Academia de Pediatría critica “falta de cuidados médicos” a menores migrantes
Phoenix (AZ) — La Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) denunció hoy la “falta de cuidado médicos para los menores migrantes” detenidos en las instalaciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Julie Linton, directora el Grupo de Interés Especial para la Salud de Inmigrantes de la AAP en el Sur de Carolina, señaló a Efe que las agencias federales de Inmigración “deben de contar con pediatras y doctores especializados para evaluar quien necesita atención médica inmediata”.
Linton se refirió al caso de Jakelin Amei Rosmery Caal Maqui, la niña guatemalteca de siete años que murió bajo custodia de CBP y que había cruzado con su padre irregularmente la frontera desde México.
Según se supo, la menor sufría de deshidratación tras llevar “días” sin comer ni beber cuando fue detenida junto a su padres y un grupo de 163 migrantes sobre las 21.15 hora local del 6 de diciembre cerca de Antelope Wells, en el estado de Nuevo México y en medio del desierto.
Desde su arresto y hasta las 4.30 hora local, la menor, su progenitor y el resto de migrantes estuvieron en unas instalaciones de CBP, donde tuvieron acceso a agua, comida y aseos, y después fueron trasladados en autobús a otro centro a 150 kilómetros de distancia y ubicado en Lordsberg (Nuevo México), según el relato de los funcionarios.
“Un menor tan enfermo como la niña que falleció se hubiera identificado desde el principio como una paciente de urgencias. Estaba en una situación de emergencia, necesitaba atención inmediata y no la recibió”, señaló Linton.
La doctora dijo que sin haberla atendido no puede ahondar en el cuadro médico de la menor, pero sí reconoció que ha visitado los centros de detención para menores donde ha constatado la “falta de cuidado médicos” y la ausencia de evaluación por especialistas.
“Visité un centro en McAllen (Texas). Estaban como en jaulas en sitios muy fríos, acostados en el suelo con cobijas de aluminio, había un silencio incomodo en un sitio lleno de niños”, manifestó la especialista.
La AAP ha propuesto que un equipo independiente con experiencia en las necesidades físicas y mentales de los menores puedan visitar las instalaciones de CBP.
“Los casos de estos niños son muy especiales, ya vienen con desnutrición desde sus países de origen, no tienen reservas para adaptarse a los cambios, están en un alto riesgo de enfermarse y presentar deshidratación”, expresó.
Linton indicó que un cuadro de deshidratación se puede reconocer rápidamente por los síntomas, ya que al menor se le seca la boca, presenta falta de orina, vomito, confusión, además de la pérdida de energía y puede acelerarse el corazón.
“Cuando llegan a este país merecen una oportunidad justa para tener un futuro sano y seguro, oportunidad que no se le dio a la niña que murió, y otros menores que han perdido la vida. Se requiere una investigación pública para que no se repitan estos casos”, aseveró.