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El retraso en la oficina del forense, un doloroso problema para las familias de fallecidos

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Era un día sofocante en Pomona, en agosto de 2015, cuando Katie Dix se derrumbó durante una fiesta rave en el recinto ferial del condado de Los Ángeles. La chica sufrió un paro cardíaco y murió poco después, en un hospital cercano.

La familia de Dix esperaba que la autopsia y las pruebas de laboratorio tomasen unas pocas semanas, pero a medida que transcurrían los meses, comenzaron a sentirse frustrados y enojados. Sus familiares llamaban a menudo al forense, en espera de novedades, y sólo escuchaban la misma frase: “El mes próximo”.

“Fue algo terrible para sus padres”, señaló Lee Sherman, abogado de la familia. “Es suficientemente horrible lidiar con la muerte de un hijo como para, además, esperar reportes y especulaciones. Ellos sólo querían respuestas”.

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Finalmente, en febrero pasado, el forense dio a conocer los resultados, que mostraban que la estudiante de Cal State Channel Islands, de 19 años de edad, había muerto por una intoxicación con múltiples drogas. Los efectos del consumo de Ecstasy se habían agravado por el abrasador calor del verano.

El caso de Dix fue parte de un grave retraso de resultados en la Oficina del Forense del Condado de L.A. que afectó a cientos de casos. Las demoras han puesto en peligro la reputación de la oficina y desatado frenéticos esfuerzos por solucionar los problemas. Además, frustraron a las fuerzas del orden, que utilizan las autopsias para ayudar a construir los casos criminales.

Los funcionarios señalan que la escasez de personal y presupuesto, los equipos rotos y la dificultad en el reclutamiento y entrenamiento de empleados calificados son las causas del retraso.

Pocas semanas antes de determinar la causa de muerte de Dix, el por entonces Médico Examinador en Jefe del forense Mark Fajardo, renunció abruptamente, alegando que no contaba con suficientes recursos para trabajar correctamente. En ese momento, había cerca de 180 cuerpos en la morgue, esperando por autopsias.

Desde entonces, la oficina del forense y otros departamentos del condado han tomado agresivas medidas para acortar los plazos e intentar salvar la reputación de la agencia ante la Asociación Nacional de Méxicos Examinadores. El personal se incrementó, algunas tareas se han tercerizado y se han realizado otras mejoras, pero las demoras siguen ocurriendo, muestran los documentos.

Desde el 21 de septiembre hay retrasos en las pruebas de toxicología de más de 1,500 cuerpos -una ‘mejora’ en relación a junio, cuando el número ascendía a 2,10-.

La oficina del forense aún sigue funcionando por debajo de los estándares establecidos por la Asociación Nacional de

Médicos Examinadores, que indica que el trabajo debe completarse dentro de los 90 días, en el 90% de los casos. En 2015, la oficina finalizó el 81% de las tareas dentro de ese plazo; la media cayó a 78% entre junio de 2015 y el mismo mes del corriente año.

En la actualidad, cerca de 1,500 casos permanecen incompletos después de los tres meses, incluyendo aproximadamente 570 que hace más de 150 días esperan una respuesta.

Las autoridades sostienen que, a medida que el departamento amplíe su personal, podrá resolver las demoras en las autopsias y pruebas de toxicología. “Estamos haciendo progresos significativos en varias áreas clave, entre ellas las pruebas de toxicología y el tiempo transcurrido entre la autopsia y la liberación del cuerpo”, señaló el Dr. Lakshmanan Sathyavagiswaran, médico forense interino, en una carta dirigida a L.A. Times. Sin embargo, el especialista agregó que “como el condado está buscando soluciones duraderas -y no correcciones rápidas- el progreso no es siempre tan pronto como nos gustaría”.

La oficina del forense ha contratado 22 nuevos empleados, financiada en parte por un aumento de $2.5 millones en presupuesto, aprobado por la Junta de Supervisores. Ahora, su presupuesto total es de $40.66 millones. Sin embargo, las demoras siguen siendo un doloroso problema para las familias de los fallecidos, quienes quedan a la espera de información crucial para investigar los crímenes, resolver asuntos financieros o emprender acciones civiles.

El 1 de octubre de 2015, Ryan Joseph Greenberg, de 32 años, fue hallado muerto en un departamento de North Hills, con una herida de bala en la cabeza. El hombre había sido adicto a la metanfetamina durante años y vivía en las calles al momento de su muerte, comentó su hermana, Stacy Klinger, de 42 años. Cuando la mujer intentó buscar una copia del informe forense, la oficina le indicó que pasarían cuatro meses para obtener los resultados de toxicología.

La familia de Klinger espera que el informe pueda ayudar a la policía a hallar al asesino. Pero, así y todo, la situación deja demasiadas preguntas sin respuesta para los seres queridos. “Es algo más que necesitamos para darle cierre al tema”, señaló. Más de diez meses después de la muerte de Greenberg, Klinger finalmente obtuvo el reporte de la autopsia y las pruebas de toxicología, donde se indicaba que había rastros de metanfetaminas y alcohol en el cuerpo.

En febrero pasado, haciendo a un lado el protocolo usual, un sargento de homicidios del departamento del Sheriff criticó al encargado del forense por la enorme demora en los resultados de toxicología, alegando que ésta retrasaba también las investigaciones y los procesos penales. “Nuestra oficina ha recibido cuestionamientos del fiscal de distrito y del presidente del tribunal de Compton, acerca del retraso que existe con los casos”, señaló el sargento Shannon Laren, en un mail.

En respuesta, la por entonces jefa interina del laboratorio forense, Margaret Kaleuati, señaló: “Cada mes recibimos más de 400 nuevos casos, pero no podemos mantener el ritmo debido a la falta de personal y la ruptura de una de las máquinas necesarias para procesar los exámenes”.

La acreditación de la oficina del forense ante la Asociación Nacional de Médicos Examinadores caducaba el 24 de agosto pasado, pero aún permanece activa y en espera de una inspección, el próximo 17 de octubre. Para mantener el pleno -la acreditación por cinco años- se debe cumplir con el plazo del 90% de resultados en 90 días. Sin embargo, una oficina con algunos defectos puede recibir una acreditación provisional por un año. A principios de 2016, funcionarios del forense consideraron que la pérdida de la acreditación será inevitable.

En una solicitud de presupuesto para cinco puestos nuevos de criminalistas de alto nivel, autoridades del forense escribieron: “Sin estos puestos, el departamento perderá su acreditación debido a los retrasos en toxicología, y el público no puede acudir a otras agencias sin una causa final de muerte en los certificados”.

La acreditación no es un requisito legal, pero proporciona más credibilidad, según los expertos. Stephen J. Cina, un exjefe de medicina forense del condado de Cook, Illinois, quien fue convocado para ayudar a recuperar la acreditación de dicho departamento, señaló que la falta de ese reconocimiento tiene posibles repercusiones en el sistema legal. Existe la preocupación de “en la corte un abogado defensor pueda armar un gran caso de ello”, señaló. “Puede decir al jurado que la oficina forense no está acreditada y que, por ende, no se puede confiar en su trabajo”.

Un reciente informe del Gran Jurado Civil del condado retrató la oficina del forense como un hijastro olvidado del proceso de presupuesto, señaló que sus fondos se habían mantenido congelados durante los últimos dos años y anticipó que se reducirían levemente para este año.

Para los líderes políticos, aseguró Cina, la pregunta es: “¿Gastamos dinero en la oficina del forense o en programas sociales? ¿Dónde asignamos los recursos cuando son limitados?”. Como resultado de ello, señaló, las oficinas forenses terminan a menudo perdiendo fondos, hasta que la falta de personal y las demoras generan mala prensa y vuelven a efectuarse cambios.

Debido a la agitación en la oficina, el condado de L.A. convocó nuevamente a Sathyavagiswaran, quien la había liderado durante 21 años, hasta 2013. El médico señaló a los supervisores que necesitará tiempo para completar las vacantes de los puestos altamente cualificados, que requieran investigar los antecedentes. Sathyavagiswaran también señaló que el trabajo del departamento sigue siendo de primera categoría, pero reconoció que “la puntualidad ha sufrido”. “Para la primavera del año próximo, veremos un cambio drástico”, anticipó. “Ojalá pudiera comprar mi personal en Costco, pero no puedo”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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