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La Lotería, el juego’ más mexicano’, tiene sus orígenes en Italia

Pese a ser el juego “más mexicano”, sus orígenes se remontan a la Italia de inicios del siglo XVI. Concretamente
Pese a ser el juego “más mexicano”, sus orígenes se remontan a la Italia de inicios del siglo XVI. Concretamente, al juego de sorteos y apuestas conocido como il gioco del lotto
d’italia.
(Cortesía Gloria Arjona)
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El juego de lotería, en particular la versión creada a principios del siglo XX por el empresario francés Clemente Jacques, es más que un juego para las personas de origen mexicano: es una reminiscencia de la niñez, una memoria familiar, y entre las nuevas generaciones de mexicoamericanos, es parte de un fuerte legado cultural.

Pero pese a ser el juego “más mexicano”, sus orígenes se remontan a la Italia de inicios
del siglo XVI. Concretamente, al juego de sorteos y apuestas conocido como il gioco del lotto d’italia, en que los participantes apostaban a sus números basándose en sus sueños. Cuando la Iglesia prohibió este juego, los aficionados crearon una versión portátil que eventualmente dio origen a una variedad de juegos de mesa, entre ellos la lotería mexicana de figuras.

Esta apasionante historia, unida a la fascinación que provocan las 54 imágenes de la Lotería El Gallo, son las bases de la edición bilingüe, Lotería: Orígenes, usos y forma de
cantarla (Editorial Fogra, 2021), donde además de abordar la historia del juego, Gloria Arjona subraya la narrativa que existe en torno a éste en forma de rimas, dichos e historias que un hábil “cantador” improvisará mientras saca las tarjetas. De acuerdo con la autora, este elemento es esencial para el éxito de un juego lotería, dado que generalmente hay en un mismo juego un público variado que incluye jugadores neófitos como versados. Así, mientras los neófitos se guían únicamente por la figura y el nombre de la tarjeta, los conocedores se deleitan con la habilidad del cantador para versificar e improvisar rimas, que muchas veces son de doble sentido.

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Una de las mayores contribuciones de este libro, es la relación que hace la autora de las nueve imágenes de los personajes de la lotería con la jerarquía que imperó durante los trecientos años del Virreinato de la Nueva España, que hoy conocemos como Sistema de Castas.

Desde esta perspectiva, las tarjetas de “La dama” y “El catrín” representan a la élite blanca. “La chalupa” y “El apache” a la población indígena, y “El negrito” a la importante población afrodescendiente institucionalmente ignorada. En medio se encuentra la población mestiza resultante de estas tres razas, las llamadas “castas”, representada por “El soldado”, “El músico”, “El borracho” y “El valiente”.

La autora propone que la exploración del origen y significado de estas figuras altamente estereotipadas, pueden ser un buen ejercicio para ayudar a identificar los valores y prejuicios raciales y de género arraigados en la sociedad mexicana.

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