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OPINIÓN: Esperando el siguiente tráiler con migrantes muertos

La gente visita un monumento improvisado para honrar a las víctimas y sobrevivientes de la tragedia del tráfico de personas
La gente visita un monumento improvisado para honrar a las víctimas y sobrevivientes de la tragedia del tráfico de personas el miércoles 6 de julio de 2022, en San Antonio, en la que 53 migrantes fueron encontrados muertos o moribundos en un camión con remolque.
(Eric Gay / Associated Press)
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Por crudo que parezca el título de esta colaboración, parece que a eso se dedican los encargados de atender el proceso migratorio. Particularmente en México.

Prácticamente todas las semanas en los medios mexicanos hay alguna noticia sobre migrantes intentando transitar de México hacia Estados Unidos. Nunca son buenas noticias. Por lo regular se trata de hallazgos trágicos como el de 53 migrantes muertos en un tráiler en Texas, la mayoría mexicanos, grupos de migrantes que son detenidos (rescatados dice el discurso oficial), contingentes que se enfrentan a elementos de la guardia nacional o manifestaciones para obtener visas que les permitan seguir su camino.

La respuesta es siempre la misma, el uso de la fuerza, la represión (para protegerlos dice el gobierno mexicano) y la reclusión en cárceles de migrantes (estaciones migratorias dicen las autoridades). Se simplifica el desorden del proceso culpando siempre y solamente a los polleros. Ninguna noticia por mala que sea provoca siquiera una reflexión sobre lo que debe cambiar, lo que debe hacerse.

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En Estados Unidos también “se cuecen habas”. Ahora los gobiernos estatales de Texas y Arizona han tenido la “iniciativa” de enviar a la ciudad de Washington a los migrantes indocumentados que son capturados en sus estados. Como para responsabilizar a las autoridades federales del desorden. Se trata en realidad de una evidente utilización política del tema. Los gobernadores republicanos de esos estados buscan dañar la imagen de la administración federal demócrata por el mal manejo del tema migratorio. Sobre todo, ahora que se acercan los procesos electorales de gobernador en sus estados y las llamadas elecciones de medio término a nivel federal.

Así ha transcurrido el proceso migratorio por lo menos los últimos 40 años. Entre la omisión mexicana que no hace nada por poner algo de orden y atender a los miles de migrantes que anualmente intentan atravesar el país y la utilización política del tema en Estados Unidos. Se sabe, se ha documentado ampliamente, ha habido decenas de foros sobre lo que hay que hacer, pero no se hace nada.

Apenas la semana pasada se dieron a conocer dos noticias que ilustran lo que está ocurriendo.

El jueves 28 de Julio varios medios mexicanos reportaron el hallazgo en el estado de Veracruz, de un tráiler abandonado con 94 migrantes que pertenecían a un grupo más grande de 400. La mayoría de ellos centroamericanos (los mexicanos se suman después al flujo migratorio). La nota solo apareció un día. Parece que los migrantes en México, como otros grupos poblacionales, necesitan morirse para llamar la atención.

Esto ocurrió a 650 kilómetros de la frontera con Guatemala. Un grupo tan grande no tiene muchas opciones para recorrer esa distancia desde la frontera guatemalteca hasta el punto en donde fueron encontrados. Son 9 horas de trayecto. Un tráiler solo puede transitar por dos carreteras fuertemente vigiladas por la Guardia Nacional. En esas dos carreteras hay cientos o miles de agentes de ese organismo supuestamente creado para garantizar la seguridad de los mexicanos pero que en la práctica se dedica a perseguir migrantes.

¿Nadie los vio? ¿Nadie se percató que un grupo tan grande, en tráileres, pasó por los varios puntos de inspección? Obviamente alguien los dejó pasar y el destino de esos migrantes hubiera sido el mismo que el de los 53 que fueron encontrados muertos en San Antonio, Texas, de no ser porque alguien los escuchó y avisó a autoridades locales. Una cuestión de tiempo.

La misma semana, el diario estadounidense The Wall Street Journal reportó que el gobierno mexicano habría ofrecido a su contraparte mantener el programa “Quédate en México” mediante el cual los solicitantes de asilo en Estados Unidos esperan sus trámites en México. ¿Porqué?

En virtud de este programa, casi 70 mil migrantes fueron abandonados a su suerte y expuestos a múltiples riesgos en las ciudades fronterizas mexicanas. No resolvió absolutamente nada, fue un capricho de Trump al que México se prestó alegremente ¿porqué o para qué repetir la experiencia? Evidentemente, con un oportunismo que debiera tener mejores motivaciones, el gobierno mexicano sabe lo que puede dar a Estados Unidos. Un ordenamiento ficticio del proceso. Total, problema que no se ve, que no se percibe, no impacta las elecciones.

El presidente mexicano, en sus cada vez más largas conferencias matutinas diarias, ha hablado extensa y pausadamente de todo lo que ha querido, ha puesto música de sus cantantes preferidos y la misma semana presentó en ese espacio a un cantante cubano exitoso en los años 80 a quien escuchó tranquila y “humildemente” mientras lo llenaba de alabanzas en nombre del pueblo cubano. Ahí ha dicho muchas veces que con las remesas que envían los migrantes desde Estados Unidos, se sostienen los hogares en México, lo cual es una invitación a migrar. Pero no dedicó ni un segundo a los migrantes que se encontraron en Veracruz o a informar o negar la afirmación del Wall Street Journal.

De ese tamaño es la omisión mexicana mientras llega la siguiente tragedia de migrantes.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

TW:@mexainstitute

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