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No soy 50% gay y 50% heterosexual. Soy 100% bisexual

Illustration of a young man in a white T-shirt, with the letters LGBTQIA+ around him.
El autodescubrimiento puede ser un proceso lento. El borrar la existencia de las personas bisexuales no ayuda.
(Micah Fluellen / Los Angeles Times; Getty Images)
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“No juegues Christian, si te gustan los hombres, ¡definitivamente eres gay!

“No puedes salir con hombres y seguir pensando que las mujeres se sienten atraídas por ti”.

Estas son solo algunas de las respuestas a las que me he tenido que enfrentar después de salir como bisexual el año pasado a los 20 años.

Y no soy solo yo. Tengo una amiga que salía exclusivamente con hombres hasta que se declaró bisexual y le dijeron: “Solo estás aburrida y buscas experimentar con las mujeres” y “Solo lo haces para estar a la moda” y “Al final seguro que te vas a casar con un hombre”.

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No puedo entender estas nociones anticuadas de las normas sociales: cuando un hombre se declara bisexual, algunos lo ven como “realmente gay” y cuando una mujer se declara bisexual, algunos dicen que en realidad es “simplemente heterosexual”.

Un nombre mejor para ello es “bierasure”, o borrado bisexual, uno de los problemas menos conocidos que afectan a la comunidad LGBTQIA+. El borrado bisexual o invisibilidad bisexual es la tendencia a ignorar y falsificar la evidencia de la bisexualidad (sentirse atraído por dos o más géneros) y su existencia. Eso es lo que lleva a comentarios dolorosos cuando alguien se declara bisexual, como: “Estás confundido”, “Solo quieres atención” y “Acabas de tomar un desvío en el tren hacia la homosexualidad”.

Y no son solo las personas heterosexuales las que contribuyen a los ataques contra quienes se identifican como bisexuales.

Muchos de nosotros salimos de nuestro armario de seguridad solo para encontrarnos con escepticismo y negación por parte de la misma comunidad que se suponía que debía aceptarnos.

¿Por qué el concepto de sentirse atraído por más de un género amenaza a quienes solo están interesados en uno?

Reconozco la inmensa cantidad de privilegios que tienen hoy las “B” de LGBTQIA+.

Las personas bisexuales pueden encajar bajo el “paraguas” heterosexual u homosexual y subirse a la ola, sin que les afecten las preguntas y el acoso de los críticos, cuando deciden no comprometerse.

El “pase heterosexual” puede protegernos de la discriminación. Pero tiene un costo. Un odio que se acumula en nuestro interior y que nos deja cicatrices. Eso solo puede repararse diciendo nuestra propia verdad. De lo contrario, estamos descuidando parte de nuestra identidad.

Soy consciente de que algunas personas pueden declararse bisexuales primero para tantear el terreno. Pero la mayoría de los individuos bisexuales son simplemente bisexuales.

Y obligar a alguien a “elegir un carril” puede ser tan perjudicial como decir: “No deberías ser gay”. Según mi experiencia, tanto la comunidad homosexual como la heterosexual suelen ridiculizar a quienes nos identificamos como bisexuales. Pero tratar de obligarnos a reprimir la autoexpresión fomenta el tipo de mentalidad cerrada que solo nos hace retroceder en la historia. Nos limita a explorar toda la gama de nuestra sexualidad. Nos obliga a reprimir una parte íntima de nosotros mismos.

¿Cómo se supone que vamos a saber quiénes somos realmente si algunos nos presionan para que nos etiquetemos de una manera que resulte más aceptable para los demás?

El borrado es agotador para toda persona bisexual que haya reconocido o no quién es. Y nos impide a algunos querer hacerlo. Afortunadamente, los más jóvenes parecen estar encontrando su voz. Un informe de 2021 de Gallup encontró que “la gran mayoría de los adultos de la Generación Z que se identifican como LGBT (72%) dicen que son bisexuales”. Entonces, ¿por qué muchos de nosotros seguimos sintiéndonos excluidos?

Porque nuestra voz interior nos dice que será más fácil permanecer invisibles que ser condenados al ostracismo tanto por personas heterosexuales como por personas homosexuales que no creen en una de las partes fundamentales de lo que somos. El descubrimiento puede ser un proceso lento.

Me identificaba como “heterosexual” hasta que empecé a explorar el #altside de TikTok y los comentarios bisexuales en YouTube. Descubrí la poderosa charla TEDx de Misty Gedlinske, “Bisexualidad: La letra ‘B’ invisible”. Las palabras de Gedlinske, en particular, me tocaron la fibra sensible: Como bisexuales, “compartimentamos una parte de nuestra identidad para poder ajustarnos mejor a lo que algunos podrían considerar normal o aceptable. Mentimos por omisión y nos escondemos a plena vista”.

He hecho esto durante la mayor parte de mi vida.

Sabía que me gustaban tanto los chicos como las chicas desde que tengo memoria, pero no entendía que podía haber más de un lado de lo que yo era. Pero también aprendí, como señala Gedlinske, que la sociedad moderna ha adaptado desagradables clichés sobre nosotros, incluyendo que las personas bisexuales nunca estarán preparadas para un compromiso real, porque “no han aceptado lo que son” o porque son demasiado “poco fiables” para una relación monógama.

Estos estereotipos son tan dolorosos como cualquier otro insulto homofóbico que me puedan gritar mientras camino por la calle de la mano de un hombre.

¿Qué tiene ser bisexual que hace que la gente asuma instantáneamente que nos convertimos en animales salvajes a la caza de la satisfacción sexual de cualquiera que nos mire? Estoy muy preocupado de que, si le digo a mi amigo heterosexual que soy bisexual, tendrá miedo de estar cerca de mí, ya que podría “intentar algo” con él. Lo siento, amigo, por mucho que creas que tu sudadera Supreme sudada y tus zapatillas Vans te hacen irresistible, es un rotundo no para mí.

Porque al igual que las personas heterosexuales no tienen interacciones sexuales con todos los humanos con los que entran en contacto, las personas bisexuales tampoco.

Sin embargo, la invisibilidad te desgasta. Ojalá hubiera sabido al crecer que hay más de dos tipos de sexualidad. Me sentía demasiado heterosexual para ser gay y demasiado gay para ser heterosexual. Dudaba de mí mismo en casi todos los aspectos de mi vida porque pensaba que esta parte de mi ser era un péndulo que funcionaba mal y que simplemente no podía decidirse.

Encender la televisión en 2008 y ver a un personaje masculino bisexual en la pantalla habría validado todos los sentimientos con los que estaba lidiando. Esto es lo que quiero decirle a cualquier persona que esté luchando con su bisexualidad: el secreto no vale el manto de protección temporal que parece darte. Arruina la alegría de ser suficiente.

Me enorgullece compartir que encontré la fuerza al ubicarme en algún punto del espectro. Me gustaría añadir que es posible que cambie con el paso del tiempo, y eso también está bien. Este viaje no es lineal y no quiero que nadie sienta que existe una fórmula A+B=C para resolver las complejidades de ser bisexual.

Una persona bisexual no es 50% gay y 50% heterosexual, ni nada intermedio, sino total y completamente 100% bisexual.

El autor es un actor que apareció recientemente en el reinicio de ““Saved by the Bell” y en el próximo “Dear White People”. Está en Instagram @christianweissmann

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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