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Islandesas se declaran en huelga para exigir fin de la desigualdad salarial y violencia de género

Mujeres de distintas partes de Islandia se reúnen durante una huelga en Reikiavik, Islandia
Mujeres de distintas partes de Islandia se reúnen durante una huelga en Reikiavik, Islandia, el martes 24 de octubre de 2023.
(Arni Torfason / Associated Press)
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Escuelas, tiendas, bancos y las famosas piscinas de Islandia cerraron el martes, cuando las mujeres de la isla volcánica — incluida la primera ministra — se declararon en huelga para exigir el fin de la desigualdad salarial y la violencia de género.

La huelga obligó a que los islandeses despertaran con programas de noticias conformados únicamente por hombres que anunciaron los cierres en todo el país, demoras en el transporte público, falta de personal en hospitales y habitaciones de hotel sin limpiar. Los sindicatos, que son los principales organizadores de la huelga, llamaron a las mujeres y personas no binarias a negarse a realizar trabajo remunerado y no remunerado, incluidas las labores domésticas. Cerca del 90% de los trabajadores del país pertenecen a un sindicato.

La primera ministra Katrin Jakobsdóttir anunció que se quedaría en casa como parte de la huelga, “kvennaverkfall” en islandés, y esperaba que otras mujeres de su gabinete hicieran lo mismo.

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Islandia, una escarpada isla de unos 380.000 habitantes situada justo debajo del Círculo Polar Ártico, ha sido clasificada durante 14 años consecutivos como el país con mayor igualdad de género en el mundo por el Foro Económico Mundial, el cual mide los salarios, la educación, la atención sanitaria y otros factores.

Ningún país ha alcanzado la igualdad plena, y en Islandia sigue habiendo una brecha salarial de género.

La huelga se promovió como la más grande desde que se llevó a cabo el primer paro laboral de este tipo en el país el 24 de octubre de 1975, cuando el 90% de las mujeres se negaron a trabajar, limpiar o cuidar a los niños para expresar su indignación por la discriminación en los lugares de trabajo.

Islandia aprobó una ley en 1976 que garantizaba la igualdad de derechos independientemente del género. Desde entonces ha habido varias huelgas de jornada parcial, la más reciente en 2018, cuando las mujeres dejaron sus puestos de trabajo a primeras horas de la tarde, en un mensaje simbólico al momento del día en que, en promedio, las mujeres dejan de ganar en comparación con los hombres.

Las escuelas y el sistema de salud de Islandia, en donde predominan las mujeres, dijeron que se verían muy afectados. La emisora nacional RUV señaló que reduciría las transmisiones de televisión y radio durante la jornada, e informó que sólo había una sucursal bancaria abierta en todo el país.

El martes se celebraron concentraciones por toda Islandia, la más grande de ellas en Reikiavik, en donde gran parte del centro de la capital se cerró a la circulación y decenas de miles de personas se reunieron en la colina de Arnarhóll con motivo de la manifestación.

Los oradores enumeraron datos sombríos sobre la desigualdad económica y la violencia sexual en Islandia, y terminaron preguntando: ”¿A eso le llaman igualdad?” La multitud respondió a gritos: “¡No!”.

“Aún no hemos alcanzado nuestros objetivos de plena igualdad de género y seguimos luchando contra la brecha salarial de género, que es inaceptable en 2023”, declaró Jakobsdóttir al sitio web de noticias mbl.is. “Todavía estamos abordando la violencia de género, que ha sido una prioridad para mi gobierno”.

El gabinete de Jakobsdóttir está dividido equitativamente entre ministros y ministras, y casi la mitad de los legisladores del Parlamento de Islandia son mujeres.

Pero aunque las mujeres en Islandia han logrado abrirse paso hacia los puestos más altos, desde obispos a dirigentes de la asociación nacional de lucha libre, los trabajos peor pagados, como los de limpieza y cuidado de niños, siguen siendo realizados predominantemente por mujeres.

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