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Rusia anuncia una victoria electoral de Putin que nunca estuvo en duda

El presidente de Rusia, Vladímir Putin hace un gesto durante una visita a su sede
El presidente de Rusia, Vladímir Putin hace un gesto durante una visita a su sede de campaña tras las elecciones presidenciales en Moscí, Rusi, el lunes 18 de marzo de 2024.
(Alexander Zemlianichenko / Associated Press)
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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, celebraba el lunes una victoria que nunca estuvo en duda, después de que las autoridades indicaran que había obtenido su quinto mandato con una cifra récord de votos, lo que subrayaba su control absoluto sobre el sistema político ruso.

Tras enfrentarse sólo a rivales simbólicos y reprimir con dureza las voces opositoras, Putin se encaminaba a continuar su casi cuarto de siglo en el poder con un mandato de seis años más. Pese al estrecho margen para la protesta, los rusos se congregaron ante los centros electorales el domingo, el último día de las elecciones, en una aparente respuesta a la convocatoria de la oposición de expresar su descontento con el presidente.

Putin gobierna Rusia como presidente o primer ministro desde diciembre de 1999, un mandato marcado por la agresión militar en el extranjero y una creciente intolerancia por la disidencia.

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En declaraciones de madrugada, Putin calificó su abrumadora victoria en los resultados preliminares como un indicio de “confianza” y “esperanza” en él, mientras que los críticos vieron otra muestra de la naturaleza predeterminada de los comicios.

Corea del Norte ha enviado a Rusia unos 7.000 contenedores llenos de municiones y otro equipamiento militar desde el año pasado para ayudar a mantener su guerra en Ucrania, según dijo el lunes el ministro surcoreano de Defensa.

Mar. 18, 2024

“Por supuesto, tenemos muchas tareas por delante. Pero quiero dejar esto claro a todo el mundo: cuando nos unimos, nadie ha logrado asustarnos nunca, reprimir nuestra voluntad y nuestra conciencia. Fracasaron en el pasado y fracasarán en el futuro”, dijo Putin en una reunión con voluntarios tras el cierre de urnas.

Cualquier crítica pública a Putin o su guerra en Ucrania se ha visto sofocada. Los medios independientes han sido asfixiados. Su mayor enemigo político, Alexei Navalny, murió en una prisión en el Ártico en el mes pasado y otros críticos están encarcelados o exiliados.

Más allá del hecho de que los votantes prácticamente no tenían otra opción, los observadores electorales independientes se vieron muy limitados.

La Comisión Electoral Central rusa dijo el lunes que con casi el 100% de las circunscripciones contadas, Putin había obtenido el 87,29% de los votos. Casi 76 millones de votantes apoyaron a Putin, su mejor resultado histórico, según la jefa de la comisión, Ella Pamfilova.

El líder norcoreano Kim Jong Un y los presidentes de Honduras, Nicaragua y Venezuela felicitaron con rapidez a Putin por su victoria, al igual que los líderes de las antiguas naciones soviéticas de Tayikistán y Uzbekistán, en Asia central. Occidente tachó la votación de farsa.

El secretario británico de Asuntos Exteriores, David Cameron, escribió en la red social X: “Así no son las elecciones libres e imparciales”.

En un ambiente electoral sumamente controlado, los allegados de Navalny instaron a aquellos descontentos con Putin o con la guerra a protestar acudiendo a las urnas el domingo al mediodía, y las filas frente a varios centros de votación, tanto en Rusia como en sus embajadas en todo el mundo, parecieron aumentar en ese momento.

Fuerzas israelíes iniciaron el lunes otra redada sobre el hospital más grande de la Franja de Gaza y dijeron que los milicianos de Hamás se habían reagrupado allí y les habían disparado desde dentro del recinto, donde según funcionarios palestinos se cobijaban decenas de miles de personas.

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Entre los que atendieron el llamado se encontraba Yulia Navalnaya, la viuda de Navalny, quien pasó más de cinco horas en la larga fila en la embajada rusa en Berlín. Dijo a los periodistas que escribió el nombre de su difunto esposo en la boleta.

Cuando se le preguntó si tenía un mensaje para Putin, Navalnaya respondió: “Por favor, dejen de pedir mensajes míos o de alguien para el señor Putin. No podría haber negociaciones ni nada con el señor Putin, porque es un asesino, es un gángster”.

Pero Putin hizo caso omiso de la efectividad de la aparente protesta.

“Hubo exhortaciones para acudir a votar al mediodía. Y se suponía que esto sería una manifestación de la oposición. Bueno, si hubo llamados para acudir a votar, entonces... yo lo elogio”, declaró en su conferencia de prensa tras el cierre de casillas.

El mandatario se refirió a Navalny por su nombre por primera vez en una conferencia de prensa y declaró que había aceptado intercambiarle por reos no identificados bajo custodia occidental apenas unos días antes de la muerte del líder opositor.

Rechazó las críticas occidentales a los comicios y trató de volver los argumentos de Occidente en su contra al afirmar que los cuatro procesos penales contra el candidato republicano Donald Trump suponían una instrumentalización de la judicatura con fines políticos, además de describir el declive democrático en Estados Unidos como una “catástrofe”. “Todo el mundo se ríe de ello”, afirmó.

Algunos rusos que aguardaban para votar en Moscú y San Petersburgo dijeron a The Associated Press que estaban participando en la protesta, pero no fue posible confirmar si todos los que estaban en la fila lo estaban haciendo.

Algunas personas le dijeron a la AP que estaban felices de votar por Putin, algo que no sorprende en un país en el que la prensa independiente ha sido sofocada, la televisión estatal transmite en todo momento elogios al presidente ruso y expresar cualquier otra opinión resulta arriesgado.

Dmitry Sergienko, que sufragó en Moscú, dijo: “Estoy contento con todo y quiero que todo continúe como está ahora”.

La votación se llevó a cabo durante tres días en las casillas electorales de las 11 zonas horarias del vasto país, en regiones anexadas ilegalmente de Ucrania y en línea.

Varias personas fueron arrestadas, algunas de ellas en Moscú y San Petersburgo, después que intentaron generar incendios o detonar explosivos en las casillas electorales, y otras fueron detenidas por arrojar antiséptico verde o tinta en las urnas.

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