El Gobierno se lanza de nuevo a liderar la carrera espacial a la Luna y Marte
Austin (TX) — El vicepresidente, Mike Pence, aseguró hoy que Estados Unidos está decidido a liderar de nuevo la carrera espacial, con la instalación de una plataforma orbital en la Luna y, sobre todo, el envío futuro de una misión tripulada a Marte.
En una visita a las instalaciones del Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston (Texas), Pence aseguró que la actual Administración del presiente Donald Trump busca “escribir el próximo gran capítulo” de la historia espacial y reafirmar su “compromiso” con la innovación en materia de exploración humana.
“El presidente Donald Trump ya firmó la orden que hace oficial que EE.UU. regresará a la Luna y tratará de alcanzar Marte, para lo cual construiremos el cohete espacial más poderoso que se haya diseñado nunca y que tendrá una velocidad de 7 millas por segundo (11,2 kilómetros por segundo)”, argumentó.
Pence, ante el aplauso de la audiencia en el centro espacial de la NASA, explicó que de esta forma, gracias a esta nueva nave, se podrá “estrechar la brecha” entre la Tierra y el planeta rojo, e incluso, explorar en el futuro qué hay “más allá”.
A principios de junio, la NASA dio a conocer los resultados de su investigación en busca de vida en Marte obtenidos gracias a su robot explorador Curiosity, una misión que aterrizó en ese planeta en 2012 y que había encontrado moléculas orgánicas en rocas de la superficie marciana.
En concreto, encontró material orgánico complejo en rocas formadas hace 3.000 millones de años, un hallazgo que podría indicar que ahí hubo vida alguna vez.
Sin embargo, antes de alcanzar Marte, el Gobierno tiene previsto instalar en torno a la Luna una plataforma orbital, cuyo precio de construcción inicial será de 500 millones dólares y que estará lista para el año 2024.
“Algunos dicen que no deberíamos pensar en volver a la Luna, que nos centremos en asuntos más cercanos. Incluso administraciones pasadas cancelaron programas para llegar a la Luna en 2020, pero eso fue un error”, se lamentó Pence.
El vicepresidente insistió durante su discurso en las críticas a anteriores gobernantes que, en su opinión, no entendieron que la exploración humana “siempre ha sido una cuestión fundamental en la historia de la nación”.
“No nos contentamos con haber dejado nuestras huellas” en la superficie lunar, aseguró.
En este sentido, definió a la NASA y, concretamente, al Centro Johnson como un “tesoro nacional”, a través del cual Estados Unidos podrá liderar el camino del hombre a las estrellas, “una vez más”.
Un halago correspondido por el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, que agradeció “el esfuerzo y la preocupación” del Gobierno actual por el proyecto espacial.
Bridenstine destacó la creación del Consejo Nacional Espacial, del que Mike Pence es presidente, puesto que “refleja con actos lo que transmiten con sus palabras”.
De este organismo, con la firma de aprobación de Trump, salió la orden al Pentágono para crear una Fuerza Espacial en el Ejército dedicada a prevenir posibles ataques desde el espacio y que se convertirá en “el sexto cuerpo de las Fuerzas Armadas”.
“Estamos preocupados por la seguridad tanto en la Tierra como en el espacio, así pues, esta unidad será una realidad en 2020. China y Rusia están desarrollando peligrosas herramientas y no podemos permitir que nos dominen”, comentó el vicepresidente.
El recelo militar siempre ha estado presente desde la creación de la NASA hace 60 años, motivo por el que Estados Unidos ha buscado liderar la innovación espacial.
Con esa mezcla entre ciencia y estrategia militar defensiva, Pence aseguró que Estados Unidos “no volverá a abandonar sus responsabilidades en el espacio” y tratará de honrar el legado de los “héroes del pasado”.