Technologies. Nunca lograron respuesta. Con la compra de Novalpina y Amnesty, sostuvieron un largo diálogo, en el que informan la restructuración del personal administrativo con socios de la propia empresa londinense y Francisco Partners. Afirmaban su compromiso de cumplir las leyes vigentes. No se sabe cuán duradero fue ese equipo de dirección.

El mes antes de que Michael Flynn se uniera al consejo asesor de OSY Technologies del que recibiera $40.000 de compensación según HuffPost, el NSO Group abrió una nueva rama llamada WestBridge Technologies en el área de Washington D.C. La compañía se inscribió originalmente en Delaware en 2014, pero se constituyó formalmente en Maryland en abril de 2016, liderada por el cofundador de NSO Group, Omri Lavie. WestBridge se acercó, de acuerdo a informes confirmados ahora por el Washington Post, al gobierno federal a ofrecer los productos del NSO Group. Lavie, según Vice ostentaba el título de vicepresidente para desarrollo comercial en Norteamérica. Michael Flynn era una figura estratégica para abrir las puertas al tan cerrado círculo de la inteligencia. La DEA rechazó el sistema Pegasus por consideraciones económicas. Fue entonces cuando llegaron a California a montar una campaña de ventas con los departamentos de policía de Los Ángeles y San Diego. Denegaron ambos la oferta. Sin embargo, Omri Lavie, añade el Washington Post, residente también en Nueva Jersey, contrató a un cabildero, Jeff Miller, “de la órbita de Trump” para ayudar en materia de inmigración. Ninguno respondió a preguntas sobre el tema. Entre los contratados por el NSO Group para temas de relaciones públicas y abogados se encuentran destacadas figuras de ambos partidos políticos norteamericanos.

El capital, el espionaje y el malware

El gobierno de Israel, a pesar de las investigaciones, denuncias y demandas, no ha tomado un papel activo en controlar a las empresas que trafican en programas de espionaje y malware. De hecho, informes periodísticos recientes revelan que oficiales gubernamentales han estado al tanto de las ventas a enemigos del estado. La propia prensa israelí investiga la presencia de hackers rusos y exoficiales de la inteligencia militar dentro de esta industria.

Si los medios internacionales prestan ahora atención al conglomerado NSO, muchos investigadores y grupos como el Citizen Lab de la Universidad de Toronto venían denunciando sus actividades. Muy a pesar de ello, la compañía pudo aliarse con poderosos grupos de capital como el Francisco Group, rebautizarse, cambiar de imagen, incorporar nueva tecnología de Circle y readquirirse con los recursos financieros de Novalpina en Londres. Todo esto está ampliamente documentado. En su comunicado de prensa, Novalpina declaraba que el NSO Group tenía su sede en Luxemburgo. Nadie mostró preocupación por la inminente demanda de Facebook ni las investigaciones que se llevaban a cabo a partir de las actividades sospechosas. La carta pro forma enviada a Amnesty alegaba cumplimiento de la ley.

El crecimiento de Candiru, por ejemplo, nos habla de una industria que atrae clientela y capital a pesar de controles y restricciones internacionales. La actividad de hacking no se limita a Rusia ya que muchos de sus actores turbios en la tecnología informática avanzada buscan ciudadanía israelí para operar con la protección que les brinda ese país.

Dada la demanda de una gran cantidad de gobiernos -muchos represivos, otros corruptos- y de actores encubiertos, el NSO Group –quizá con otro nombre, muy a pesar de sus negaciones- y empresas similares, tendrán larga vida en los laberintos de la tecnología para espionaje y piratería.

El autor ha hecho sus investigaciones minuciosamente pero acepta ajustes, comentarios o mayor información siempre que venga de probadas fuentes fidedignas o con pruebas publicadas en organizaciones serias.

Este articulo ha sido actualizado a petición del autor.

* Justo J. Sánchez es analista cultural que se desempeñó como periodista en Nueva York y ha sido profesor universitario.

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