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Lagarde espera apoyo del Directorio del FMI tras su condena por negligencia

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Tras ser declarada culpable de negligencia en Francia, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, espera hoy la declaración de apoyo del Directorio Ejecutivo de la institución para mantenerse en el cargo que renovó hace unos meses.

El Fondo anunció una reunión hoy de su Directorio Ejecutivo para “analizar los acontecimientos más recientes”, tras el anuncio de la condena de su directora gerente, quien, pese a ello, no será sentenciada a pena alguna y sus antecedentes se mantendrán intactos.

En el comunicado, la institución apuntó que el Directorio se reunirá del mismo modo que lo ha hecho con anterioridad para analizar los acontecimientos relativos a este procedimiento judicial, que comenzó poco después de que Lagarde tomara posesión de su cargo en 2011.

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El proceso al que estaba siendo sometida Lagarde viene de largo y el Directorio Ejecutivo, el órgano rector del Fondo, ha apoyado a la directora durante todo momento, hasta el extremo de confirmar su renovación para un nuevo mandato de cinco años en febrero.

No obstante, en su sentencia, el Tribunal de Justicia de la República, un órgano judicial especial compuesto por magistrados y parlamentarios, destaca que el comportamiento de Lagarde fue “de un cuestionable descuido y precipitado” y que “excede la mera negligencia”.

Ese tipo de comentarios debilitan aún más un puesto clave en el manejo de la economía mundial, que aún se enfrenta a las consecuencias de la crisis financiera de 2008 y que sigue lastrando el crecimiento global, y mantiene vivo los peligros de crisis de deuda y la falta de reformas en economías de todo el mundo.

Los términos impuestos por el Fondo a la directora gerente para su cargo incluyen obligaciones como “observar los más altos estándares de conducta ética, coherente con los valores de integridad, imparcialidad y discreción”, y subraya que “se debe esforzar en evitar las apariencias de impropiedad en su conducta”.

El caso que ha acabado con la condena de Lagarde deriva de la época en la que la directora gerente del Fondo era ministra francesa de Finanzas, cuando el empresario galo Bernard Tapie fue indemnizado con 403 millones de euros de las arcas públicas francesas relativos a la venta de su participación de Adidas en los años 90.

Tapie, cercano al entonces presidente Nicolás Sarkozy, se benefició en 2008 de un proceso de arbitraje privado al que optó Lagarde y que elevó las críticas entre los franceses ante la sospecha de que el empresario se viera beneficiado por su cercanía al gobierno.

La investigación comenzó poco después de que en 2011 Lagarde se convirtiera en la primera mujer que dirigía el FMI, frente al cual ha tenido que gestionar los rescates de Grecia o Irlanda o la cesión de mayor poder de decisión a economías emergentes como Brasil o China.

La condena a Lagarde supone un lastre más para la credibilidad del FMI, que ya se ha visto manchada por la detención por supuesto abuso sexual que obligó en 2011 a la dimisión de Dominique Strauss-Khan, posteriormente también salpicado por un escándalo de proxenitismo.

Strauss-Khan (2007-2011) venía precedido del español Rodrigo Rato (2004-2007), que está imputado en un caso de corrupción, delito fiscal y administración desleal por su gestión, tras su paso por el FMI, de la entidad Caja Madrid-Bankia, que sufrió la mayor quiebra bancaria de la historia de su país.

Los escándalos de los últimos directores gerentes del Fondo se produjeron en un momento especialmente delicado, debido no solo a la situación económica global, sino a las peticiones de gigantes emergentes como China para que se modifique el orden imperante desde el fin de la II Guerra Mundial y la Conferencia de Bretton Woods.

Según el “pacto de caballeros” derivado de aquellos encuentros, el FMI debe estar encabezado por un europeo y el Banco Mundial por un estadounidense, algo que muchas economías emergentes quieren cambiar.

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