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Sigue la cuenta fatal: asesinan a otro periodista en México

ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 16 de mayo de 2017
ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 16 de mayo de 2017, una mujer coloca una vela frente a las fotografías de los periodistas asesinados Miroslava Breach, izquierda, y Javier Valdez durante una manifestación contra el asesinato de periodistas, frente a la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México.
(ASSOCIATED PRESS)
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Otro periodista fue asesinado en México. Ahora el turno le tocó a Heber López Vásquez, quien fue ejecutado el jueves, en el municipio de Salina Cruz, Oaxaca. Este es el sexto periodista que cae abatido por manos criminales en lo que va de este año y el número 43 del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Con este asesinato, la cifra de periodistas ejecutados en México durante el gobierno del presidente López Obrador –que apenas lleva 3 años y dos meses de gestión- ya se aproxima a los 47 homicidios de periodistas anotados durante la administración de Enrique Peña Nieto, y a las 48 ejecuciones de comunicadores contabilizadas en el gobierno del presidente Felipe Calderón.

De acuerdo a las primeras versiones de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, el homicidio de Heber López Vásquez, de 39 años de edad, quien dirigía el portal de informativo Noticias Web, ocurrió la tarde de ayer, cuando dos sujetos lo interceptaron al momento en que llegaba a su oficina de trabajo.

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Los hechos ocurrieron en la colonia El Espinal del puerto de Salina Cruz, en la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, en donde la violencia ha repuntado en forma alarmante en los últimos tres años, a causa de la expansión de los grupos del crimen organizado que se han interesado en la zona debido a los macroproyectos económicos anunciados por el gobierno federal.

El homicidio del periodista Heber López Vásquez es el sexto que se comete contra un comunicador en lo que va de este año; el 10 de enero pasado fue acuchillado en Veracruz el periodista José Luis Gamboa, después, el 17 de enero fue ejecutado a las afueras de su domicilio, en Tijuana, Margarito Martínez Esquivel, y el 23 de ese mismo mes fue ultimada, también afuera de su domicilio, también en Tijuana, la periodista Lourdes Maldonado.

Antes de concluir el primer mes del 2022, el día 31 de enero, fue asesinado en Zitácuaro, Michoacán, el periodista Roberto Toledo. Él fue ejecutado también afuera de las instalaciones donde trabajaba y su agresión la cometieron dos sujetos que se dieron a la fuga. Apenas el pasado 6 de febrero también en Tijuana, fue ejecutado a las afueras de su domicilio el periodista Marcos Ernesto Islas Flores.

Con el homicidio de Heber López Vásquez, ya son cuatro los comunicadores oaxaqueños que han sido ejecutados, desde el 2018 a la fecha. Los cuatro periodistas oaxaqueños que han sido ejecutados en este periodo tienen un factor en común: todos trabajaban en la zona del Istmo de Tehuantepec:

El 2 de junio del 2018, fue asesinada en Juchitán, la periodista Maria del Sol Cruz Jarquín; el 2 de mayo del 2019, fue Telésforo Santiago Enríquez quien fue asesinado en la misma localidad de Juchitán; mientras que a Gustavo Sánchez Cabrera, lo asesinaron el 17 de junio del 2021, en la localidad de Tehuantepec, también dentro de la zona del Istmo de Oaxaca.

Cabe recordar que apenas el pasado 26 de enero el periodista Santiago Martínez, fue objeto de un atentado, del cual pudo salir ileso luego que sus escoltas repelieron la agresión a balazos de la que fue objeto cuando circulaba sobre la carretera federal 125, en el tramo Putla de Guerrero-Tlaxiaco, esto en la zona de la Mixteca.

Sobre el asesinato de Heber López, según fuentes de la Fiscalía del Estado, se sabe que hay dos personas detenidas, las que podrían ser los autores materiales de la agresión, pues uno de ellos portaba una pistola con la que se presume fue ultimado el comunicador.

Hasta el momento, todas las líneas de investigación este asesinato, contenidas en la carpeta de investigación 4748/FIST/SALINA/2022, apuntan hacia la posibilidad de que Heber López fue ejecutado en función de su labor periodística, la que en los últimos tres años había centrado en denunciar la corrupción del gobierno municipal de Salina Cruz.

Como dato adicional cabe señalar que desde el 2019, el propio Heber López había denunciado públicamente que estaba recibiendo amenazas de muerte por su trabajo. De estas amenazas fue notificado el Mecanismo de Protección de Periodistas del Gobierno Federal, pero –igual que en otros casos- dicho Mecanismo no tomó en serio las amenazas y nunca le brindó medidas de seguridad personal.

El Contexto de la Violencia

Para poder entender el contexto de violencia bajo el que están trabajando los periodistas de la zona del Istmo de Tehuantepec, que apunta hacia la violencia sistemática contra los comunicadores, es necesario referir que en esa región del sureste del país, la zona está siendo disputada por al menos dos carteles de las drogas y cuatro carteles de las drogas y grupos empresariales aliados a grupos criminales.

¿Y qué tiene que ver la prensa en ello? Mucho. Los comunicadores han sido tomados como rehenes de los intereses económicos de los grupos delictivos que se disputan el control de la zona, a los que se busca obligar a ser voceros extraoficiales de sus acciones delictivas, para denunciar los actos de violencia que realizan los grupos contrarios.

La negativa de muchos comunicadores a ser parte –como voceros- de las redes delictivas es lo que ha propiciado que se desate la violencia contra ellos, tal es el caso de Heber López, quien en diversas ocasiones dio a conocer a reporteros de su círculo que estaba siendo asediado por un grupo delictivo que le exigía que manejara información que desacreditaba a diversos empresarios de la zona.

La zona del Istmo de Tehuantepec está controlada desde hace más de una década por un grupo delictivo conocido como El Cartel de los Díaz Parada, el que fue fundado por Pedro Díaz Parada y sus hermanos Eugenio, Jesús y Domingo. Esta agrupación se viene dedicando principalmente al tráfico de drogas y al secuestro.

Para operar de manera impune el Cartel de los Díaz Parada logró la protección de elementos de la Policía Federal y posteriormente tuvo la colusión de elementos de la Policía Ministerial de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), además de diversas corporaciones de las policías municipales de la zona.

El Cartel de los Díaz Parada también se alió con el Cartel de Los Zetas, con los que dividió la zona del Istmo para sus diversas actividades delictiva y así mantener el control de toda la región Istmeña, desde Salina Cruz, Oaxaca, hasta Coatzacoalcos, Veracruz. La operación conjunta de los Hermanos Díaz Parada y el Cartel de los Zetas se conoce como el Cartel del Istmo.

Sin embargo esta alianza pronto perdió su hegemonía: hacia principios del 2012, un grupo de empresarios, conformado por los hermanos Emanuel, Rosalino y Juan Terán Regalado, comenzaron a disputar el control de la zona a los carteles de Los Zetas y de los Díaz Parada, sobre todo con relación al control de la venta de bienes inmuebles.

Y es que con los anuncios que ha hecho el gobierno federal, desde el 2012 hasta la fecha, para desarrollar económicamente la zona del Istmo, el control de la venta de terrenos para el establecimiento de empresas trasnacionales en la zona se ha convertido en un jugoso negocio. El precio de los predios rurales para convertirlos en terrenos industriales ha crecido en promedio un 300 por ciento por año.

Por esa razón el grupo de empresarios de la familia Terán Regalado comenzó a disputar el negocio inmobiliario que estaba bajo el control de los hermanos Díaz Parada. Para esto, los Terán Regalado se han aliado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el que -en sociedad con un grupo conocido como el Cartel Colombiano- ha comenzado a tomar como rehén a la población civil, entre ellos a los representantes de la prensa.

A la disputa por el control del mercado inmobiliario, que mantienen los Hermanos Díaz Parada frente a los Terán Regalado, y sus respectivos socios criminales, el Cartel de Los Zetas, el CJNG y el Cartel Colombiano, también se ha sumado otro grupo empresarial, que busca a través de la violencia desplazar a sus competidores: la familia Gómez García, conformada por los hermanos Carlos, Tomás, Cecilia y Manuel.

De acuerdo a medios locales de Juchitán y Tehuantepec, la disputa entre los empresarios Terán Regalado y Gómez García, ha dejado en toda la zona del Istmo un total de 370 muertos, en los últimos tres años, en donde el brazo ejecutor de ambos grupos son células de elementos de las policías municipales de la zona, de la policía estatal de Oaxaca y de elementos de las fuerzas federales.

Otro factor que ha alentado la violencia en esta parte del sureste mexicano es el cacicazgo político y económico que encabeza un personaje de nombre de Rodolfo León Aragón, quien en el 2016 fue alcalde del municipio de Salina Cruz, Oaxaca, pero que mantiene solidos nexos con miembros del viejo régimen priista.

Rodolfo León Aragón, también conocido como “El Chino”, fue jefe de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) –la policía secreta mexicana, ya extinta- durante la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari. En ese tiempo “El Chino” siempre actuó bajo las órdenes de Jorge Carpizo McGregor, ya fallecido, quien fuera secretario de Gobernación y también titular de la PGR.

Durante su paso al frente de la DFS, según la versión del narcotraficante Humberto Rodríguez Bañuelos, “La Rana”, Rodolfo León Aragón fue el encargado personal de Jorge Carpizo McGregor para organizar el asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el que fue ejecutado por Humberto Rodríguez Bañuelos, el 24 de mayo de 1993, en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara, Jalisco.

De acuerdo a fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a la fecha Rodolfo León Aragón es uno de los hombres más poderosos de la zona del Istmo de Tehuantepec, el que actúa al lado del grupo empresarial de los hermanos Gómez García en franca confrontación con los hermanos Terán Regalado y los miembros del cartel de los hermanos Díaz Parada.

Pero sí eso fuera poco, también a la disputa por el control de las actividades delictivas del Istmo, se ha sumado más recientemente el grupo o cartel de Los Hermanos Díaz Pantoja, un grupo que escindió del cartel de los Díaz Parada, que fue fundado por los hermanos Mario, Abraham y Luis de apellido Díaz Pantoja, sobrinos todos de Pedro Díaz Parada.

La confrontación de todos esos grupos es lo que ha hecho que al día de hoy la zona del Istmo de Tehuantepec sea una de las más violentas de todo el país, lo que se refleja claramente el número de homicidios dolosos, los que solo en los últimos cuatro años ya suman más de 2 mil 560 víctimas, entre las que se encuentran los cuatro periodistas asesinados.

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