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Rolls-Royce ahora ofrece el modelo más exclusivo del planeta

Desde 1911, cuando se incorporó la estatua "espíritu de éxtasis" al frente del coloso carro
Desde 1911, cuando se incorporó la estatua “espíritu de éxtasis” al frente del colosal carro, la marca nunca ha abandonado el espíritu de crear lo mejor en cada uno de los componentes, dejando de lado el costo de fabricación y así continuar con su reputación, la cual es hoy inigualable.
(Rolls-Royce/Rolls-Royce)
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Charles Rolls y Henry Royce se unieron al principio del siglo veinte para desarrollar y fabricar el mejor auto en el planeta. Lo que hicieron en esa tan temprana era del automóvil ha pasado a ser parte de la historia del mundo sobre ruedas.

En 1908 luego de tener varios modelos en venta, decidieron crear algo que fuera el mejor ejemplo de la ingeniería de ese momento. Uno de esos carros se terminó en color plata y se le llamó, como se hace de forma única en los yates, el fantasma de plata (Silver Gosht).

Este Rolls-Royce modelo 40/50 se estableció en ese entonces como lo mejor en calidad automotriz en el planeta. En 1925 salió a la venta el Rolls-Royce Phantom y se convirtió, desde entonces, en sinónimo de alta ingeniería y lujo.

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Desde 1911, cuando se incorporó la estatua “espíritu de éxtasis” al frente del colosal carro, la marca nunca ha abandonado el espíritu de crear lo mejor en cada uno de los componentes, dejando de lado el costo de fabricación y así continuar con su reputación, la cual es hoy inigualable.

El nuevo modelo Rolls-Royce es tan exclusivo como el de los años veinte. En aquella época el cliente adquiría el chasis con motor y lo llevaba a un carrocero para que hiciera algo único. El 2021 Rolls-Royce Bob Tail continúa esa tradición. Solo tres ejemplares se han construido teniendo en cuenta que los tres compradores gustan de los yates tipo J. Estos son los veleros tipo competición que se utilizaban en las competencias náuticas America’s Cup de los años treinta. El trabajo en madera de esos barcos fue exquisito y el nuevo dos puertas exhibe en la parte trasera una labor similar con la forma de aquellas naves.

Visualmente el carro es una estilizada versión que combina lo mejor sobre la tierra y el mar. Los detalles, los materiales, las texturas, todo ha sido muy pensado y se han buscado los mejores artesanos para ensamblar un vehículo sin igual. El portaequipaje esconde un juego de platos y utensilios de plata con las iniciales de los dueños para deleitar el caviar y copas de cristal para degustar las dos botellas de Champan Armand de Brignac Vintage Cuvee (valuadas en $1.000) que están en un refrigerador que las mantiene a seis grados de temperatura. Hasta una sombrilla y dos bancos forman parte integral del paquete, para así disfrutar de una experiencia muy especial.

En la guantera se encuentra una lapicera de aluminio Mont Blanc realizada solamente para estos tres carros. En el centro del carro hay un reloj suizo Bovet 1822 ($275.000) que puede lucirse en la muñeca del propietario si lo desea. La suavidad del motor hace que el Rolls-Royce de deslice sin hacer ningún ruido y mucho menos alguna vibración. Su tamaño imponente es difícil de no apreciar.

Sin duda los ricos de hoy han acumulado fortunas inimaginables y esto les permite cierta excentricidad y exclusividad. Este Rolls-Royce Bob Tail es casi único (solo han hecho tres) y la mano de obra, funcionalidad, materiales, y caché también lo hacen inconfundible. Los veintiocho millones de dólares, según rumores de su precio, lo convierten en el carro de producción más caro en la historia y coloca a la marca a un nivel por encima de lo que tiene razón o sentido.

Ricardo Rodríguez-Long es un periodista argentino especializado en temas de automovilismo.

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