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Universidades latinoamericanas izan por bandera el desarrollo social

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EFE

Los rectores de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual) llamaron hoy a izar por bandera el desarrollo social y, para su consecución, implementar distintas líneas estratégicas a ejecutar por las universidades.

A la inauguración de la VII Asamblea General Extraordinaria celebrada hoy en Ciudad de México, acudió el rector de la española Universidad de Salamanca (Usal), Ricardo Rivero, para presentar y compartir los “Objetivos de Salamanca”, en busca de que las casas de estudios sigan fomentando el progreso de las clases desfavorecidas y la equidad de género.

Unos objetivos que concuerdan con los establecidos en los estatutos fundacionales de Udual, que defienden y respaldan los mismos intereses para las más de 200 entidades académicas de América Latina que integran la unión.

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“Las universidades que sobresaldrán en el futuro no serán aquellas que ofrezcan educación a una capa ínfima de la población, a una elite”, aseguró Rivero.

Por ello, sostuvo que “las sociedades de conocimiento que progresarán serán aquellas que garanticen un nivel de educación superior de calidad a un elevado porcentaje de su población”.

“Aunque la universidad ha de seguir haciendo sus labores clásicas formando profesionales, no debe olvidar su contribución al desarrollo social en su conjunto, a la protección de la igualdad de oportunidad y la protección de las minorías”, enfatizó.

Para cumplir con estas necesidades, llamó a las instituciones “a realizar sus responsabilidades más clásicas”: sostenibilidad ambiental, compromiso con la equidad de género y desarrollo social.

La propuesta a debatir de los “Objetivos de Salamanca” para los próximos años “se basa en la búsqueda de métricas alternativas y un indicador propio de calidad”.

“Toda universidad que quiera cumplir con su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) debería incorporar a sus líneas estratégicas, a su misión y visión para los próximos años, la realización de dichos propósitos”, aseveró.

Por su parte, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, respaldó a su homónimo español y agregó que, para cumplir dichos objetivos, debe ponerse especial atención al “financiamiento de la educación superior”.

“Es algo que no podemos dejar de ver como uno de los grandes retos a cumplir en el siglo XXI”, acotó.

Rivero destacó la labor de la educación pública de América Latina y España a la hora de potenciar el desarrollo social y el ingreso a la educación superior, elogiando a aquellas instituciones que posibilitan “el acceso a sus aulas en función de su capacidad intelectual a todas las personas, con independencia de su nivel de ingresos o su procedencia familiar”

Sin embargo, el rector recalcó que las clasificaciones de las mejores universidades del mundo no contemplan estos aspectos como un aliciente a la hora de calificar.

“Cuestiones tan importantes para nuestras sociedades como la universalidad en el acceso a la educación superior con independencia de la condición económica no tienen ninguna consideración en los rankings”, lamentó.

Son las dificultades que presenta el “régimen de financiación” y el modelo de estudios de las instituciones públicas las que las someten a situaciones “muy complejas a la hora de recibir un reconocimiento internacional”.

Sabiendo esto, el rector elogió especialmente a la UNAM por su excelente labor como institución pública reconocida mundialmente a pesar de los escollos.

A su vez, el rector de la UNAM quiso resaltar que “el cambio tecnológico es de gran importancia” y obliga a “educar a los jóvenes de hoy con las nuevas tecnologías de la información”.

“Tenemos el inmenso reto de enseñarles algo que no conocemos tan bien como ellos”, apuntó.

Para ello, consideró necesario formar a los maestros de acuerdo con estas nuevos requisitos, ya que “las disciplinas tradicionales se han ido desvaneciendo”.

El académico concluyó enfatizando que la educación para el futuro debe escalarse “sin perder la vocación social de las universidades”, especialmente las públicas, que históricamente han estado ligadas de manera íntima a la autonomía y la democracia.

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