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OPINIÓN: ¿Por qué se festejan las remesas?

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Cada que se reporta un aumento en las remesas que los mexicanos que viven en Estados Unidos envían a sus familiares en México, el gobierno en turno las festeja como si se derivaran de algún programa gubernamental o se tratara de inversión extranjera directa y creadora de empleos. Al menos desde Vicente Fox, todos los presidentes han celebrado esta llegada de dólares que hoy supera a los que ingresan por turismo o por petróleo, con la diferencia con respecto a estos últimos que las remesas no tienen inversión directa alguna. Se trata de recursos netos.

AMLO es sin duda quien más las ha festejado y les ha dado interpretaciones por demás extrañas, que van desde muestras de confianza en él y su gobierno, apoyo a México y recientemente la de el mayor factor de recuperación económica después de la crisis de la pandemia del COVID-19.

No hay nada que celebrar y la actitud del presidente mexicano además de inconsistente, raya en el cinismo.

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Las remesas no son lo que AMLO piensa. Es mucho más sencillo, representan el salario que mexicanos envían a sus hogares o familiares, como ocurre con cualquier salario, con la diferencia de que éste es devengado en otro país, en otra economía. Celebrar esos envíos es tanto como aceptar con júbilo que México no es capaz de ofrecer oportunidades de desarrollo a millones de mexicanos y éstos tienen que irse a otro país. Viniendo de un presidente, la celebración es por lo menos cuestionable.

Pero, toda vez que el 80% de esos mexicanos tienen más de cinco años viviendo en Estados Unidos, aceptemos que se fueron en otras épocas y que no podemos responsabilizar a AMLO de su partida y solo podríamos cuestionar que la celebre. Preguntémonos entonces, si tanto se les valora, qué se ha hecho por ellos o por sus familias en México. La respuesta es muy simple. Nada o en todo caso, nada nuevo más allá de una mención a sus aportaciones en el Rose Garden de la Casa Blanca.

El presidente mexicano se cuelga la medalla de esos envíos sin hacer absolutamente nada a cambio. Peor aún, presentarlos como el factor más importante de recuperación post pandemia es tanto como lavarse las manos de la crisis de la economía mexicana. Total, los recursos de afuera, los que no genera nuestra economía, nos salvarán.

AMLO debería ver por lo menos un capítulo de la serie-documental Nación de Inmigración de la cadena Netflix para darse cuenta de las condiciones en las que se generan la mayoría de esas remesas que él festeja.

Quizá si viera las condiciones de pobreza y hacinamiento en las que viven la mayoría de quienes las envían, los trabajos que desempeñan o el miedo cotidiano, las 24 horas del día, y el dolor de las familias separadas por la deportación y por las estrategias instrumentadas por órdenes explícitas de Donald Trump, haría más por ellos y por sus familias o por lo menos no regalaría un bat de béisbol al presidente estadounidense, ni se tomaría fotos sonrientes con él, ni le agradecería que, según él, los trata con respeto. De paso, vería también el drama de los migrantes centroamericanos que tan feroz y eficientemente detiene en México.

Por otro lado, si tan importantes son para la economía mexicana, sería bueno que analizara con más cuidado los datos de las remesas. Algunas cifras no cuadran.

Según los datos del mes de junio de este año, se recibieron 3.500 millones de dólares en 10.4 millones de envíos. El número de migrantes mexicanos en Estados Unidos prácticamente no crece desde 2005 y de hecho desde 2015 decrece. Pues bien, en el mismo mes de 2015 se recibieron 2.100 millones de dólares en 7.2 millones de envíos. ¿cómo se pasó de 7 millones de envíos a más de 10 millones de envíos con menos migrantes?

Según el INEGI 1.6 millones de hogares mexicanos reciben remesas. Eso querría decir que en junio de este año cada uno de esos hogares recibió más de 6 envíos sumando por hogar 2.200 dólares en un mes. Me parecen demasiados.

¿No se habrá preguntado el presidente mexicano o sus técnicos que quizá no todo son remesas? Las remesas familiares existen, por supuesto, pero ¿en esas cantidades? Puede tratarse de otro tipo de envíos, por ejemplo, comercio “hormiga” (dinero que se envía para pagar mercancías que son enviadas a Estados Unidos), el pago del coyote que los migrantes centroamericanos hacen en territorio mexicano (lo que explicaría la desproporcionada cantidad que se recibe en Chiapas o en los estados fronterizos del norte) o lo que muchos decimos desde hace años, una buena parte puede ser lavado de dinero y ojo, las remesas tienen que ver con nuestra balanza de pagos.

Sigo sin entender porqué AMLO festeja las remesas. Me queda más claro “para qué” las festeja, pero ese es otro tema.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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