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OPINIÓN: Las remesas, un festejo injustificado

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Recientemente, se dio a conocer que las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían a sus hogares en México durante el mes de marzo de este año superaron los 4 mil millones de dólares y rebasaron por mucho los 2.600 millones de dólares de enero y febrero del mismo año. El presidente mexicano festejó esta cifra, la reconoció como la principal fuente de ingresos por divisas y los llamó héroes que acudían a salvar al país.

El reconocimiento del presidente, más explícito pero alineado con lo que dijeron los últimos cuatro presidentes en este tema, está lleno de contradicciones. Aquí algunas.

En Estados Unidos viven poco más de 11 millones de mexicanos nacidos en México. Cerca de cinco millones están de manera no autorizada, los llamados indocumentados. Se fueron porque en México no encontraron ni empleo ni oportunidades de desarrollo. En estricto sentido ese número debería sumarse al de desempleados. Formalmente hablando, se trata de mexicanos sin empleo en México. Estos “héroes” son víctimas de la falta de oportunidades en su país.

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El presidente mexicano tiene razón. Estos ingresos salvan al país. Pero ese no es el objetivo de los migrantes. Ellos envían ese dinero a sus familiares para “salvarlos” de lo que el Estado mexicano no hace. Presentarlos como una muestra de ayuda o respaldo a su gobierno “para sacar adelante al país” representa una interpretación muy torcida o un enorme cinismo.

Además, a más remesas, mayor dependencia del exterior, algo que el presidente mexicano se ha empeñado en combatir. La estabilidad mexicana depende del mercado laboral de otro país. Parece buen tema para un debate sobre soberanía.

A pesar de los reconocimientos presidenciales y de pronunciamientos muy generales, AMLO no ha presentado todavía lo que hará para ayudar a los mexicanos en Estados Unidos. En campaña dijo que vería por ellos, pero a pesar de haber nombrado a uno de sus promotores del voto en EE.UU como titular del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, no ha hecho nada aún.

Por el contrario, ha disminuido los recursos para los consulados y calla vergonzosamente cuando Donald Trump insulta a quienes AMLO llama héroes cuando mandan dinero. Bien haría el presidente mexicano en exigirle a su amigo Trump, no sólo que no insulte a sus héroes, sino que les garantice mejores condiciones de vida y regularice su situación migratoria. Porque ni modo que aceptemos que en México en las conferencias matutinas sean héroes, pero en los encuentros oficiales delincuentes.

Tampoco ha hecho nada por sus familias en México. Los estados que más reciben remesas son Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Sólo estos estados representan más de la tercera parte de las remesas y de los hogares que dependen de ellas. Paradójicamente, esos tres estados son los que más se quejan del poco apoyo del gobierno encabezado por AMLO.

Esos envíos no responden a ningún programa oficial. Por el contrario, representan un enorme y abusivo negocio para quienes hacen llegar este dinero a sus destinatarios. Por cierto, entre ellos figura de manera destacada los bancos en las tiendas Elektra, propiedad de uno de sus mejores amigos.

Sería importante analizar estos datos con más detenimiento antes de festejarlos. Según fuentes oficiales -Banco de México e INEGI-, estas remesas llegan a 1.6 millones de hogares, lo que arrojaría que en promedio cada hogar receptor durante el mes de marzo recibió 2.500 dólares, cifra que parece elevada. Según esas mismas fuentes, los 4 mil millones de dólares se mandaron en 10.5 millones de envíos, lo cual querría decir que en promedio cada hogar recibió sólo en ese mes, más de 6 remesas. Más de una por semana.

Según las fuentes mencionadas, el 25% de la remesa se destina a “atender una enfermedad, emergencia o imprevisto”. Toda vez que en marzo surge la pandemia del coronavirus y que los paisanos la viven de manera particularmente cercana y difícil en Estados Unidos, no resulta descabellado por lo menos preguntarse si el incremento no se debe al temor de los paisanos de que sus familiares no reciban atención médica en medio de una crisis sanitaria.

Por último, el festejo, además de injustificado, puede ser prematuro. El envío de las remesas, a pesar del enorme y comprobado compromiso que los migrantes tienen con sus familias, dependen de las necesidades en México, la salud como tema prioritario, pero también de que el migrante tenga empleo e ingresos en Estados Unidos y ese es un tema que podría descomponerse en los próximos meses. ¿Si bajan las remesas, los héroes dejarán de serlo?

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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